Son muchas las razones que pudiéramos enlistar como causas de un clima laboral inestable o poco favorable. Ausencia de un liderazgo efectivo, políticas organizacionales nocivas, comunicación interna deficiente, arbitrariedades a subordinados o desigualdad de condiciones, entre otras. En esta ocasión, voy a hablar de una causa en particular, quizá no tan notoria como las previamente comentadas pero que consideramos, con igual o mucho mayor factor de riesgo a largo plazo.

¿QUÉ ES UN COLABORADOR TIBIO?

Para entenderlo, clasificaremos a los colaboradores por la «temperatura» de su involucramiento en la organización en las siguientes categorías:

El colaborador «hot».

No, no hablo de un colaborador muy atractivo, sino de un individuo con un grado de involucramiento muy elevado. Es el típico colaborador que usualmente habla más alto que sus compañeros. También es bastante sociable, tiende mucho a participar y cuenta con una trayectoria de resultados notable. Este colaborador funciona excelente en áreas comerciales, creativas, estratégicas y de dirección. Los aspectos positivos de este tipo de colaborador, son su enfoque, involucramiento con la organización, resultados contundentes y propuestas constantes que sirven en ocasiones como modelo inspirador para sus compañeros. Los aspectos negativos de este colaborador son prontitud a la ira, conflictos frecuentes con los compañeros por diferencia de opiniones o expectativas de respuesta muy elevadas en cuanto a tiempo y calidad. También tienden a ser ansiosos, aprensivos, autoritarios y tóxicos. Es el tipo de colaborador más sencillo de detectar.

El colaborador «cold».

Este individuo es muy centrado y ecuánime en sus funciones y relaciones dentro de la organización. Procuran ver las cosas de manera objetiva, y son lineales en sus funciones. Aunque su aporte no es tan llamativo como el del colaborador hot, su disciplina y puntualidad en la ejecución de su trabajo los vuelve elementos valiosos, especialmente en puestos administrativos, de recursos humanos u operacionales. Son más bien introvertidos y poco entusiastas en cuanto a demostración de emociones se refiere Sus aspectos positivos son pulcritud en su trabajo, orden, organización y visión objetiva, siendo capaces de realizar funciones rutinarias por años sin deteriorarlas en lo más mínimo, lo que los vuelve personal confiable. Sus aspectos negativos son una tendencia al estancamiento, desapego, apatía en caso de sentirse poco valorados o que sus beneficios no empatan con sus responsabilidades.

El colaborador «tibio».

Podemos ubicar a este tipo de colaborador en el punto medio de los dos anteriores. A este colaborador literalmente «TODO LE DA IGUAL». Jamás entra en conflicto, no propone ni se opone, trabaja el mínimo que sus funciones requieren pero sin destacar. Si le pides un plus, pretenderá una disposición a realizarlo, pero siempre encontrará la forma de acomodar los tiempos para evitar realizar lo que se le solicitó. Nada hará pues nada quiere hacer. Si recibe una orden en la que puede advertir un riesgo o error, la ejecutará con prontitud sabiendo de antemano que habrá consecuencias, excusándose posteriormente con que solo «siguió órdenes». Este tipo de colaborador, si bien no podríamos recomendarlo para áreas en específico, es desafortunadamente, el que más abunda, en todos los rubros y áreas de las organizaciones. Como aspectos positivos podríamos mencionar que su tendencia a mantener un bajo perfil es sinónimo de que no tienes que preocuparte por él, sin embargo, de los 3 es usualmente el que a largo plazo, puede incluso colapsar la organización, si su cantidad es considerable, tanto en número como en permanencia.

Lo primero que pudiéramos objetar al respecto es que ¿Cómo es posible que un colaborador tibio que simplemente cumple en el sentido estricto de la palabra, sea más peligroso para mi organización que digamos, un colaborador «hot» en su aspecto negativo, furioso, peleándose con sus compañeros o difundiendo críticas destructivas a la empresa con sus compañeros?

