La Audiencia Nacional plantea a las partes la posibilidad de alargar la instrucción seis meses más.

Recreación del naufragio del ‘Villa de Pitanxo’.

La fase de instrucción del «caso Pitanxo» puede no terminar este mes de febrero, como anticipaban las partes presentes en el procedimiento y después de haber sido sometida a varias prórrogas a cargo del magistrado instructor, Ismael Moreno, de la Audiencia Nacional. Casi tres años después del siniestro — el pesquero de Marín se fue a pique en la madrugada del 15 de febrero de 2022–, el Alto Tribunal ha planteado la posibilidad de estirar la investigación otros seis meses, como han confirmado fuentes de las familias.

Hay un documento clave, a ojos de Moreno, que no ha sido entregado todavía en el juzgado. Se trata del informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), que deberá emitir un dictamen sobre las probables causas del naufragio. No es un documento con capacidad sancionadora per se, pero en él deberán constar las conclusiones de los técnicos de la misión para supervisar el pecio, por ejemplo, además de todas las pesquisas que buscan dar luz sobre la mayor catástrofe para la pesca gallega desde el Marbel (1978).

El juzgado ya recibió un informe pericial elaborado por dos técnicos de máximo nivel de la propia Ciaim. En él arrojaron tres conclusiones clave: que el Villa de Pitanxo naufragó por una maniobra temeraria del capitán, José Enrique Padín, para intentar liberar el aparejo de un embarre en el fondo; que la evacuación se realizó de forma caótica y al margen de los protocolos, ya que hubo «demora» en la señal de abandono y no sonó la alarma de evacuación; y que el hecho de que no se realizaran simulacros periódicos de maniobras de emergencia complicó las posibilidades de los tripulantes de abandonar el buque con garantías de supervivencia.

Aquella noche eran 24 las personas que iban a bordo del Villa de Pitanxo, dos más de la capacidad con la que fue diseñado el pesquero. Fallecieron 21 de ellas y 12 de los cuerpos nunca han sido localizados. José Enrique Padín, su sobrino Eduardo Rial y el marinero Samuel Kwesi Koufie fueron los únicos que retornaron a Galicia con vida. El capitán, el único que fue rescatado con el traje de supervivencia al completo, está imputado por 21 delitos de homicidio por imprudencia grave o contra los derechos de los trabajadores, al igual que la armadora, Pesquerías Nores Marín, y dos de los máximos responsables de la compañía.

Fuente:farodevigo.es