Oslo reclama 1,9 millones de euros a los armadores del bacaladero coruñés con base en Vigo El país escandinavo estrechará el cerco sobre los pesqueros y se prepara para nuevos arrestos.

El arrastrero coruñés con base en Vigo Arosa Quince, apresado el miércoles de la semana pasada por sobrepesca, se enfrenta a la multa más alta impuesta por Noruega en la conflictiva historia de la pesca internacional en el archipiélago de Svalbard. Las autoridades de Oslo no precisaron oficialmente la cuantía de la sanción, pero fuentes cercanas al Gobierno cifran la suma en 14,6 millones de coronas. O lo que es lo mismo, casi dos millones de euros, 300.000 más que la multa que recibió la embarcación también gallega Monte Meixueiro, detenida en noviembre del 2005. Las cuantías coinciden casi con exactitud con las ofrecidas en la tarde de ayer por el Ministerio de Pesca español, en el que detallaban que la multa sería de 1,89 millones de euros (15 millones de coronas). Por su parte, el diario noruego Fiskeribladet, recogía en su edición de ayer que al patrón del Arosa Quince se le impondrá una multa de 12.600 euros, mientras que la compañía naviera tendrá que hacer frente a una cantidad que alcanza los 1,9 millones entre sanciones y gastos derivados de la operación.

El arrastrero gallego permanece desde el sábado en el puerto de Tromso, al norte del país, al que fue trasladado por los servicios de la Marina noruega, acusado de manipular el diario de capturas, de pescar piezas de menor tamaño al reglamentario y de negarse al traslado a otra zona. Aunque la retahíla de cargos, a efectos prácticos, puede reducirse a uno especialmente relevante: el de sobrepesca que, según el ministerio español, fue el que provocó finalmente el arresto. El abogado de la policía de Tromso, Melbye Sorensen, afirmó además que las investigaciones probaron que el arrastrero gallego había almacenado una gran cantidad de pescado en filete dentro de las cámaras frigoríficas. «Si el armador se niega a pagar las sanciones impuestas tendrá que enfrentarse a la Justicia», anunció Sorensen, en un análisis de la situación ratificado horas más tarde por el Ministerio de Pesca español. Ahora el Arosa Quince tiene tres opciones: o paga la sanción, o negocia una rebaja, o se expone a un proceso judicial que lo dejaría anclado en puerto hasta que se fije una fianza, con lo que perdería la carga.

Y para evitar que las críticas internacionales a las capturas de barcos arrecien sobre el país nórdico, el servicio de vigilancia costera noruego distribuyó unas imágenes que parecían mostrar el momento en el que el Arosa Quince lanzaba pescado al mar a través de las escotillas inferiores. La emisión de grabaciones se ha convertido en una práctica habitual de la Marina noruega, que trata de contrarrestar las protestas de Estados como el español. Más detenciones Las autoridades nórdicas pretenden seguir estrechando en los próximos días el cerco en torno a la pesca ilegal (ayer ya se especulaba con nuevos arrestos en alta mar). Los precedentes de los últimos meses parecen sustentar esta tesis: el servicio de vigilancia costera del norte de Noruega ha apresado en lo que va de año 14 embarcaciones sospechosas de capturas ilegales, sólo una menos que en todo el 2005. Al mismo tiempo, las sanciones se han ido endureciendo. Lo saben bien los armadores gallegos, que siguen rompiendo récords: el techo lo había marcado el Monte Meixueiro, con 1,6 millones, pero ayer la cota se elevó a 1,9 millones. Y Noruega promete más, mientras en España ya se temen nuevas detenciones.

Fuente:lavozdegalicia.es