«La verdad es que nos asustamos mucho; en realidad nos ‘acojonamos’ de verdad cuando nos dimos cuenta de que las orcas estaban golpeando el barco», confiesa uno de los tripulantes de los barcos atacados.

La orca de menor tamaño nadando al lado del galeón de A Illa al que ayer atacó su madre en aguas de O Grove.

Las orcas que se dejaron ver en gran número el pasado día 23, formando hasta tres grupos diferentes, siguen paseándose por las Rías Baixas.

Están en continuo movimiento entre el Norte de África, el Sur de España, el Cantábrico y la costa de Francia, tal y como explican los investigadores.

Es en esas rutas, en las que persiguen a su presa favorita, como es el atún rojo, cuando se entretienen en la costa gallega, donde a veces llegan a adentrarse en sus rías de forma sorprendente, como sucedió cuando en la incursión del pasado fin de semana llegaron hasta la costa de Vilagarcía y se dedicaron a cazar pulpo.

Ese ir y venir hace que con frecuencia se produzcan interacciones entre estos portentosos cetáceos y las embarcaciones de recreo, como ha vuelto a suceder en la tarde de ayer en aguas de O Grove, y momentos después, también en Ons.

Posiblemente fueron las mismas orcas, una madre y su cría, las que protagonizaron ambos encontronazos, el primero de ellos afectando a un galeón de madera recuperado en AIlla de Arousa y de nombre «San Pedro», que se dirigía al encuentro de embarcaciones tradicionales de Combarro.

Así quedó el timón del «San Pedro» tras el ataque

Navegaba a motor, y en el momento de sufrir la embestida había reducido la marcha para armar el velamen. De hecho, una de la vela ya estaba armada.

«La verdad es que nos asustamos mucho; en realidad nos ‘acojonamos’ de verdad cuando nos dimos cuenta de que las orcas estaban golpeando el barco», explica Valentín Otero, su armador.

Islote Pombeiro

Todo sucedió en aguas de O Grove, más concretamente, a la altura del islote Pombeiro. «Eran la seis y cuarto de la tarde cuando sentimos dos golpes, y al mirar, vimos que había dos orcas y que el timón estaba destrozado», relata el armador isleño.

Al fijarse detenidamente, tanto él como los otro cuatro tripulantes a bordo «vimos que había una orca de alrededor de siete metros de largo y otra más pequeña nadando a su lado».

Era la primera vez que observaban a estos mamíferos marinos, «y lo cierto es que no los vimos llegar y no nos enteramos de que estaban hasta que la orca de mayor tamaño nos golpeó», manifiesta el patrón, integrante de la asociación cultural DS.

Afortunadamente, «no pasó nada más, todos estamos bien y las orcas se fueron tranquilamente mientras a nosotros nos remolcaba una embarcación de Salvamento Marítimo hacia el muelle de O Cabodeiro (A Illa)», relata Otero.

El mismo que ahora busca el modo de conseguir un timón nuevo y lamenta «que dejaran de concederse las ayudas de la Diputación para este tipo de inversiones en embarcaciones tradicionales».

Por cierto, que cuando la embarcación de Salvamento llegó hasta A Illa con el galeón «San Pedro» tuvo que irse a toda prisa «porque le habían enviado otro aviso».

El aviso desde las islas

A esa hora un velero con tres tripulantes a bordo pedía ayuda a través del 112 tras sufrir una vía de agua como consecuencia de un ataque por parte de orcas y quedar a la deriva.

Salvamento Marítimo Fisterra y Gardacostas de Galicia intervinieron con el remolcador «Irmáns García Nodal» y la «Salvamar Mirach», remolcando el velero dañado hasta Portonovo, y también sin que se hubiera que lamentar heridos.

BDRI

Todo esto «obedece a una conducta absolutamente normal por parte de animales salvajes, que como tales son impredecibles y que se mueven continuamente, juegan y tienen comportamientos que pueden resultar peligrosos para el ser humano, por eso insistimos en pedir prudencia y en reclamar que las naves de recreo no se acerquen».

Quien así se posiciona es Bruno Díaz López, el doctor en Ecología que dirige en O Grove el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI).

«Ya explicamos el año pasado que, de un modo u otro, las orcas estarán por Galicia hasta el otoño, ya que van y vienen entre el Sur de España y Francia persiguiendo a presas como los atunes, por lo que es inevitable que a veces se tropiecen con barcos o que se adentren en la rías», proclama el investigador.

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Quien resalta igualmente que «en el grupo más habitual en la costa gallega hay tres ejemplares especialmente activos que parecen haberse acostumbrado a interactuar con los barcos, y lo seguirán haciendo».

Quien así se posiciona es Bruno Díaz López, el doctor en Ecología que dirige en O Grove el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI).

«Ya explicamos el año pasado que, de un modo u otro, las orcas estarán por Galicia hasta el otoño, ya que van y vienen entre el Sur de España y Francia persiguiendo a presas como los atunes, por lo que es inevitable que a veces se tropiecen con barcos o que se adentren en la rías», proclama el investigador.

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Quien resalta igualmente que «en el grupo más habitual en la costa gallega hay tres ejemplares especialmente activos que parecen haberse acostumbrado a interactuar con los barcos, y lo seguirán haciendo».

Fuente:farodevigo.es