El capitán marítimo Luis Gascón achaca el encallamiento a un «error humano» y ordena una inspección completa. El buque, valorado en 70 millones de dólares, fue reflotado sin permiso y sin medidas de seguridad.

Imagen del vídeo difundido por la cuenta de Instagram Exponiendo Ibiza.
El megayate de lujo Attila, de 64 metros de eslora y valorado en aproximadamente 70 millones de dólares, permanece inmovilizado en el puerto de Marina Ibiza por orden de Capitanía Marítima, después de haber sido reflotado sin autorización el pasado miércoles.
La embarcación, con bandera de las Islas Caimán y equipada con helipuerto, piscina, sauna y hammam (baño turco), encalló el martes por la tarde en una zona de escasa profundidad frente a la playa de ses Canyes, en es Pujols (Formentera), dentro del Parque Natural de ses Salines.
Según confirmó el capitán marítimo de Ibiza y Formentera, Luis Gascón, en una entrevista con el medio especializado Gaceta Náutica, el incidente fue resultado de una «maniobra indebida» y una «navegación temeraria» en un entorno marítimo especialmente sensible. Gascón aseguró que el problema fue exclusivamente un error humano: «No es que haya fallado el radar o el timón, ha fallado la persona. Es evidente».
En el citado podcast, durante una conversación con el periodista José Luis Miró, Gascón explicó que, aunque el Attila logró liberarse por sus propios medios -con ayuda de dos embarcaciones auxiliares y aprovechando la subida de la marea- lo hizo sin esperar a las autorizaciones correspondientes ni cumplir con los requisitos de seguridad.
Por ello, Capitanía Marítima ha ordenado una inspección exhaustiva del buque, «de quilla a penol», es decir, de proa a popa. La medida se ampara en el Memorándum de París, un acuerdo internacional que permite a los Estados firmantes inspeccionar en puerto a embarcaciones extranjeras cuando existan indicios de infracción. Según ha precisado la autoridad marítima, se trata de inspecciones estandarizadas llevadas a cabo por personal altamente cualificado.
La investigación abierta se centra en dos aspectos: la posible infracción por navegación negligente y la verificación del cumplimiento del buque con la normativa internacional en certificación, dotación y seguridad.
«Las autoridades del país de la bandera deben garantizar que los barcos que navegan bajo su pabellón cuenten con una tripulación entrenada y con todos los certificados en regla», subrayó Gascón, refiriéndose a los certificados estatutarios del buque, de las tripulaciones y de los documentos que tiene que llevar la embarcación en función de su actividad.
Se alquila como embarcación de recreo
El incidente generó una gran atención, especialmente tras la publicación de un vídeo en la cuenta de Instagram «Exponiendo Ibiza», donde se podía ver el momento en que el yate quedó encallado sin conseguir liberarse por sí mismo.
El Attila, construido en Italia en 2019 y operado por una empresa de chárter con sede en Ibiza, se alquila como embarcación de recreo. Según técnicos del Consell de Formentera y agentes del Parque Natural, la varada no ha provocado vertidos ni daños visibles a la pradera de posidonia.
Sin embargo, la desobediencia del armador al reflotar el yate sin presentar un plan técnico ni obtener el visto bueno de la aseguradora internacional ha sido calificada como una falta grave por la autoridad marítima.
Fuente:abc.es
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