El hundimiento del barco «O Bahía» en 2004 fue el que registró más víctimas, con seis tripulantes muertos y otros cuatro desaparecidos.

Labores de reflotamiento del volantero cariñés «Hermanos Landrove».
Los dos marineros fallecidos en el naufragio del pesquero malpicán Nuevo Luz –el pasado viernes a dos millas al norte de punta Langosteira– han pasado ya a formar parte de la larga lista de víctimas en accidentes de pesqueros gallegos por todo el mundo. Los años pasan, los siniestros apenas descienden y la lamentación de la gente de mar sigue siendo la misma: «El mar es así, impredecible». Solo en la última década más de 60 marineros perdieron la vida en distintos siniestros protagonizados por pesqueros gallegos tanto en aguas de la comunidad como en caladeros lejanos. Estos datos corresponden a una veintena de sucesos en los que se registraron víctimas mortales pero hubo otros muchos en los que toda la tripulación pudo ser rescatada sana y salva.
En la mayoría de los casos los marineros supervivientes apuntan a golpes de mar o vías de agua por un posible impacto como las causas del naufragio aunque posteriormente las investigaciones de los expertos han revelado negligencias en la carga de los buques, las maniobras o el propio diseño de las embarcaciones.
Los accidentes de pesqueros gallegos en los que se registraron más víctimas mortales en los últimos diez años son los siguientes:
O Bahía. El naufragio que más muertes provocó fue el de este cerquero de Vigo, que se hundió el 2 de junio de 2004 mientras faenaba en las proximidades de las islas Sisargas. La tripulación del buque estaba compuesta por diez marineros y en el accidente fallecieron seis de ellos mientras que los otros cuatro se dieron por desaparecidos. En el momento del hundimiento las condiciones meteorológicas y marítimas eran adversas y, según los expertos encargados de investigar el accidentes, iba más cargado de los debido y a una velocidad «inadecuada» en el momento del siniestro.
Siempre Casina. Este pesquero, con base en Burela, naufragó el 22 de febrero de 2005 en la costa de Ribadeo con un saldo de seis marineros muertos, dos desaparecidos y solo un rescatado. El buque había sufrido alguna modificación irregular, por lo que tenía un calado superior al que aparecía en los registros, según comprobaron los expertos tras reflotarlo y analizar las posibles causas de su hundimiento. El casco estaba intacto, por lo que los investigadores descartaron que el incidente se debiese a una vía de agua como consecuencia de un impacto con algún objeto a la deriva.
-Rosamar. El naufragio del arrastrero –propiedad de un armador gallego pero abanderado en Portugal– provocó la muerte de tres tripulantes y la desaparición de otros cinco mientras que los cinco restantes pudieron ser rescatados por los medios de salvamento. El suceso ocurrió el cinco de diciembre de 2008 mientras el pesquero faenaba a 24 millas de Burela, con el aparejo echado y realizando la maniobra de arrastre. La red se enganchó en el lecho marino y la tripulación no consiguió desactivar la recogida del aparejo, con lo que el buque se hundió irremediablemente. La investigación del accidente, publicada hace unas semanas, revela que en el momento en que se enganchó el aparejo no había ningún tripulante en la sala de las maquinillas del arrastre, lo que hizo imposible su desactivación. El informe también aclara que, al igual que en el caso del Nuevo Luz, la tripulación no alertó de la emergencia por radio y sólo se tuvo conocimiento de ella cuando saltó la radiobaliza del buque, cuando este ya estaba sumergiéndose.
Cordero. El arrastrero ribeirense se hundió el 15 de enero de 2008 a 20 millas de cabo Prior y en el accidente murieron cinco tripulantes –uno fallecido y cuatro desaparecidos– mientras que tres pudieron ser rescatados. El accidente se produjo en un día de temporal, en el que la mayoría de la flota había decidido permanecer amarrada a puerto. Según los supervivientes, tras recibir un fuerte impacto, el pesquero se sumergió rápidamente.
En este incidente falló la radiobaliza del buque, lo que retrasó la puesta en marcha del dispositivo de salvamento y los pesqueros que se encontraban en la zona incumplieron la obligación de escuchar el canal 16 de VHF. El suceso también provocó importantes críticas a Salvamento Marítimo porque el helicóptero con base en A Coruña, el por entonces Helimer Galicia, no estaba operativo y fue sustituido por uno de menor porte y autonomía. La aeronave que lo relevó, un Dauphin N II, se acercó a la zona del siniestro y tuvo que retirarse tras avistar a cinco de los náufragos, a los que más tarde se les perdió la pista. Los mandos de los pesqueros que participaron en el rescate denunciaron que la aeronave se limitó a enfocar con sus faros a los marineros para que los buques próximos los subiesen a bordo. El menor porte y estabilidad del helicóptero impidió que actuase con condiciones meteorológicas tan adversas. Sasemar aseguró posteriormente que ninguna aeronave podría haber intervenido en esa situación, afirmación que otros expertos en salvamento cuestionan.
– José Almuíña. El palangrero vigués se hundió el 6 de noviembre de 2009 a unas 1.000 millas al este de Bermudas con el resultado de cuatro marineros desaparecidos y siete rescatados. Los informes de los investigadores revelaron que el pesquero zozobró porque iba sobrecargado y por su propio diseño.
– Meloxeira. El hundimiento del pesquero en la ría de A Coruña el 13 de abril de 2002 supuso la desaparición de sus cuatro marineros. La alerta saltó cuando la embarcación –dedicada a la pesca de bajura y con base en Lorbé (Oleiros)– no regresó a puerto. Buceadores de la Guardia Civil encontraron el pecio sumergido a 1,33 millas al nordeste de A Coruña después de que apareciesen manchas de fuel en al agua, en la proximidades de la zona en que había estado faenando.
– MF Díaz. El 8 de noviembre de 2006 se hundió frente a las costas de Namibia el pesquero propiedad de una empresa mixta participada por Pescanova. Tres marineros desaparecieron después de que el buque registrase un incendio a bordo. Los familiares gallegos llevaron se querellaron con la multinacional pesquera por no querer reconocer a las víctimas como trabajadores suyos.
– Nuevo Amadorín. Este pesquero de bajura con base en Burela encalló el 28 de mayo en las inmediaciones de la isla A Pacha, frente a Ribadeo tras sufrir un golpe de mar. En el siniestro fallecieron los tres tripulantes de la embarcación.
– Sombriza. Los dos marineros de esta embarcación –con base en Viveiro– perdieron la vida como consecuencia de una vía de agua cuando se disponían a calar las nasas entre punta Chirlateira y punta Camedo, frente a O Vicedo. Las condiciones meteorológicas y marítimas en el momento del siniestro no eran adversas y los investigadores no han logrado determinar qué produjo la vía de agua del pesquero.
– Accidentes con una víctima. Los naufragios en los que se registró únicamente una víctima mortal han sido muy numerosos. Entre los más recientes destacan el del volantero cariñés Hermanos Landrove, el 8 de septiembre de 2009 a 16 millas al norte de cabo Prior, el del pesquero Furacán frente al puerto de Portosín el 29 de agosto de 2009 y el del arrastrero ribeirense Ficha Segundo el 15 de febrero de 2010 a 22 millas al noroeste de Estaca de Bares.
Sin fallecidos. Al margen de los siniestros marítimos en los que se perdieron vidas humanas, en los últimos diez años se han registrado otros muchos de pesqueros gallegos en los que no hubo víctimas.
Fuente:farodevigo.es
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