«Al comandante del A-82 le hemos tenido que enviar al curso de Estado Mayor para no arruinar su carrera», lamenta una fuente.
Últimas maniobras del Submarino S81 para su entrega a la Armada Española.
Las naves del astillero de Cartagena albergan el ambicioso proyecto de los submarinos S-80, que cuentan con tecnología NASA y representan la apuesta más avanzada de la industria naval española. Aunque también ocasionan crecientes desafíos logísticos y organizativos.
El 26 de noviembre, Navantia marcó un importante avance al completar el embarque de los equipos del sistema de propulsión independiente del aire (AIP), basado en hidrógeno, calificándolo como un logro «sin precedente en la historia de la construcción naval en España». Este sistema, que permite largos periodos de inmersión frente a los submarinos diésel-eléctricos convencionales, destaca por su potencial revolucionario.
Retrasos y desafíos internacionales
Sin embargo, este hito técnico contrasta con los continuos retrasos en el calendario de entregas. Fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por El Mundo aseguran que el segundo submarino de la serie, el S-82 Narciso Monturiol, no estará listo hasta mediados de 2026.
Estas dilaciones han obligado a reconfigurar los planes del Ejército, afectando a las tripulaciones asignadas y sembrando dudas sobre el impacto en la carrera profesional de los militares involucrados. «Es que al comandante del A-82 le hemos tenido que enviar al curso de Estado Mayor para no arruinar su carrera», critica esta fuente. El capitán de corbeta Damián Niebla es quien supuestamente está destinado a ser el comandante.
Aunque la Armada insiste en que se trata de «ajustes logísticos normales», este y otros cambios han obligado a las tripulaciones a prolongar destinos o realizar formación adicional mientras esperan la entrada en servicio de los sumergibles.
A pesar de las complicaciones, fuentes militares destacan la capacidad de adaptación y el enfoque en soluciones: «Es cierto que al retrasarse la entrada en servicio, hemos tenido que cambiar los planes, pero simplemente se activará a la dotación más tarde«. «En lugar de centrarnos en el problema, buscamos alternativas para mantener la operatividad y la formación del personal«, añaden.
Además de los desafíos internos, los retrasos están complicando la internacionalización del submarino. Durante un reciente viaje a la India liderado por el presidente Pedro Sánchez, Navantia presentó el modelo S-80 a la Marina India como candidato para la construcción de seis submarinos por un valor de 4.000 millones de euros. Sin embargo, la empresa enfrenta la competencia del modelo alemán de Thyssenkrupp y el escepticismo generado por las demoras en el proyecto español.
La situación se agrava por la falta de claridad sobre el armamento de los submarinos. Aunque originalmente se diseñaron para portar misiles Tomahawk, se ha optado por los noruegos Kongsberg, cuya instalación no se completará hasta 2027, si no surgen nuevos contratiempos.
Fuente:huffingtonpost.es
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