Utilizaron bengalas.

El cerquero de Portonovo, en el que murieron tres personas y desapareció una cuarta , tuvo problemas de estabilidad por «exceso de confianza» de la tripulación, según el informe

El pesquero Sin Querer Dos, hundido a 4,5 millas de al sur de Fisterra en diciembre del 2018 volcó y naufragó «debido a que navegaba con insuficiente estabilidad transversal». Así figura en las conclusiones del informe de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), según informa Europa Press, en el que se recoge que era «especialmente grave» la falta de estabilidad dinámica, que «reducía drásticamente» la capacidad del barco de hacer frente a los efectos del viento y balance del viento. Esta situación se debía a que contaba con «un peso de las artes de pesca sobre cubierta muy superior al peso máximo» establecido en el libro de estabilidad del buque. En el naufragio fallecieron tres personas y una permanece desaparecida. 

Las indagaciones apuntan que las condiciones meteorológicas y marítimas a las que se enfrentó el Sin Querer Dos eran «adversas», pero «por sí mismas eran insuficientes para causar el vuelco» de un buque de ese porte. «La sobrecarga del buque y la consecuente pérdida de flotabilidad y estabilidad pudo ocurrir porque ni el patrón, ni ninguna otra persona en la empresa armadora comprobaron que se respetaban los límites operacionales del buque establecidos en su libro de estabilidad, particularmente cuando se tomó la decisión de embarcar artes de pesca de tamaño y peso excesivos», razona la Ciaim.

Además, se apunta a que «estas conductas eran habituales», dado que se identifica que el buque operaba normalmente con tres artes de pesca, entre otras cuestiones. El barco navegaba sobrecargado de forma constante, lo que producía un «centro de gravedad excesivamente alto», con la consecuente disminución de estabilidad.

En este sentido, se observa un «exceso de confianza», bajo la máxima de que «nunca ha pasado nada» para «no respetar» los límites normativos. Aquí, la investigación señala una «falta de conciencia de la seguridad por parte del patrón».

Por todo ello, este órgano dependiente del Ministerio de Transportes lanza la advertencia de seguridad a los armadores de que se revisen los procedimientos operativos de las embarcaciones y se cuiden de respetar los límites del libro de estabilidad.

Relato

Así, se recoge un relato detallado de lo sucedido a través de las entrevistas realizadas a los supervivientes de una tripulación de 10 personas que salió del puerto de A Coruña el 19 de diciembre del 2019 (a las 4,15 horas) de regreso a Portonovo (Pontevedra). Poco antes del accidente, cuando navegaban al sur de Fisterra, el patrón y dos marineros estaban en el puente. Mientras, un tripulante que se encontraba en el comedor percibió que el barco no recuperaba la posición tras un balance que le pareció «raro», por lo que gritó a sus compañeros que estaban en los camarotes: «Salir para arriba». A continuación, «segundos después», el buque volcó sobre babor.

Toda la tripulación logró salir del barco, pero solo seis de los marineros alcanzaron las balsas. Allí, lanzaron bengalas que fueron vistas por embarcaciones en la zona. Sin embargo, tres tripulantes fallecieron y otro sigue desaparecido.

Uno de los supervivientes vio al desaparecido salir a cubierta e ir hacia la proa, al igual que «también fue visto en el agua tratando de zafarse de las botas que le impedían mantenerse a flote».

Fuente:lavozdegalicia.es