Imágenes muestran a tripulantes exhaustos siendo salvados tras un asalto al carguero liberiano cerca de Yemen, en una zona bajo control de los rebeles que son apoyados por el régimen de Irán.

La escena es austera pero contundente. Los tripulantes, visiblemente exhaustos, son ayudados a subir a bordo mediante una escalera colgante. Llevan chalecos salvavidas naranjas, las olas les golpean la espalda y sus movimientos son lentos, marcados por el agotamiento físico. No hay audios, ni testimonios, ni narración. Solo el mar y una operación de salvamento en curso, como tantas otras que han tenido lugar en aguas que han dejado de ser seguras.

El video difundido esta semana no muestra el ataque, ni el hundimiento, ni el fuego. Muestra el después. La lucha por sobrevivir. En medio de un conflicto que ha desplazado a la diplomacia por las armas, y a las rutas comerciales por corredores de guerra, cada rescate documentado es también un recordatorio: la tripulación civil, muchas veces anónima, es la primera en enfrentar las consecuencias directas de un conflicto que se libra por otros intereses.

Cinco tripulantes fueron rescatados con vida tras el ataque hutí a un buque de bandera liberiana cerca de Yemen.

Las imágenes, divulgadas este miércoles por la empresa de seguridad marítima Diaplous, muestran a tres de los cinco marineros siendo rescatados en alta mar. Con salvavidas puestos, son izados desde el agua mediante sogas hacia un buque de asistencia, mientras el oleaje golpea a ambos costados. El lugar y la embarcación que ejecutó el rescate no han sido oficialmente identificados, pero fuentes de seguridad citadas por REUTERS confirmaron que la operación tuvo lugar el miércoles 9 de julio. Fotografías fijas complementan el video, mostrando a otros tripulantes en el agua en distintos momentos del operativo.

El carguero, de bandera liberiana y operado por una naviera griega, fue atacado dos días antes, el lunes 8 de julio, frente a las costas de Yemen, cerca del puerto de Al Hodeida, en una zona bajo control de los rebeldes hutíes quienes ya reivindicaron el ataque. Según informes de la UK Maritime Trade Operations (UKMTO) y del Ministerio de Marina Mercante de Grecia, la nave fue blanco de un ataque con lanchas rápidas y granadas propulsadas por cohete (RPGs), lo que provocó daños severos, la pérdida total de propulsión y la interrupción completa de sus comunicaciones. El buque quedó a la deriva.

Las imágenes difundidas por Diaplous evidencian la vulnerabilidad de los marineros civiles en zonas de conflicto.

A bordo viajaban 22 personas, la mayoría de nacionalidad filipina, junto con tres guardias armados indios. Las autoridades han confirmado hasta el momento cinco muertos, dos heridos —incluido un técnico ruso que perdió una pierna— y dos desaparecidos. Cinco tripulantes fueron rescatados con vida, aunque el video solo muestra a tres de ellos, probablemente porque la grabación comenzó cuando la operación ya estaba en curso.

El ataque fue el segundo en menos de 24 horas. El día anterior, el carguero Magic Seas fue hundido en un incidente separado pero igualmente violento. En ese caso, los rebeldes hutíes sí reivindicaron la acción y difundieron un video mostrando el abordaje, explosiones dentro del buque y la evacuación de la tripulación. Los marineros del Magic Seas fueron rescatados posteriormente por fuerzas de Emiratos Árabes Unidos.

Ya antes de que los hutíes reivindicaran formalmente la autoría de este último ataque, Estados Unidos, Reino Unido y Grecia los responsabilizan directamente. Desde octubre de 2023, cuando estalló la guerra en Gaza, los hutíes —respaldados por el régimen de Irán— han intensificado su campaña de ataques contra embarcaciones asociadas, directa o indirectamente, con Israel y sus aliados. Alegan actuar en solidaridad con el grupo palestino Hamas.

El mar Rojo, por donde transita aproximadamente el 12% del comercio marítimo mundial, se ha transformado en un corredor de alto riesgo. Varias navieras han comenzado a desviar sus rutas hacia el sur de África, alargando trayectos, incrementando costes logísticos y alterando el flujo de suministros globales.

El video no tiene sonido, ni voces. Pero su mensaje es inequívoco. En el mar Rojo, convertido en zona de conflicto, marineros civiles luchan por sobrevivir a una guerra que no eligieron. La imagen de un hombre aferrado a una cuerda en mitad del oleaje resume todo: vulnerabilidad en estado puro.

Fuente:infobae.com