Exponav recuerda la efeméride e invita a la gente a recorrer su sala dedicada a Astano para conocer los hechos.

Una de las muchas imágenes de la plataforma petrolífera “Discoverer Entreprise” encallada en medio del puente de As Pías, solo sufrió unas abolladuras en el casco.

Este lunes se cumplieron 27 años del suceso del “Discoverer Enterprise”, casi tres décadas de ese episodio histórico que marcaría el devenir de miles de ciudadanos que cada día cruzaban el puente de As Pías, la principal arteria de comunicación, entonces, con Ferrol y Narón y la principal conexión de estos municipios y otros de la comarca con el resto de Galicia. Una arteria de comunicación fundamental que quedó partida en dos tras colisionar la plataforma petrolífera contra la estructura de As Pías y abrir un boquete que hizo insalvable el puente y obligó a construirlo de nuevo.


Aquel hecho trajo consigo que la nueva infraestructura se viera mejorada, dotando al puente de los dos carriles para cada sentido de la marcha que tiene en la actualidad, incorporando además más espacios en los márgenes para peatones. Otra consecuencia positiva de aquello es que se hizo evidente la necesidad de que la autopista llegara a la zona, algo que aconteció cinco años después. En cuanto a la plataforma de prospección petrolífera, solo sufrió unas abolladuras en su casco en la parte que chocó contra el puente.


Lo ocurrido ya forma parte de la historia local de Ferrolterra,  y también de la de Astano, que puede rememorarse con pelos y señales en la sala dedicada al astillero fenés que se ha habilitado en Exponav, donde se puede ver una maqueta de la plataforma así como numeroso material gráfico sobre todo el proceso de construcción de la misma y del propio suceso, cuando el “Discoverer” quedó encallado en medio del puente de As Pías.

Una imagen que miles de personas aun guardan en sus retinas, por el
impacto visual que supuso pero sobre todo por el trastorno que originó
pasar de realizar una ruta de unos seis kilómetros entre Fene y Ferrol a más de 13,
al tener que desviarse por las localidades de Neda y Narón. Grandes
atascos y problemas de tráfico vinieron después así como el cambio de
hábitos de miles de conductores. Reconstrucción de récordTras
la colisión y tras desencallar la plataforma tocaba recuperar la
normalidad y lo cierto es que se destinaron los recursos económicos y
personales necesarios para que el puente volviera a entrar en servicio
en el plazo más breve posible.  “Se trabajaba de día y de
noche, un grupo de amigos y yo, que entonces teníamos 15 años, solíamos
ir a ver el avance de las obras cada tarde, desde San Valentín, porque
uno del grupo tenía unos prismáticos  muy buenos y aquello se convirtió
en nuestro quehacer favorito de las tardes que vinieron después de que
el barco rompiera el puente. Fueron muy rápidos, pronto se nos acabó la
diversión”, recuerda Alberto Rodríguez, un vecino de Fene que tiene muy
presente aquel suceso que, como dice, “nos marcó un poco a todos, fue muy impactante ver el barco incrustado en medio del puente,
la vuelta que había que dar para ir a Ferrol y lo rápido que avanzaban
los trabajos, que nos dejaron un puente mucho más ancho y mejor”,
rememora.

Los trabajos de emergencia se acometieron en tan solo dos meses y en un primer momento se permitió el paso por un lado del puente habilitando los dos carriles para los dos sentidos de la marcha, hasta que se terminaron por completo las obras, unos meses después.


Un temporal fuerte


La noche de aquel (martes) 13 de enero de 1998 fue una noche de temporal, de los grandes, de aquellos en los que el viento y la lluvia dificultan el simple hecho de caminar. Por fortuna esa misma situación fue la que propició que en aquel momento, cerca de la una y media de la madrugada, no circulara nadie por el transitado puente, no teniendo que lamentar ninguna víctima por la colisión de la plataforma que se acababa de construir en el astillero. 

Esta se soltó de las 16 estachas que la amarraban, como consecuencia del azote de rachas de viento huracanadas de más de 170 kilómetros, quedando a la deriva hasta golpear contra la  parte central del puente, la más débil, de ahí que se llevara por delante unos 100 metros del mismo.

El puente de As Pías se había construido en el año 1968, habiendo sido diseñado por el ingeniero coruñés Ramón Vidal Artaza. La obra, que se acometió por tramos, supuso un coste por aquel entonces de 452 millones de pesetas. Su reparación tras el impacto de la “Discoverer Enterprise” requirió de una inversión de 5,4 millones de euros. Muchos rememoraron el pasado año el suceso de la plataforma de Astano tras colisionar en Baltimore, Estado Unidos, otro barco contra un puente.

Fuente:diariodeferrol.com