El antiguo cable de las telecomunicaciones germanas, que unía Vigo con el mundo, todavía hoy resulta visible en Carril.

Lo que queda del cable al descubierto.
La playa de Carril, en Alcabre, con bandera azul, esconde un secreto que solo se muestra cuando la marea baja. En realidad, no es un secreto, sino los restos de una conexión telegráfica por cables instalada por el Gobierno de Alemania hace más de un siglo y que estuvo operativa hasta el principio de la II Guerra Mundial. La empresa DAT, acrónimo de Telegrafía Atlántica Alemana, se instaló en Vigo a principios del siglo XX aprovechando que había hecho otro tanto el Reino Unido con su mucho más famoso Cable Inglés, de cuya presencia dan cuenta los depósitos musealizados en el pequeño jardín del muelle de Trasatlánticos.

El tubo, a la vista.
El Cable Alemán no era tan conocido, pero sus huellas están a la vista en Carril, una cuerda que entra en el mar y que llegaba en primer lugar hasta una vivienda unos metros hacia el interior, donde todavía son visibles las letras DAT, y al un cuartel general en la calle Velázquez Moreno. La presencia alemana fue muy intensa en Vigo hasta la II Guerra Mundial, antes del régimen nazi y ya con Hitler en el poder. Hubo un Colegio Alemán, que había sido la residencia en la ciudad de los empleados de DAT y que funcionó hasta los años setenta en un chalé entre Torrecedeira y Pi y Margall. Curiosamente, dicha vivienda fue desmontada con la idea de su reconstrucción en un parque, lo que nunca ocurrió. Algunas de sus piedras se encontraban hace algunos años en el depósito municipal de Santa Cristina de Lavadores, aunque su número fue menguando hasta desaparecer.
En 1896 fue inaugurado en Vigo el Cable Alemán, pero la instalación submarina alemana era, según aseguran los historiadores, de inferior extensión y calidad que la inglesa. Con el inicio de la Guerra Mundial, los ingleses cortaron el Cable Alemán y los alemanes hicieron lo propio con el Cable Inglés. Las dos oficinas, ya sin posible uso por el boicot mutuo, se convirtieron en un nido de espías de ambos países. Todo lo que queda se puede ver todavía con la marea.

En la casa que se encuentran hacia el interior de la playa todavía se ven los restos de su origen en la compañía DAT.
Fuente:atlantico.net
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