Muy sencillo. Tanto el «hot» como el «cold» son colaboradores FÀCILES DE UBICAR. Incluso se vuelven más visibles cuando los colocas uno al lado del otro. El colaborador tibio puede pasar AÑOS dentro de la empresa posando como cualquiera de los otros dos tipos de colaborador, sin que nadie se percate de ello. Es difícil ubicarlo cuando muestra apasionamiento en ciertas situaciones y objetividad en otras, según su conveniencia. El nivel de toxicidad que el tibio puede desprender, es incluso, mayor que el del colaborador hot más furioso o contrariado, ya que el tibio es mucho más sutil en dispersar la discordia, volviéndolo difícil de detectar. También su tendencia a la apatía y baja productividad es mucho mayor que la de un colaborador frío, pero dado que es bueno pretendiendo entusiasmo, es muy difícil ubicarlo en estos escenarios.

¿Cómo detecto al colaborador tibio?

Si sospechas que tienes un colaborador tibio:

  1. MÌDELO. Revisa sus resultados y su trayectoria en tu organización. Si es líder, revisa el crecimiento de su equipo, individual y colectivo. Revisa si tiene propuestas para desarrollo y qué ha logrado con ellas. Mide la cohesión e involucramiento del equipo a su cargo. Si es creativo, mide los resultados de sus diseños y aportaciones, su disponibilidad e involucramiento en lo que presenta. Si está en atn al cliente o ventas, revisa su generación de oportunidades por si mismo o clientes satisfechos.
  2. SONDEA SU ENTORNO. Evalúa el consenso general de tu organización con respecto al posible tibio. Si bien no es recomendable establecer un criterio en base a rumores, comentarios en común como «no le importa nada», «hace como que trabaja», «evade responsabilidades», pueden ser signos de alerta.

3. HAZLO SALIR DE SU ZONA DE COMFORT. Pídele tareas que no se espere o colaboraciones extra, no te dejes guiar por su aparente disposición, revisa el tiempo y la calidad de lo que se pidió, no de la respuesta a la petición.

4. ORDÉNALE ALGO QUE CUALQUIERA ADVERTIRÌA QUE ES UN ERROR. El colaborador hot se negará rotunda y candorosamente, explicándote de manera casi visceral, el por qué sería un error realizar lo que le estás pidiendo y te ofrecerá alternativas. El colaborador cold te informará de manera mesurada y objetiva las consecuencias de realizar esa orden y te pedirá confirmación para realizarla. El colaborador tibio te dirá que pondrá manos a la obra con entusiasmo, hará exactamente lo que pediste y posteriormente cuando el error ocurra y le cuestiones, te comentará que solo siguió tus órdenes.

5. ENCÀRALO. Si probaste tres o más de los 4 puntos previamente comentados. Documenta y muéstraselos, cara a cara, con datos duros y a puerta cerrada. De aquí se desprenden dos escenarios. En un escenario positivo, el colaborador tibio al fin confrontado con su realidad, se hará consciente de la misma y con la orientación correcta, puede incluso evolucionar en un colaborador hot o cold. En un escenario negativo, el colaborador tibio se bloqueará ante la realidad ya sea improvisando justificaciones o guardando absoluto silencio y aguardando la reacción de quien lo encara.

Si el segundo escenario se presenta, lo mejor es una desvinculación discreta del colaborador, ya que no hay nada que hacer en ese caso. El principal factor de riesgo de un colaborador tibio es como se comentó previamente, su facilidad para pasar inadvertidos como agentes tóxicos.

Si eres un colaborador tibio reflexiona, ya que dañas tu carrera y la de tu organización. Si tienes colaboradores tibios, toma cartas en el asunto de inmediato. Si tienes un colaborador tibio como compañero… aléjate y cuéntaselo a quien más confianza le tengas…