Pedro López, secretario general del mayor sindicato de controladores aéreos, advierte que las pantallas no permiten situar a los aviones como el ojo humano.

Es de Vigo, conoce el aeropuerto de Peinador y teme que la nueva torre remota que entra en servicio el miércoles reste posibilidades a la terminal aérea del sur de Galicia. Como nuevo secretario general de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Pedro López (Vigo, 1993), asegura que en contra de la afirmación hecha por el Gobierno, «ningún controlador de Vigo ha participado en la implantación de la torre remota», que esta no ofrece la misma perspectiva que la visión directa y que hay riesgo de demora en las operaciones. «Vigo lo va a sufrir», augura.

—¿Por qué cree que el aeropuerto de Vigo necesita una torre remota en lugar de seguir con la de visión directa como en el resto de pistas del país?

—Esa es nuestra gran pregunta. Tenemos en Vigo un aeropuerto que funciona, que tiene una variedad de tráfico impresionante: aeronaves comerciales, de carga, servicios de extinción de incendios, helicópteros medicalizados, aduanas, policía, escuelas de vuelo, pilotos de fin de semana de Portugal…, muchos clientes que dan vida y negocio al aeropuerto de Vigo y a toda su área. Y ahora se sustituye una torre que funciona por otra que va a dar una operatividad menor. ¡No lo entendemos!

—¿Entiende que se ubique en un sótano justo al lado de la torre?

—Eso no hace más que generarnos dudas. Parte de las cámaras se han puesto sobre la torre, que por lo tanto va a seguir allí. ¿Qué sentido tiene sustituir una torre completamente operativa y útil por una habitación metida en un aparcamiento abandonado?

—Aena asegura que habrá un controlador en la torre actual para retomar la gestión de vuelos por si fallase la virtual.

—No sé cómo lo van a hacer con lo ajustada que es la plantilla. Los controladores aéreos somos un colectivo súper comprometido con la profesión, que trabaja todos los días por hacer la navegación más segura y eficiente y que está preocupado por el impacto que pueden tener las nuevas tecnologías en la calidad de nuestro trabajo, y en el caso de la torre remota de Vigo, nadie nos ha preguntado.

—El Gobierno dice justo lo contrario, que ha contado con los controladores de Vigo.

—Nadie de los controladores operativos que hacen que la conectividad de Vigo esté garantizada cada día han participado en la definición del proyecto, su desarrollo e implantación.

—Aena alega que la tecnología basada en cámaras acaba con los puntos ciegos de la pista, lo que no se ve desde la torre. ¿Qué impedimentos técnicos encuentran los controladores?

—No es lo mismo observar algo a simple vista que en un monitor, donde no se puede tener la misma profundidad de campo. Las distancias se establecen mejor con el ojo humano. Y la visión a través de las pantallas no es de 360 grados. Eliges qué ver, pero no puedes hacerlo de inmediato en todas las direcciones, y el tráfico que hay en Vigo sí procede de todas partes: de la base de extinción de incendios de Queimadelos, del hospital Álvaro Cunqueiro… y justo esos dos puntos son opuestos, si observas en pantalla una zona no ves la otra.

—¿Teme situaciones imprevistas?

—Pues, ¿qué hubiese pasado en el apagón? Una torre física requiere de un equipamiento muy limitado y sencillo: una radio que funcione con baterías y la visión directa. Los sistemas digitales, en cambio, tienen una mayor dependencia y vulnerabilidad. En definitiva, en lugar de dar un servicio de mayor calidad y operar con más vuelos, se va a limitar en Vigo, sin duda, la capacidad del aeropuerto.

—Y el viajero, ¿tiene algo que temer con la torre remota?

—Tiene que conocer lo que hay. Y que se van a limitar operaciones, o verse retrasadas, y es muy posible que haya más pérdidas de conexiones, por ejemplo para quienes viajen a Madrid. Si se da ese tipo de problemas puede ser que haya compañías aéreas que pongan en cuestión volar a Vigo.

—Afirma el operador que la implantación de la torre será gradual, y las limitaciones, superando.

—Lo que reconoce directamente es que va a haber limitaciones a los vuelos, y que en casos imprevistos, como puede ser este verano ahora con la intervención de los servicios aéreos de extinción de incendios, habrá que priorizar unos vuelos sobre otros, lo que puede generar demoras.

—Pero las torres remotas existen en otros lugares del mundo.

—De entrada, las pruebas que se hicieron en Menorca no funcionaron correctamente. Y cuando se dice que están implantadas en Suecia, hay que advertir que se trata de aeropuertos remotos, pero Vigo no lo es. Y tampoco se puede poner como ejemplo al aeropuerto de London City, donde solo operan vuelos comerciales y no toda la casuística de Peinador. Ha habido otros sitios como Budapest donde se ha desechado. La tecnología de torre virtual no está suficientemente madura y Vigo, su sociedad y su economía la va a sufrir.

«No se implanta por seguridad o funcionalidad, sino por pura reducción de costes»

«Tener profundidad de campo para situar la cercanía o lejanía de un avión es clave para hacer ajustes», tercia Pedro López, doctor en Química y líder del sindicato que agrupa al 90 % de los más de 2.000 controladores aéreos de España. «Se va a implantar una tecnología que no aumenta ni la seguridad ni la operatividad del aeropuerto de Vigo», insiste.

—¿Tiene noticias sobre la posibilidad de que desde la torre remota de Vigo se dirija el tráfico de otros aeropuertos como el de A Coruña?

—No sabemos qué planes tiene Aena sobre eso, porque no cuentan con nosotros. Estamos súper dispuestos a echar una mano, pero mucho me temo que la intención es la de llevar a Vigo el control de otros aeropuertos para precarizar aún más este servicio. No olvidemos que Galicia ya es la comunidad con más torres privatizadas del país y A Coruña, que lo está, podría entrar en los márgenes de la torre de Vigo.

—¿Y extender el modelo de torre remota a otros aeropuertos además del de Vigo?

—No sabemos cómo va a evolucionar este proceso, que no va de aumento de seguridad o funcionalidad, sino que estamos ante una pura reducción de costes.

—No se percibe en la sociedad viguesa ni en las instituciones gallegas la desconfianza que transmiten sobre la torre remota los controladores aéreos.

—Nosotros estamos haciendo mucho hincapié en las limitaciones que va a traer para los usuarios la torre remota. Deben de saber que el servicio del aeropuerto de Vigo va a ser inferior al que tenemos actualmente, y toda la sociedad debería mostrar su preocupación por ello.

Fuente:lavozdegalicia.es