En julio se cumple un año del final del acuerdo de pesca con Marruecos, que ha dejado a la flota gaditana al borde de la extinción

Medio centenar de embarcaciones de Cádiz se han dado de baja y sus armadores las han vendido a patronos de Huelva

«Cádiz a este ritmo va camino de quedarse sin flota pesquera»

No es rentable la pesca en Cádiz. Sus 260 kilómetros de costa, desde Sanlúcar hasta Torrreguadiaro, en San Roque, ya no resultan atractivos para los profesionales del mar. La subida de los costes de explotación, la imposibilidad de pescar en el caladero marroquí y la ausencia de sardinas en el Golfo gaditano han puesto al borde de la extinción a un sector que busca ahora su futuro en aguas próximas a Huelva. Unas 3.000 familias viven de ello en Cádiz y temen por su futuro. Las 38 millas que a diario recorren los barcos de cerco de Barbate y Sanlúcar hasta las aguas onubenses suponen un gasto extra de gasoil difícil de recuperar con las capturas que traen en sus bodegas y, menos aún, con el precio que se paga en lonja.

LA VOZ asistió el pasado jueves en el puerto de Cádiz al desembarco de mercancía de tres barcos barbateños cargados con boquerones y el precio en lonja de una caja de 7 kilos fue de seis euros, «insostenible» para cubrir los gastos de una jornada que empezó el miércoles a las 19 horas y acabó a las 8 de la mañana del jueves.

Tomás Pacheco es uno de los armadores de la flota de cerco de Barbate y admite sin tapujos que la situación de la pesca en Cádiz es «catastrófica». Más de medio centenar de barcos se han ido a pique en los últimos años ante la imposibilidad de mantener vivo el negocio. Sus propietarios los han vendido, sobre todo, a armadores de Huelva. Considera que «la provincia va camino de quedarse sin flota». En estos momentos, la flota gaditana de cerco de Cádiz, la más importante, la integran una treintena de embarcaciones, de las que 20 se encuentran en Barbate y una docena en Sanlúcar.

La flota de cerco tiene que desplazarse hasta a aguas de Huelva para mejorar sus capturas

Uno de los varapalos más importantes que ha sufrido el sector en el último año, quizás la puntilla, ha sido la no renovación del acuerdo pesquero con Marruecos. El 17 de julio del año pasado fue el último día de vigencia de este acuerdo, que ha permitido durante los últimos cuatro años traer a nuestro mercados boquerones de mejor calibre que el que se pesca en aguas del Golfo de Cádiz. El Gobierno de Europa no tiene intención de mantener este acuerdo debido al conflicto generado con las aguas del Sahara Occidental. De hecho la justicia europea mantiene en fuera de juego cualquier acuerdo pesquero entre España y Marruecos por incluir aguas del Sahara en el dominio marroquí. Según Europa, estas aguas no son de jurisdicción marroquí. El acuerdo español con Marruecos a cuenta del Sahara es lo que ha llevado a Europa a frenar la renovación del convenio de pesca. Cabe recordar que en 2021, el Tribunal de Justicia de la UE falló a favor del Frente Polisario, que reivindica la independencia del Sáhara Occidental, que argumentó que el acuerdo -que incluye las aguas de la excolonia española- con Marruecos fue aprobado sin el consentimiento del pueblo saharaui. El Consejo Europeo puso en marcha un apelación contra esta decisión el 16 de diciembre de 2021.

Una ruina

La Unión Europea y Marruecos renovaron el último acuerdo de pesca en 2019 para que 128 barcos europeos pudieran faenar en sus costas a cambio de 52 millones de euros por año. De ellos, 92 barcos eran españoles y la mayoría faenaban en el caladero de Cádiz con 47 buques. El resto se repartían entre Conil, Barbate, Tarifa y Algeciras con unos 500 tripulantes dedicados a la sardina, corvina, atún o palometa.

La abundante presencia de atunes en el Estrecho ha dejado sin sardinas al Golfo d Cádiz

El presidente de los armadores del puerto de Barbate, Tomás Pacheco, insiste en que estamos ante una situación muy grave y delicada para el sector pesquero de Cádiz. En su opinión, el acuerdo con Marruecos era histórico y los pescadores españoles tenían una serie de derechos adquiridos que no se podían borrar de un plumazo. En este sentido, destaca que la entrada en vigor del último acuerdo con Marruecos, firmado en junio de 2019, obligó a muchos armadores a invertir en la mejora de las flotas. Algunos de ellos, asegura, gastaron más de 60.000 euros en la renovación y puesta a punto de las embarcaciones para pescar en los caladeros magrebíes. La imposibilidad de que nuestros barcos pesquen en el caladero marroquí ha pasado una seria factura al sector de la pesca en Cádiz.

