«Anton…estás equivocado»…
Eso…me dijeron…
Bien, pues, transcurridos los años, se demuestra que los equivocados eran ellos.
Este naufragio, pudo suponer el cambio definitivo para reconducir los salvamentos.
Los hombres de la casa, las personas idóneas, si hombre, aquellos hombres de paja que calentaban sillas ergonómicas en puestos de la administración marítima sin tener la más mínima cualificación ni tan siquiera experiencia en la gestión de la Seguridad de la Vida humana en la mar, han logrado jubilarse sin tener el merecido castigo que merecían por mor de las obligadas auditorías, por supuesto que inexistentes o maquilladas.
Los recientes naufragios del Villa de Pitanxo, Argos y Pico Tresmares, son la prueba fehaciente de lo que decimos y denunciamos
Muertos y desaparecidos…poco les importaron.
Lo importante, era consolidar sus derechos y sus gratificantes soldadas.
Miseria humana.
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