El Avontuur cubre la ruta entre Alemania y puertos del Caribe empujado, principalmente, por vientos y mareas
El puerto de Vigo recibió este domingo la visita de un mercante singular. Se trata del Avontuur, un carguero a vela que acaba de cumplir 104 años, recuperado en 2015 para revivir las singladuras comerciales de la antigüedad entre continentes.
Como en un viaje a través del tiempo, el Avontuur (Aventura, traducido del holandés), representa en pleno siglo XXI la apuesta más ecológica y sostenible de la marina mercante de altura, al cubrir la ruta entre Alemania y puertos del Caribe como se hacía antaño, empujado por vientos y mareas y sin la inmediatez, no exenta de estrés, con los que navegan hoy los cargueros por todo el mundo. Algo insólito en pleno siglo XXI, aunque, eso sí, contando con los avances que hoy brinda la tecnología para navegar con seguridad y con la ayuda de un pequeño motor diésel de 300 caballos del que se vale para navegar en situaciones adversas y que le facilita las maniobras en puerto.
Llega el Avontuur a Vigo haciendo un alto en su travesía entre Bremerhaven y Tenerife, desde donde pondrá rumbo a Centroamérica para atender varios embarques de productos tropicales de comercio justo en puertos de la isla antillana de Guadalupe, República Dominicana, Costa Rica y México, desde donde regresará al puerto alemán de Bremerhaven vía Azores.
El singular velero llegó en lastre para relevar a uno de sus tripulantes y a la espera de que mejore el estado de la mar en su singladura hacia las Canarias.
La historia del Avontuur arranca en astilleros holandeses un lejano 1920 como transporte ligero para cubrir rutas en el Mar del Norte. Después de navegar con distintos nombres para varios armadores y sobrevivir a la II Guerra Mundial, en 2014 fue adquirido por la armadora alemana Timbercoast, que tras una inversión de 1,4 millones de euros lo rehabilitó para darle una nueva vida.
Con 43,5 metros de eslora por 6 de manga, el Avontuur está aparejado de goleta y su velamen lo integran ocho velas con una superficie de 612 m². Su capacidad de carga, o peso muerto, es de 114 toneladas. Está abanderado en las islas Seychelles y su tripulación suele estar integrada por seis personas, aunque también admite hasta un máximo de 10 pasajeros para experimentar una aventura a toda vela a bordo de una embarcación única, en la que parece que el tiempo se ha quedado anclado.
Fuente:farodevigo.es
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