Un gallego desaparecido y dos supervivientes en el naufragio de un pesquero en el Índico
Una vía de agua en la sala de máquinas parece haber sido la causa del hundimiento del palangrero «Amur», abanderado en Santo Tomé, ocurrido a las tres de la madrugada del martes en el océano Índico. Veintiséis de los cuarenta tripulantes del buque, en su mayoría coreanos y chilenos, fueron rescatados con vida por el «Arbisa I», propiedad del armador de Ribeira Antonio Vidal. Entre los supervivientes hay dos ribeirenses, José Paz Lijó y su primo Francisco Pérez Lijó. Los cadáveres de ocho pescadores aparecieron flotando y cinco están desaparecidos, entre ellos el gallego José Duarte Prieto.
El tercer tripulante gallego del Amur, José Duarte Prieto -cuyo cadáver, según fuentes de Efe, apareció en la tarde de ayer, aunque la tripulación del Arbisa I desconocía a las diez de la noche la recuperación del cuerpo- era el patrón de pesca del palangrero hundido, con base en Las Palmas. Duarte transmitió, hacia las tres de la madrugada, la señal de alarma y comunicó la existencia de una vía de agua en la sala de máquinas. En ese momento, el buque faenaba al Noroeste de las islas Kerguelen, cuatrocientas millas al Sur de Sudáfrica. Su mensaje de socorro fue recibido por el capitán del pesquero Arbisa I, José Antonio Paz, quien dio orden de levantar las redes y acudir en auxilio de los marineros. El buque, un palangrero, estaba a cien millas del lugar del siniestro cuando recibieron la llamada. Hacia las ocho de la mañana, el Arbisa I llegó al lugar del naufragio, gracias a las indicaciones ofrecidas por José Duarte antes de que el Amur se quedase sin energía. Allí encontraron un bote con veintiséis supervivientes, entre los que se hallaban los ribeirenses José Francisco Paz Lijó y su primo Francisco Pérez Lijó. Los náufragos comunicaron que había compañeros en otras lanchas. Media hora después se avistó otro bote con tres cadáveres tumbados sobre la quilla. Posteriormente, tras un intenso rastreo, apareció una tercera embarcación completamente destrozada y cinco cuerpos sin vida flotando. Los hombres murieron por hipotermia, ya que la temperatura del agua en la zona no supera los cuatro grados. Los cadáveres fueron introducidos en el Arbisa I.
Tripulantes del «Amur» niegan que en el buque hubiese más de 40 marineros
Las tareas de búsqueda fueron suspendidas a causa del temporal de viento Tripulantes del «Amur» aseguran que a bordo del buque había cuarenta marineros, «ni uno más», que embarcaron en la población chilena de Punta Arenas en julio pasado. Supervivientes del naufragio explicaron que, antes de zarpar, el capitán de puerto efectuó las comprobaciones oportunas. El temporal de viento que azota la zona del Índico obligó a las patrulleras de salvamento francesas a suspender las tareas de búsqueda de los seis desaparecidos, entre los que se halla José Duarte.
Tripulantes del palangrero Amur calificaron de «mentira» cualquier información relativa a la presencia de más de cuarenta marineros en el buque. Los supervivientes indicaron que para comprobar la lista de embarcados basta con solicitarla en la capitanía de puerto de punta Arenas, en Chile, que, dicen, efectuó las inspecciones de rigor antes de que zarpase el pesquero. Al tener conocimiento de la divulgación de este tipo de noticias, difundidas ayer por fuentes de la Administración francesa, las víctimas no ocultaron su sorpresa, al tiempo que dijeron desconocer a qué responden y qué propósitos se persiguen con ello. Los profesionales subrayan que hay seis desaparecidos, no diez, ocho cadáveres recuperados y veintiséis hombres rescatados por el Arbisa I, y declinaron efectuar más comentarios al respecto. Por otra parte, las dos patrulleras de salvamento galas que se encargaban de inspeccionar la zona del naufragio en busca de los seis desaparecidos abandonaron la actividad a las diez de la noche del martes hora española. La supervisión de dichas operaciones corre a cargo de la prefectura francesa de isla Reunión. Según indicaron fuentes de Salvamento Marítimo de Madrid, el temporal que azota la zona del Índico, con vientos de fuerza diez, hacían prácticamente imposible proseguir con las labores de rastreo. Rastros Aunque no ha sido confirmado, no se descarta la posibilidad de que éstas se reanuden cuando cese el mal tiempo. Sin embargo, durante los dos días de búsqueda no se ha encontrado ningún rastro de los marineros ni restos de la lancha que el día del naufragio apareció destrozada. Entre los desaparecidos se encuentra el capitán del pesquero Amur, el vecino de Burela José Duarte Prieto. El hundimiento del buque, ocurrido hacia las tres de la madrugada del lunes, se produjo por una vía de agua en la sala de máquinas.
Fuente:lavozdegalicia.es
«Antecedentes»
En octubre de 2000, la embarcación
pesquera Amur naufragó en el
Océano Austral, después de haber
pescado ilegalmente bacalao en la
Zona Económica Especiale (ZEE)
francesa en las Islas Kerguelen.
Cinco chilenos murieron junto con
otros miembros de la tripulación.
Los supervivientes fueron rescatados
por otra embarcación ilegal, el
Arvisa 1, después de que otros
pesqueros ilegales ignoraran la llamada
de emergencia.
El capitán del buque Aqua Reffer se negó a
trasladar a los náufragos y los
cuerpos de las víctimas: iban a
ocupar el espacio que le correspondía
al bacalao.
Esta trágica situación demostró el más horroroso desprecio a la vida de los tripulantes
y la falta de respeto hacia los cuerpos de las víctimas por parte de los empresarios gallegos
que, comunicados vía satélite,
ordenaron a los capitanes españoles todas las maniobras.
Situaciones incomprensibles