19 mayo 2007
(Extracto de Prensa)
La realidad lo confirma y los propios empresarios del sector lo admiten.
Embarcarse en un pesquero es un trabajo «moi duro» del que escapa quien puede, hasta el punto de que prácticamente ningún profesional quiere que sus descendientes continúen en el oficio si tienen otras alternativas.
Además, resulta que la situación económica y los patrones sociales han cambiado también en España, donde han aumentado las opciones de hallar ocupación en tierra firme, y donde cada vez son menos quienes renuncian a su vida personal y familiar por un poco más de salario.
A los dirigentes pesqueros que se reunieron ayer en Burela convocados por Expomar no se les escapa esa realidad, aunque, como empresarios que son, consideran «demagóxico» que intente justificarse el desinterés por trabajar en la pesca con la caída de los salarios en un sector que se caracteriza por la falta de convenios colectivos.
Aseguran que no tendrían problemas en pagar más si pudiesen enrolar menos tripulantes, aunque, a su juicio, quizás es más importante sentar las bases para que quienes realmente tienen vocación marinera «poidan empezar dende abaixo e, sen necesidade de renunciar aos seus ingresos, se lle recoñeza a experiencia e se lle permita ascender mentras traballa, ata acabar mandando no barco ou na máquina».
Deja una respuesta