“Cantar en un coro, además de terapéutico y sanador es muy formativo”, dice el director de la Coral Casablanca.

La Coral Casablanca ultima sus ensayos para su próximo concierto en Castrelos en poco más de dos semanas, el viernes 26. Para hablar de este y de otros temas, su director Óscar Villar visitó el set de AtlánticoTV.

Vigo, sin duda, es una ciudad coralista. ¿De dónde viene esa tradición?

Como casi todos los puertos de mar, aunque esto se ha perdido bastante, es una ciudad cantarina. Pero hoy ya no se canta en las tascas y en los bares de manera espontánea con la pandilla de amigos. Y de un tiempo a esta parte, surgen corales por todas las esquinas. Vigo sigue siendo cantarina en ese sentido. Aunque parece que cantar en un coro, supone ser doctor honoris causa, cuando lo que requiere fundamentalmente es constancia. Y afinar un poquito también, si no sería un follón. Una de las obligaciones de las personas que dirigimos los coros es acercar esa música a todos los públicos, que sepan que cualquiera puede cantar en un coro. Además de muy terapéutico y muy sanador, es muy formativo.

Vuelve el verano y la Coral Casablanca regresa a Castrelos. Una cita imprescindible?

Sí, para nosotros es uno de los conciertos más importantes del año, si no el que más.

¿Tiene que impresionar ver el foso lleno?

Sí, la verdad es que para nosotros es un orgullo llenar Castrelos. Ya forma parte de nuestra vida musical y de nuestra historia de la coral. Son miles de personas, creo que el año pasado rondábamos las cuatro mil. Para una coral y una orquesta es muchísima gente. Siempre decimos de que tenemos mucha suerte de contar con un coro como el que tenemos y a tanta gente trabajando por nosotros en la Fundación. Pero poseemos un tesoro que yo siempre destaco, que es el público, en realidad es lo que mantiene vivo el coro. Si cantásemos para las paredes sería complicado, pero lo hacemos para muchísima gente tanto en Castrelos como en el teatro García Barbón. Esto tiene pocos antecedentes en la música coral española. Es importante también contar con el apoyo, en este caso del Concello, que año tras año apuesta porque nosotros llenemos Castrelos, que no es fácil.

¿Y cuál es el repertorio que preparan para la ocasión?

Yo soy responsable de hacer el repertorio y Castrelos para mí sigue siendo el que recuerdo, cuando mis padres nos llevaban de niños a la zarzuela y a los conciertos que había. Vivíamos relativamente cerca del parque. Y no ha perdido esa esencia, en la que van las familias enteras, con hijos, abuelos y padres. Lo de los bocadillos ya es un poco más complicado porque te cachean al entrar, ¿no? Ahora no se pueden llevar determinadas cosas allí, pero el público va muy distendido. Es diferente al del teatro, aunque hay quien repite, evidentemente. Pero Castrelos son cuatro o cinco teatros por aforo. Entonces hay que buscar repertorios siempre para todos los públicos y sobre todo para el verano. Me parece que estamos todos como un poco más liberados. Cantaremos temas poco usuales en un coro como canciones de Miguel Ríos, música gallega desde Juan Montes hasta Fuxan Os Ventos, música de cine y de ópera, Los secretos o Queen.

¿Cuánto tiempo llevas preparando este concierto?

Creo que el de primavera, que fue el último concierto que hicimos, fue el 24 de mayo, pues desde entonces. Llevamos un mes y pico, dos meses.

¿A cuánta gente moviliza la coral?

Entre los cantores, componentes de la coral y la orquesta, son 180.

¿Y qué perfil de voz tiene la coral?

En los últimos años, notamos que el acceso a los coros es cada vez de gente de mayor edad. Cuando empecé a dirigir en el año 78, entraban muy joven. Sin embargo, ahora en la mayoría de los casos son jubilados. Nos dimos cuenta de ello hace tiempo, y en el 2013, en todo momento con el apoyo de la Fundación, planteamos que era fundamental iniciar trabajos con coros filiales: El infantil, el de peques y el juvenil, porque eso era el futuro. Ahora son casos muy contados de personas con 20 a 40, que se acerquen a cantar. Normalmente, son gente mayor, que no tengo nada en contra, yo también soy mayor. Lo que quiero decir es que la continuidad de un grupo hay que asegurarla desde la base. De hecho, a día de hoy, es una de las grandes satisfacciones que nos han dado estos grupos es que ya hay 13 chicas y chicos que empezaron ahí y que ya están cantando con nosotros. Entonces, el perfil procuramos que se vaya rejuveneciendo sin dejar a los veteranos que son la base de la coral, son las visagras, gente con muchísima experiencia, que es la vida de la coral realmente.

¿Es una responsabilidad mantener la coral activa?

Para los jóvenes, más que responsabilidad, es un orgullo. Empiezan en el coro de peques con 3 años y a los 12, pasan al juvenil y luego suben a la coral. Aunque muchos se pierden en el camino por distintas circunstancias, esta es la cantera.

Fuente:atlantico.net