En marzo del 2005, tras ser remolcado a la ría de Viveiro con la proa al sol, buzos consiguieron recuperar del casco del Siempre Casina los cuerpos de seis de los ocho fallecidos en un naufragio en el que solo sobrevivió el hijo del patrón. Ahora, como Carlos Cunha, se ha ido a pique en el Atlántico, a más de 200 millas de Aveiro.

El Carlos Cunha, que se hundió al oeste de Aveiro, ya había naufragado como Siempre Casina en el 2005 al noroeste de Ribadeo.

Dos supervivientes, un muerto y cuatro desaparecidos es el balance provisional del naufragio del Carlos Cunha, un palangrero de bandera portuguesa que se hundió en la madrugada de este 16 de diciembre a más de 200 millas (370 kilómetros) al oeste de la localidad portuguesa de Aveiro. Ya estuvo a punto de irse a pique al noroeste de Ribadeo, hace casi 21 años, el 22 de febrero del 2005, cuando era español, tenía base en el puerto lucense de Burela y navegaba como Siempre Casina. Relativamente cerca de la costa, quedó flotando entre aguas, en un siniestro en el que perecieron ocho de sus nueve tripulantes.

Dos tragedias en el mismo barco que han conmocionado a las poblaciones donde residían las víctimas mortales. Ahora en la localidad portuguesa de Vila Praia de Âncora, base oficial de Carlos Cunha, y en el conjunto del sector pesquero portugués y gallego, y en el 2005 en Burela, en A Mariña lucense, en Galicia y en buena parte de España.

Cuando este barco de casi 21 metros de eslora pescaba en el Cantábrico con volanta de fondo y se lo tragó el mar por la popa, solo sobrevivió el hijo del patrón, que desapareció. Los cuerpos de seis de sus ocho compañeros fueron recuperados por submarinistas del interior del Siempre Casina, remolcado hasta la ría de Viveiro flotando entre aguas. Diez meses después, en diciembre del 2005, estaba previsto exportarlo a Portugal, pero en el primer aniversario del naufragio seguía amarrado en Burela.

A finales de septiembre del 2008 comenzó a navegar con pabellón portugués como Carlos Cunha, el hombre con el que se ha ido al fondo del Atlántico en vísperas de las Navidades del 2025, informa la Marinha Portuguesa.

A finales del pasado octubre había cumplido 26 años este barco que periódicamente operaba en el puerto de Vigo.«Los giros del destino, el mal fario, la casualidad, la causalidad o como cualquiera quiera considerarlo, dio de nuevo con sus cuadernas bajo el agua, esta vez definitivamente y llevándose otros cuatro desaparecidos y un muerto en su libro de bitácora», escribió este 17 de diciembre en una red social José Pino, capitán de pesca jubilado y un gran conocedor de la flota.

Fuente:lavozdegalicia.es