La conversión del edificio en hotel obliga a la Autoridad Portuaria de Vigo a retirar 380 kilos de metal y poner rodamientos
La tecnología, los modernos sistemas de localización, los GPS o los radares no han podido jubilar a los faros. La navegación asistida por satélite puede fallar, pero estos dinosaurios de la era satelital siguen siendo el referente seguro para llegar a buen puerto. El vigía de Silleiro, uno de los más espectaculares de Galicia está de celebración por partida doble: hoy se conmemora el Día Mundial de los faros y mañana es su centenario.
La reconversión del inmueble sobre el que descansa en un hotel asegura el brillante futuro del emblemático edificio construido a 85 metros por encima del nivel del mar. Pero la funcionalidad del sistema que guía a cientos de barcos a diario en sus travesías está también garantizada. «Es el primero de los grandes faros de España en los que se ha sustituido el mercurio por un sistema de rotación por rodamientos», explica Luis Martínez. Es el responsable de Señales Marítimas de la Autoridad Portuaria de Vigo, pero también uno de los cinco fareros que quedan en Galicia, un oficio en peligro de extinción que desaparecerá cuando se jubilen los funcionarios que aún están en activo.
«La óptica, que es lo que produce los destellos al girar, flotaba originalmente en mercurio. Eso tenía sus ventajas y así funcionó perfectamente desde que se construyó el faro en 1924», indica mientras relata a 30 metros más de altura que el edificio cómo ha sido el complejo procedimiento. «Hubo que cambiar el sistema porque era incompatible con el proyecto del hotel así que se tuvieron que retirar los 380 kilos de mercurio sobre los que flotaba la óptica y sustituirlo por un sistema de rotación por rodamientos hecho ex profeso por una empresa especializada de Vigo», indica Luis Martínez.
Cada faro tiene una óptica diferente y su propio ritmo luminoso. Es la identidad de cada señal y ninguna es igual en una misma línea de costa. La de Silleiro, indica Luís Martínez, es de dos destellos más uno en quince segundos. Esa secuencia es la que permite a cualquier barco desde hasta 28 millas náuticas de distancia situarse en relación el faro más al sur de Galicia.
La lente, destaca, es la original de 1924 de la casa alemana Pintch. «Es una lente insustituible e irreparable porque es de cristal de roca porque ya no existe». Fue un procedimiento complejo. «Primero se retiró el mercurio y después, con una gran grúa y sumo cuidado, hubo que bajar toda la linterna, que son 7,5 toneladas. A continuación la óptica, que son otras cinco de bronce y cristal hasta el suelo y finalmente se instalaron los rodamientos». «Hemos sido pioneros en España al hacer este procedimiento en un faro tan grande», considera. Una veintena de operarios de empresas gallegas realizaron esta compleja operación. En las costas españolas hay 54 faros de características similares y, previsiblemente, en el de Cabo de Peñas de Asturias, se siga un procedimiento similar. La cripta es también la original y está hecha en hierro fundido, cobre y latón. Está apoyada en una vidriera forjada con 64 cristales triangulares de cuatro metros de diámetro y más de tres de altura.
En el de Cíes, con óptica sueca y una señal de dos destellos en quince segundos, se cambió el pedestal de mercurio por uno de imanes en la década de los noventa. El tercer faro de la Autoridad Portuaria de Vigo, que es el de A Guía, es de ocultación así que, en vez de dar un destello de luz, está siempre encendido y se apaga pro un breve período de tiempo, explica Luis Martínez.
El edificio se está transformando en un hotel de tres plantas que tendrá entre 18 y 20 habitaciones y un restaurante de la mano de Lighthouse. Los operarios trabajaban ayer en la piscina de la que también podrán disfrutar los clientes que se hospeden en el faro con vistas sobre el océano que preside la entrada sur de la ría de Vigo. La instalación se ubica en una parcela de 2.580 metros cuadrados. El elemento vertebrador de puertas adentro es la imponente escalera de caracol que preside el vestíbulo y que centraliza el espacio interior, coronado por la linterna.
El lunes reabrirá el viejo faro, ubicado a pie de costa y a menos de mil metros del principal. Renace como taberna tras medio año en obras y una respetuosa rehabilitación.
Fuente:lavozdegalicia.es
Deja una respuesta