Aunque la Consellería de Pesca no le hubiese retirado la autorización para pescar, el Gallego José no podría estar ahora mismo faenando. Una inspección realizada la semana pasada al cerquero de Camariñas, gemelo del O Bahía -que se hundió las islas Sisargas en junio del 2004- reveló que presenta serios problemas de estabilidad.

Fuentes próximas a Marina Mercante señalan, incluso, que el patrón de la embarcación ha admitido que utilizaba una veintena de sacos de arena para corregir la escora del barco. Esas mismas fuentes corroboraron también que pesa más de lo recomendado y que la línea de flotación está varios centímetros por debajo del nivel de seguridad.

En estos momentos, la Capitanía Marítima de A Coruña está analizando el alcance de esas anomalías para proponer al armador una serie de medidas correctoras. Así lo señaló su responsable, Gustavo Ortega, que no entró en el detalle de las deficiencias que presentaba la embarcación.

El capitán marítimo explicó que los fallos de estabilidad que presenta el Gallego José fueron detectados en el marco de una de las inspecciones aleatorias que la Dirección General de Marina Mercante realiza por todo el litoral español después de los naufragios del O Bahía , el Nuevo Pilín , el Siempre Casina y, más recientemente, el Nuevo Pepita Aurora .

Varias inspecciones

En el área de A Coruña fueron dos los inspeccionados y «es cierto que al Gallego José se le detectaron deficiencias. Ahora bien, lo que no entiende Gustavo Ortega es que toda la alarma se centre en el cerquero de Malpica cuando ha habido otras embarcaciones a las que se les ha abierto expediente. Es más, Ortega recordó que el Gallego José no está faenando, dado que la Consellería de Pesca le retiró de forma cautelar la licencia por las sospechas que recaen sobre el buque de haber empleado dinamita para la pesca.

Tanque suplementario

No es la primera vez que el Gallego José queda inmovilizado por deficiencias en materia de estabilidad. En el 2003 fue retenido por los inspectores de Marina Mercante después de que los inspectores hubiesen detectado que los armadores habían instalado en cubierta un depósito suplementario de combustible para que el barco pudiese tener más autonomía durante la campaña del bonito. La embarcación volvió a faenar de nuevo en cuanto retiró de la cubierta el tanque para el gasoil.

Que curioso.

Hablan de la mala praxis de la tripulación y certificados en regla.

Además de la señal de Socorro.

Fuente:lavozdegalicia.es