El Ruby, de propiedad rusa y pabellón maltés, quedó varado en las costas escandinavas con una gran cantidad a bordo de la sustancia que causó la enorme explosión de 2020 en el puerto de Beirut

Ruby, el barco de propiedad rusa no declarada que opera con bandera de Malta con una carga de 20.000 toneladas de nitrato de amonio, pasará muy cerca de la Península esta semana si mantiene la misma velocidad y su actual rumbo a Malta. En principio, la intención de la tripulación era recalar Las Palmas, pero una tormenta dejó al buque, de 183 metros de eslora, parcialmente sin gobierno en las costas escandinavas, donde se ha topado con la negativa de los puertos de la zona a darle abrigo tras encallar justo cuando salía de la ciudad rusa de Kandalaksha, en el litoral del mar Blanco.

En su rumbo a la Península para enfilar Gibraltar ya ha comenzado a transitar el Canal de La Mancha y atravesar este miércoles el Eurotúnel. Según el derecho marítimo internacional, los puertos no están obligados a aceptar barcos si estos presentan problemas de seguridad.

El cargamento a bordo tendría la misma fuerza explosiva potencial que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Lleva siete veces la cantidad de material que provocó en 2020 la explosión de Beirut, 2.750 toneladas. La carga del buque es altamente explosiva si se produce una aceleración de su exposición a oxidación.

El barco, aunque está controlado, generaría esta amenaza después de que Rusia decidiera el pasado mes de mayo redefinir sus fronteras marítimas con Lituania y Finlandia en la zona del Báltico, territorio marítimo que ha atravesado, declarando nuevas aguas interiores y ajustando las coordenadas geográficas cerca de las ciudades de Baltiysk y Zelenogradsk, en la región de Kaliningrado. En la frontera con Finlandia, el Kremlin tiene la intención de ajustar las coordenadas en la zona de las islas de Jähi, Sommers, Holland, Rodsher, Maly Tyuters, Vigrund, así como cerca de la entrada norte del cabo del río Narva. En la frontera con Lituania, se examinaron la zona del istmo de Curlandia en el golfo de Gdansk, las zonas del cabo Taran, el cabo al sur del cabo Taran y el istmo báltico.

Presencia de un buque turco

A su paso por aguas danesas, el carguero fue observado por un buque de guerra turco ubicado en un puerto noruego y que salió a su encuentro. El buque turco pasó junto al buque cargado de nitrato de amoniaco a dos kilómetros sin cambiar de velocidad ni de rumbo. Los puertos del norte de Europa se han negado a aceptar al buque desde que sufrió daños en Noruega en el casco y la hélice del barco.

El puerto marítimo de Kandalaksha, de donde partió el Ruby rumbo a Las Palmas el 2 de agosto de 2024, está incluido en la lista de puestos de control a lo largo de la frontera estatal rusa para la exportación de nitrato de amonio desde un decreto de la Federación de la Federación Rusa firmado el 14 de septiembre de este año. El documento entrará en vigor 30 días después del día de su publicación oficial, es decir, el 14 de octubre. En marzo de 2024 se prohibió el transbordo de nitrato de amonio a través del puerto de San Petersburgo.

La guerra de los fertilizantes

Después de que Rusia comenzara su ataque a Ucrania, 200.000 toneladas de fertilizantes rusos quedaron atrapadas en Letonia. A modo de comparación, un total de 320.000 toneladas de fertilizantes procedentes de Rusia fueron congeladas en los países de la UE por las sanciones tras el inicio de la guerra. Todos los fertilizantes en Letonia pertenecían a la empresa del oligarca ruso Dmitry Mazepin, que fue incluido en la lista de sanciones de la UE en marzo de 2022.

En Letonia, al comienzo de la guerra en Ucrania, Mazepin poseía dos terminales portuarias: la terminal de Fertilizantes de Riga , especializada en el transbordo de fertilizantes a granel en la capital letona, y Ventamonjaks, en la exportación de amoníaco líquido desde Ventspils.

En septiembre de 2022, Rusia intentó zafarse de los fertilizantes congelados en los puertos europeos declarando que estaba dispuesta a transferirlos a los países en desarrollo. La ONU acordó aceptar esos cargamentos y el 19 de septiembre, la Comisión Europea (CE) publicó una nueva aclaración, levantando las restricciones a la transferencia a terceros países de fertilizantes, carbón y algunos otros bienes de origen ruso, así como a los contratos de seguros e intermediación relacionados. El 6 de diciembre de 2022, el Gabinete de Ministros de Letonia aprobó la donación de 200 mil toneladas de fertilizantes a países en desarrollo de África y América Latina en el marco del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. A mediados de junio de 2024, casi dos tercios de los fertilizantes rusos congelados en 2022 siguen almacenados en el puerto de Riga. Letonia almacena actualmente 127.000 toneladas de fertilizantes minerales rusos.

Fuente:vozpopuli.com