
La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas
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La historia de Galicia está profundamente ligada al mar. Entre los hechos más relevantes, sobresale un trágico naufragio, el mayor de la región, que ocurrió en el año 1810.
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Los misterios de la playa de Santa Comba en Ferrol: restos de un naufragio y su ermita inaccesible
El 2 de noviembre de ese mismo año, la playa de Covas, en Viveiro (Lugo), amaneció con centenares de cadáveres sobre su arena. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas.
La historia de Galicia está profundamente ligada al mar. Entre los hechos más relevantes, sobresale un trágico naufragio, el mayor de la región, que ocurrió en el año 1810.
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El 2 de noviembre de ese mismo año, la playa de Covas, en Viveiro (Lugo), amaneció con centenares de cadáveres sobre su arena. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas.
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El mayor naufragio de Galicia ocurrió frente a esta playa
Los integrantes de una Armada de guerra compuesta por navíos españoles e ingleses, que se encontraba fondeada en la ría de Viveiro, en plena Guerra de la Independencia contra Francia, fueron sorprendidos por un fuerte temporal.
Dos de los fallecidos permanecían fundidos en un abrazo. Eran padre e hijo, y su muerte sirvió para que la Armada prohibiese el embarque de familiares directos en la misma unidad.
El Palomo se estrelló contra los acantilados en Sacido, mientras que la Magdalena se hundió a unos 8 metros de profundidad en la playa de Covas.
Uno de los arenales más populares de la costa lucense aún guarda la memoria de aquel trágico naufragio, pero hoy en día es una zona de baño muy frecuentada por visitantes que buscan tranquilidad.
Así es la playa de Covas
En forma de concha, la playa de Covas es una playa urbana de arena blanca y aguas sumamente tranquilas. Se extiende a lo largo del núcleo urbano viveirense, con una longitud aproximada de 1,5 kilómetros.
La historia de Galicia está profundamente ligada al mar. Entre los hechos más relevantes, sobresale un trágico naufragio, el mayor de la región, que ocurrió en el año 1810.
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El 2 de noviembre de ese mismo año, la playa de Covas, en Viveiro (Lugo), amaneció con centenares de cadáveres sobre su arena. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas.
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Dos de los fallecidos permanecían fundidos en un abrazo. Eran padre e hijo, y su muerte sirvió para que la Armada prohibiese el embarque de familiares directos en la misma unidad.
El Palomo se estrelló contra los acantilados en Sacido, mientras que la Magdalena se hundió a unos 8 metros de profundidad en la playa de Covas.
Uno de los arenales más populares de la costa lucense aún guarda la memoria de aquel trágico naufragio, pero hoy en día es una zona de baño muy frecuentada por visitantes que buscan tranquilidad.
Así es la playa de Covas
En forma de concha, la playa de Covas es una playa urbana de arena blanca y aguas sumamente tranquilas. Se extiende a lo largo del núcleo urbano viveirense, con una longitud aproximada de 1,5 kilómetros.
En el extremo oeste de la misma presenta curiosas formaciones de tipo pizarroso, que son conocidas por los lugareños como Castelos.
Es precisamente en esta zona donde se encuentra el monumento dedicado en recuerdo de los náufragos de la escuadra cántabra, en especial del bergantín Palomo y la fragata Magdalena, hundidos en la ría, por el temporal, el 2 de noviembre de 1810.
La playa de Covas está dotada con todas las comodidades (aseos, duchas, lavapiés, papeleras, servicio de limpieza…) y complementada por un vistoso paseo marítimo, que delimita la playa y separa el arenal y las dunas de un amplio parque.
El parque en cuestión es el José Antonio Pernas Peón, que cuenta con una zona de pícnic, área de camping y otros servicios.

La historia de Galicia está profundamente ligada al mar. Entre los hechos más relevantes, sobresale un trágico naufragio, el mayor de la región, que ocurrió en el año 1810.
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El 2 de noviembre de ese mismo año, la playa de Covas, en Viveiro (Lugo), amaneció con centenares de cadáveres sobre su arena. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas.
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Los integrantes de una Armada de guerra compuesta por navíos españoles e ingleses, que se encontraba fondeada en la ría de Viveiro, en plena Guerra de la Independencia contra Francia, fueron sorprendidos por un fuerte temporal.
Dos de los fallecidos permanecían fundidos en un abrazo. Eran padre e hijo, y su muerte sirvió para que la Armada prohibiese el embarque de familiares directos en la misma unidad.
El Palomo se estrelló contra los acantilados en Sacido, mientras que la Magdalena se hundió a unos 8 metros de profundidad en la playa de Covas.
Uno de los arenales más populares de la costa lucense aún guarda la memoria de aquel trágico naufragio, pero hoy en día es una zona de baño muy frecuentada por visitantes que buscan tranquilidad.
Así es la playa de Covas
En forma de concha, la playa de Covas es una playa urbana de arena blanca y aguas sumamente tranquilas. Se extiende a lo largo del núcleo urbano viveirense, con una longitud aproximada de 1,5 kilómetros.
En el extremo oeste de la misma presenta curiosas formaciones de tipo pizarroso, que son conocidas por los lugareños como Castelos.
