31 de Julio de 2024

Dicen los capitalinos o más bien utilizan la expresión “me voy en flota” para decir que se van por tierra en bus intermunicipal, a la Flota que se hace mención en este título es a la Mercante Gran Colombiana, la cual cumpliría el 8 de junio 78 años de fundada, ya que se creó en el año de 1946 y fue en ese mismo año, cuando la Escuela Naval de Cadetes da inicio a su formación a los Oficiales Mercantes, para instruir a la tripulación y conformarla; aunque se hizo en el saliente gobierno de Alberto Lleras Camargo, fue realmente en el gobierno de Mariano Ospina Perez, proveniente de una familia caficultora por tradición, quien realmente le dio un gran impulso y fue el café uno de los productos bandera de la Flota. La empresa era tri-nacional, ya que estaba conformada además por Venezuela y Ecuador. La empresa en sus inicios se llamó Empresa Naviera Grancolobiana. Las embarcaciones fueron compradas al gobierno de Estados Unidos, las que había utilizado en la Segunda Guerra Mundial, pero se decía en ese momento que estaban en óptimas condiciones.   

En el año de 1998 se disolvió, dejó un gran legado de hermandad, surcando los mares del mundo, su fuerte para la movilización de la mercancía fue el café o carga al granel, entre sus causas que originaron su disolución, en parte se debió a su gestión burocrática y por los fines personales que los dirigentes de la época le dieron, tuvo entre sus principales accionistas al Fondo Nacional del Café, dicho Fondo es administrado por la Federación Nacional de Cafeteros, aunque hoy y en el actual gobierno hay un deseo de restructurar la Federación Nacional de Cafeteros. Entre tantos retos que se han dado, hasta el año 2016, casi a 20 años de su disolución la Flota Mercante Grancolombiana sigue generando pasivos que la Federación Nacional de Cafeteros estaba asumiendo, con más de 700 pensionados que dejó la Flota Mercante. 

Su repentino origen, en parte forzado por que la Organización
Marítima Internacional le exigía a Colombia una participación más
activa, generó a las volandas su creación, no obstante, los intereses
particulares permearon su buen nombre y presencia en los mares; sumado a
uno que otro error en materia logística que propiciaron accidentes.
En contraste, sus recorridos por los mares del mundo y las
anécdotas de los mercantes han quedado de generación en generación, como
la rivalidad con la empresa Grace Land, al igual en cómo se convirtió
en estandarte luego de la Segunda Guerra Mundial; la reactivación
económica se necesitaba, más que la reactivación del comercio, la
confianza de un nuevo orden mundial.  
El café producto líder de exportación en el momento, necesitaba
volver a su senda de crecimiento, Suramérica a pesar de no haber estado
activamente en la II Guerra Mundial, también sufrió penurias y al unirse
a la iniciativa de la Flota Mercante, Ecuador y Venezuela también
vieron en esa oportunidad el aumentar sus transacciones comerciales, con
Rómulo Betancourt quien había derrocado al dictador venezolano Isaías
Medina, acertó a unirse a la Flota.  






Sólo 52 años duró su funcionamiento, Colombia perdió una gran
oportunidad de seguir creciendo en los mares del mundo, tendría hoy una
naviera fuerte surcando los mares, llevando y trayendo bienes para los
consumidores nacionales y para los apetecidos productos que se hacen en
Colombia para el mundo, unido a maniobras logísticas que tanto se
necesitan hacer en la actualidad dado el volumen del comercio mundial en
crecimiento.

Diana C. Mestra Sierra – TP 413485

Abogada, Gestora de Semilleros de investigación, estudios en Derecho Comercial y Máster en Derecho Marítimo.

Fuente:grupomestra.com