Tras la aprobación del PGOM, propone por escrito que el gobierno local plantee un justiprecio por las fincas, ahora viales.

Una de las calles privadas de A Salgueira.

Antonio Salgado Clavo, el vecino de A Coruña propietario de varias calles en el barrio de A Salgueira, se ha dirigido al Concello de Vigo para proponer que las compre y poner así punto final a una situación que lleva 26 años sin resolverse. Salgado, vigués de origen, heredó unos terrenos en A Salgueira de su abuela Doña Concha, que el municipio convirtió en viales que funcionan como tales, e incluso están señalizados, pero de forma por completo irregular. Y la prueba, como señala desde hace años su propietario, es que estas vías no han podido ser inventariadas como municipales precisamente por su situación catastral: oficialmente continúan siendo fincas privadas, aunque desde hace 45 años se utilizan como vías urbanas.

Ahora, Antonio Salgado cree que puede solucionarse de una vez, tras la reciente aprobación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM). Acaba de presentar un recurso de reposición ante el Concello, para que tenga en cuenta la -imposibilidad- de su registro y se acuerde, si así lo estima el ayuntamiento, proponer el estudio de un justiprecio por las calles “y poder finiquitar este tortuoso asunto tras 26 años de espera”, explica. Los viales principales serían Rua Salgueira, Rúa Finca de Doña Concha y Baixada Finca Doña Concha y el terreno situado en la Alameda de A Salgueira.

Sobre el precio, clave a la hora de realizar un justiprecio, Hacienda elevó en 1998 a 24.000 euros el “precio” de los viales, aunque son cifras que habría que poner al día y la estimación más reciente alcanzaría en torno a los 300.000 euros. En su opinión, el arreglo pasaría bien por la expropiación forzosa por parte del Concello, que sería la vía más rápida y la más efectiva. Ha recordado en varias ocasiones Antonio Salgado que en las inmediaciones de sus calles, estrechas, pero transitadas, el nuevo PGOM contempla el desarrollo de una urbanización lo que al menos en teoría incrementará el valor de las propiedades y obligará probablemente a ampliar los actuales viales. Pero nada de ello podría hacer el Concello, porque según le consta a Salgado, el callejero “privado” no está dado de alta en el inventario. Como señaló en varias ocasiones, en 2009 el pleno del ayuntamiento confirmó por mayoría que son municipales. “Para que puedan registrarlas, habría que negociar un justiprecio”, reiteró.

Las calles son de pequeño tamaño, estrechas, pero con sus respectivos nombres, lo que las convierte en parte del callejero. Destaca la Rúa Finca de Doña Concha, que era la propietaria histórica de los terrenos. Las fincas fueron ocupadas en 1978 y destinadas a vías públicas y asfaltadas, por las que circula Vitrasa y donde hay viviendas, garajes y plazas de estacionamiento.

Fuente:atlantico.net