Cuando uno recupera la historia y lee cosas como estas, de verdad, se queda estupefacto.
Las inexactitudes vertidas sobre el naufragio y el comportamiento del Capitan del Marbel, son asombrosas.
Lo dice, quien, estando de guardia en la Radio Costera de Algorta/Bilbao, hizo el preceptivo solapamiento de las radiocomunicaciones de socorro como consecuencia de la avería de las Radio Costeras de Vigo.
Una, la de radiotelefonia de Alcabre por avería técnica y la otra, la de Sayanes, de radiotelegrafía, por que el fuerte temporal que le abatió las antenas de sus gigantescos postes.
El SOS, fue debida y perfectamente atendido, desde tierra y en la mar.
Que se hable de pequeños remolcadores y de poca potencia, cuando estaban fondeados en Vigo los remolcadores de altura Pacific y Oceanic, remolcadores » caza recompensas » que al parecer se negaron a salir por el temporal duro reinante en la zona, es una prueba fehaciente de que el Marbel, jamás debió salir a la mar.
El problema no fue otro que, estando el puerto de Vigo – cerrado – por las adversas condiciones meteorológicas » alguien » permitió que saliera a la mar, recién salido de reparar de astillero y con una tripulación joven e inexperta.
La avería en la máquina en la zona de Cabo Silleiro, fue el factor causal determinante, para que el temporal duro, lo abatiera contra Cies.
Las últimas ocho horas de navegación del Marbel, las vivi, a sabiendas de que no había nada que hacer, a través de las dramáticas conversaciones con el Capitán que mas que cuestiones y enlaces técnicos y de asesoramiento, fueron a modo de despedida.
Los contactos se realizaron en la frecuencia de socorro de 2.182 Khz.
A la llamada de socorro, acudió uno de los barcos más próximos, el Puerto de Alicante, con el que estuve en contacto permanente y transmitidendo información a las autoridades marítimas.
Al mando del Capitán Enrique Inchausti, la tripulación del mercante español se jugó la vida acudiendo en auxililo del buque congelador.
A su llegada al puerto de Bilbao. el Capitán Inchausti, me convocó a una reunión donde me mostró fotografías que demostraban la auténtica realidad de lo acontecido.
Como de costumbre, este heróico gesto de la tripulación del mercante español, pasó desapercibida para las autoridades marítimas de entonces.
Este trágico siniestro marítimo, fue llevado a las Cortes Generales, donde se produjo un extenso y agrio debate.
Pocos años más tarde nació el Servicio Marítimo de Telefónica, centralizado en Madrid y con radiocosteras perífericas regionalizadas de VHF.
Fdo
Antón Salgado Clavo
Oficial Radioelectronico Marina mercante
Servicio Marítimo Telefonica
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