Es precisamente en esta zona donde se encuentra el monumento dedicado en recuerdo de los náufragos de la escuadra cántabra, en especial del bergantín Palomo y la fragata Magdalena, hundidos en la ría, por el temporal, el 2 de noviembre de 1810.
La playa de Covas está dotada con todas las comodidades (aseos, duchas, lavapiés, papeleras, servicio de limpieza…) y complementada por un vistoso paseo marítimo, que delimita la playa y separa el arenal y las dunas de un amplio parque.
El parque en cuestión es el José Antonio Pernas Peón, que cuenta con una zona de pícnic, área de camping y otros servicios.
Playa de Covas
Usuarios de la playa de Covas destacan la belleza natural del arenal, perfecto para pasear, practicar un poco de ejercicio o simplemente pasear el día y relajarse. «Su paisaje es una maravilla», dice Vanesa.
En este rincón de la costa lucense, «las mareas vivas son espectaculares». Este fenómeno natural ocurre cuando la Tierra, el Sol y la Luna se encuentran alineados, resultando en mareas más altas de lo normal durante la pleamar y más bajas durante la bajamar.
Según fuentes municipales, la superficie de la playa de Covas alcanza aproximadamente 280.000 metros cuadrados (m²) en bajamar, reduciéndose a unos 150.000 m² en pleamar.
La historia de Galicia está profundamente ligada al mar. Entre los hechos más relevantes, sobresale un trágico naufragio, el mayor de la región, que ocurrió en el año 1810.
Los misterios de la playa de Santa Comba en Ferrol: restos de un naufragio y su ermita inaccesible
El 2 de noviembre de ese mismo año, la playa de Covas, en Viveiro (Lugo), amaneció con centenares de cadáveres sobre su arena. La fragata Santa María Magdalena y el bergantín Palomo se hundieron en un trágico naufragio que costó la vida a 800 personas.
Josep Cister: «Mi madre movía el mundo sin que se notara»
El mayor naufragio de Galicia ocurrió frente a esta playa
Los integrantes de una Armada de guerra compuesta por navíos españoles e ingleses, que se encontraba fondeada en la ría de Viveiro, en plena Guerra de la Independencia contra Francia, fueron sorprendidos por un fuerte temporal.
Dos de los fallecidos permanecían fundidos en un abrazo. Eran padre e hijo, y su muerte sirvió para que la Armada prohibiese el embarque de familiares directos en la misma unidad.
El Palomo se estrelló contra los acantilados en Sacido, mientras que la Magdalena se hundió a unos 8 metros de profundidad en la playa de Covas.
Uno de los arenales más populares de la costa lucense aún guarda la memoria de aquel trágico naufragio, pero hoy en día es una zona de baño muy frecuentada por visitantes que buscan tranquilidad.
Así es la playa de Covas
En forma de concha, la playa de Covas es una playa urbana de arena blanca y aguas sumamente tranquilas. Se extiende a lo largo del núcleo urbano viveirense, con una longitud aproximada de 1,5 kilómetros.
En el extremo oeste de la misma presenta curiosas formaciones de tipo pizarroso, que son conocidas por los lugareños como Castelos.
Es precisamente en esta zona donde se encuentra el monumento dedicado en recuerdo de los náufragos de la escuadra cántabra, en especial del bergantín Palomo y la fragata Magdalena, hundidos en la ría, por el temporal, el 2 de noviembre de 1810.
La playa de Covas está dotada con todas las comodidades (aseos, duchas, lavapiés, papeleras, servicio de limpieza…) y complementada por un vistoso paseo marítimo, que delimita la playa y separa el arenal y las dunas de un amplio parque.
El parque en cuestión es el José Antonio Pernas Peón, que cuenta con una zona de pícnic, área de camping y otros servicios.
Playa de Covas Shutterstock
Usuarios de la playa de Covas destacan la belleza natural del arenal, perfecto para pasear, practicar un poco de ejercicio o simplemente pasear el día y relajarse. «Su paisaje es una maravilla», dice Vanesa.
En este rincón de la costa lucense, «las mareas vivas son espectaculares». Este fenómeno natural ocurre cuando la Tierra, el Sol y la Luna se encuentran alineados, resultando en mareas más altas de lo normal durante la pleamar y más bajas durante la bajamar.
Según fuentes municipales, la superficie de la playa de Covas alcanza aproximadamente 280.000 metros cuadrados (m²) en bajamar, reduciéndose a unos 150.000 m² en pleamar.
En definitiva, la playa de Covas es el mejor refugio climático para los días de calor intenso en Viveiro. La villa dispone de otras zonas de baño, como la playa de Area, de arena blanca, aguas cristalinas y tranquilas.
En el límite de los ayuntamientos de Viveiro y Xove, se encuentra una pequeña cala situada en un entorno virgen. Portonovo era muy frecuentada por turistas alemanes y franceses, pero hoy en día tiene un grado de ocupación bajo.
Por otro lado, la playa de Sacido cuenta con abundantes acantilados y una rica vegetación marítima, mientras que Seiramar se considera la prolongación de Covas, con arena fina y rocas.
Fuente:elespanol.com
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