Pero al perro flaco todo se le vuelven pulgas. La situación ha ido a
peor desde el verano pasado. El Golfo de Cádiz se queda sin sardinas.
Esta es una de las advertencias que hacen los pescadores a las
autoridades al comprobar la escasez de esta variedad de pescado en las
aguas gaditanas. Todo a punta, según los profesionales, a la superpoblación de atunes que cruzan el Estrecho y buscan en su recorrido bancos de sardinas para su manutención.

Esa dificultad añadida ha llevado a los armadores de Cádiz a buscar nuevos caladeros de pesca en las proximidades de las aguas de Huelva, donde se pesca ahora boquerón y sardina. Las especies que se mantienen en Cádiz son la caballa y el jurel

¿Por qué era tan importante pescar en Marruecos? Los profesionales consultados por LA VOZ coinciden en señalar que el calibre del pescado que se pescaba en los caladeros de Maruecos era de mayor tamaño que el que habita en el Golfo de Cádiz, lo que permitía más negocio. La alternativa que ha quedado tras la no renovación del acuerdo ha sido, precisamente, pescar en aguas españolas un pescado de menor calibre y, sobre todo, con más limitaciones para colocar en los mercados.

El alto coste de la explotación y la ausencia del relevo generacional son las claves de la crisis pesquera

Alfonso Reyes ha liderado durante años la cofradía de pesca de Barbate y batalló en las vísperas de 2019 por hacer efectivo el acuerdo con Marruecos. Reconoce que su desaparición ha sido sinónimo de ruina para el sector. En su opinión, el sector está abocado a pedir ayudas públicas. Reyes, al margen de los problemas que ha acarreado la desaparición del convenio marroquí ha incidido también en la ausencia de un relevo generacional que recoja el testigo de la pesca en Cádiz. Los precios tan bajos que se pagan en origen y los altos costes de explotación han restado interés a los más jóvenes por seguir con una tradición familiar.

Reyes sigue a bordo del ‘Nuevo Socorrito’, un barco de cerco que tiene su atraque en el puerto de Barbate. Tiene malos presagios para el sector si las autoridades españolas no actúan de inmediato.

Precisamente, los populares gaditanos han mantenido un encuentro con representantes de pescadores de la Costa Noroeste en Sanlúcar, en el que se ha evaluado la importancia que el sector pesquero tiene en la provincia de Cádiz y el compromiso en la defensa de los intereses del sector ante la Unión Europea. El eurodiputado y candidato a las elecciones europeas, Gabriel Mato, ha ratificado el «apoyo incondicional al sector de la pesca, un sector absolutamente estratégico y que no se está teniendo en cuenta en la medida que lo necesita y que lo merece especialmente en la Unión Europea pero también por parte del Gobierno de España».

Mato ha rechazado que se «se pueda entender que el sector de la pesca sea el causante de todos los males» frente a lo que ha destacado que «los primeros interesados en que haya peces son los pescadores». Para el eurodiputado popular es necesario buscar un equilibrio entre la conservación del medioambiente y la actividad pesquera, «no sólo ver una parte de la defensa del medio ambiente sino también hay que ver elementos sociales y elementos económicos en torno a la actividad pesquera y que pueda haber barcos y mujeres y hombres trabajando en el sector».

Igualmente, ha apostado por plantear los controles a la actividad pesquera «de forma sensata, porque no se puede demonizar al pescador ni a determinadas artes como se está haciendo». En este punto lamentó que el arte de arrastre «es una de las más controladas que existen y, es verdad que hay que hacerlo, pero lo que no se puede es prohibir todo porque hay áreas marítimas vulnerables pero los pescadores y sus familias también son vulnerables». Para el PP, la actual política común pesquera está obsoleta en muchos ámbitos, «se hizo hace 10 años y con unos criterios un poco idealistas y poco pragmáticos» frente a lo que ha propuesto una «reforma de la política común de pesca que sea más realista».

Como recuerda el político, uno de los sectores pesqueros de Cádiz que se encuentra amenazado es el de arrastre. La Unión Europea ha puesto coto a su actividad y también fecha de caducidad. El arrastre tiene sus principales flotas en Punta Umbría, Isla Cristina, Sanlúcar, Barbate y El Puerto de Santa María. El gobierno europeo ha puesto su punto de mira en este tipo de arte pesquero al considerarlo poco sostenible y contaminante, ya que barre el fondo marino generando demasiado CO2. De sus redes sale un variado botín pesquero que va desde la gamba al langostino, pasando por el lenguado, pijotas, acedías, chocos, galeras y corvinas.

la UE ha establecido Áreas Marinas Protegidas (AMP), donde el arrastre queda prohibido, y cuya decisión empieza a afectar al Golfo de Cádiz. El objetivo del gobierno de Europa es acabar con el arrastre en 2030.

Fuente:lavozdigital.es