Los fiscales también imputan al primer oficial de máquinas, acusado de homicidio múltiple por no activar los sistemas de seguridad del velero, y a un marinero

El primer oficial de máquinas Tim Parker Eaton es el segundo investigado, junto al capitán James Cutfield, por el naufragio del velero Bayesian en Sicilia, sur de Italia, en el que murieron siete personas, entre ellos, el magnate británico Mike Lynch y el presidente del banco Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer. El oficial ha sido imputado por presunto homicidio culposo múltiple y naufragio culposo y está acusado por los fiscales de no haber activado los sistemas de seguridad diseñados para cerrar las escotillas del barco, a pesar del aviso de que llegaba una tormenta, lo que habría provocado la inundación de la sala de máquinas, según medios italianos. La Fiscalía también ha imputado a otro tripulante, el marinero Matthew Griffith, bajo investigación por presunto homicidio involuntario y homicidio múltiple, según la agencia Adnkronos. 

El capitán se acogió este martes al derecho a no responder en una comparecencia para ser interrogado ante la Fiscalía, según informaron medios locales. Adnkronos añade que Cutfield rompió a llorar. De acuerdo con la cadena pública italiana Rai, la Fiscalía de Termini Imerese, en la isla de Sicilia, centra especialmente su atención en el papel de Cutfield y el capitán adjunto, Tijs Koopman.

No se excluye la notificación de nuevos investigados en los próximos días, mientras se analiza como poder recuperar el barco para investigar lo ocurrido. El Bayesian se hundió la noche del lunes 19 ante las costas del pueblo siciliano de Porticello, en medio de una tempestad. En el naufragio murieron siete de sus 22 ocupantes, entre ellos el cocinero de la nave, el canadiense Thomas Recaldo, la hija de Mike Lynch, su abogado Chris Morvillo y su esposa, Neda, así como Jonathan Bloomer y su mujer, Judy.

Según la Justicia italiana, actualmente hay más preguntas que respuestas en relación al caso, y entre las varias hipótesis para explicar la tragedia se baraja la posibilidad de que hubiera un retraso en dar la alarma, ya que el encendido de la señal de alerta se habría activado media hora después de que comenzase a entrar agua a bordo. Otra cuestión que preocupa a las autoridades son los 18.000 litros de carburante que siguen en el yate, que yace a 49 metros de profundidad, ya que una eventual fuga podría suponer un desastre para las aguas de Porticello.

Fuente:lavozdegalicia.es