La grandeza de una histórica profesión

El tiempo transcurre, pero, los conocimientos permanecen vivos y lo que es mejor, ayudan a resolver «enigmas marítimos» generados por ignorantes y arrogantes informadores marítimos.

Nuestra más que centenaria profesión, tan vilipendiada en los tiempos por aquellos que la pretendían para sus espurios intereses, ha conseguido una vez más, poner en orden un naufragio en el Pacífico que «con cuatro pinceladas» ha quedado resuelto..

Rica de contenido lingüístico marítimo, con sus códigos, con su inigualable conocimiento de situaciones de riesgo en la mar, con sus técnicas basadas en el dominio del factor humano en el sector pesquero y de la interfaz hombre máquina, con su estricto secreto profesional y los contrastes de las Alertas de Socorro del GMDSS, ha conseguido resolver, nuevamente, los secretos de un naufragio.

Nadie escucha a los que saben, pocos o ninguno contrastan las fuentes, dicen que fidedignas y las consecuencias resultan irreparables.

Ahí queda el recuerdo del Distress Alert del patrón del Villa de Pitanxo, el hombre que activo una Alerta de Socorro y los barcos cercanos, sus compañeros, desatendieron por tener cerradas las escuchas.

Con el Pico Tresmares, ha vuelto a ocurrir lo mismo, al menos, los datos, que no registros, así lo demuestran.

Ni DSC, ni Epirb, ni comunicación alguna sujeta al RR UIT.

En medio Directemar Chile.

En su report, la cuestión lingüística, tuvo su aquel por mor de un mal entendido «auxilio» cuyo concepto no se recoge en la normativa internacional.

Para que nos entendamos.

El pesquero siniestrado informa a otro pesquero en su zona que tiene un incendio en sala de máquinas.

Lejos de activar el DSC en ondas métricas/decametricas/hectometricas, lo que hace es avisar a Segepesca para informar del incendio.

Lógicamente, entra en juego la casa armadora y aquí nace el lío.

Informan al CNCS Madrid de lo que acontece en el pesquero faenando en el Pacífico.

Es decir, de un Socorro real pasaron a «una llamada de auxilio» comunicada por Sasemar a Directemar tal y como se recoge en el report chileno y que lógicamente estaba sin confirmar.

El CNCS Madrid rastrea con el AIS/LRIT con evidentes dificultades y localiza a los dos pesqueros que intervinieron en el rescate.

Recopilan sus datos y los transfieren a sus homólogos de Chile.

Justo aquí, es cuando nace el tráfico de Socorro y la exitosa coordinación del salvamento de los chilenos.

La presunta llamada de auxilio se convirtió en un tráfico de Socorro, evidentemente, con el consabido retraso por la mala gestión del GMDSS.

Pues bien, el buen hacer de los 0/R, tras muchas horas de trabajo y con múltiples obstáculos por medio, ha puesto fin a múltiples incógnitas y disparatadas informaciones de personajes que solo buscan el morbo y minutos de gloria.

Es y será su problema, no el nuestro.

Buena proa.
Grupo de Expertos no Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro

Oficial Radio electrónico

La grandeza de una histórica profesión

El tiempo transcurre, pero, los conocimientos permanecen vivos y lo que es mejor, ayudan a resolver «enigmas marítimos» generados por ignorantes y arrogantes informadores marítimos.

Nuestra más que centenaria profesión, tan vilipendiada en los tiempos por aquellos que la pretendían para sus espurios intereses, ha conseguido una vez más, poner en orden un naufragio en el Pacífico que «con cuatro pinceladas» ha quedado resuelto..

Rica de contenido lingüístico marítimo, con sus códigos, con su inigualable conocimiento de situaciones de riesgo en la mar, con sus técnicas basadas en el dominio del factor humano en el sector pesquero y de la interfaz hombre máquina, con su estricto secreto profesional y los contrastes de las Alertas de Socorro del GMDSS, ha conseguido resolver, nuevamente, los secretos de un naufragio.

Nadie escucha a los que saben, pocos o ninguno contrastan las fuentes, dicen que fidedignas y las consecuencias resultan irreparables.

Ahí queda el recuerdo del Distress Alert del patrón del Villa de Pitanxo, el hombre que activo una Alerta de Socorro y los barcos cercanos, sus compañeros, desatendieron por tener cerradas las escuchas.

Con el Pico Tresmares, ha vuelto a ocurrir lo mismo, al menos, los datos, que no registros, así lo demuestran.

Ni DSC, ni Epirb, ni comunicación alguna sujeta al RR UIT.

En medio Directemar Chile.

En su report, la cuestión lingüística, tuvo su aquel por mor de un mal entendido «auxilio» cuyo concepto no se recoge en la normativa internacional.

Para que nos entendamos.

El pesquero siniestrado informa a otro pesquero en su zona que tiene un incendio en sala de máquinas.

Lejos de activar el DSC en ondas métricas/decametricas/hectometricas, lo que hace es avisar a Segepesca para informar del incendio.

Lógicamente, entra en juego la casa armadora y aquí nace el lío.

Informan al CNCS Madrid de lo que acontece en el pesquero faenando en el Pacífico.

Es decir, de un Socorro real pasaron a «una llamada de auxilio» comunicada por Sasemar a Directemar tal y como se recoge en el report chileno y que lógicamente estaba sin confirmar.

El CNCS Madrid rastrea con el AIS/LRIT con evidentes dificultades y localiza a los dos pesqueros que intervinieron en el rescate.

Recopilan sus datos y los transfieren a sus homólogos de Chile.

Justo aquí, es cuando nace el tráfico de Socorro y la exitosa coordinación del salvamento de los chilenos.

La presunta llamada de auxilio se convirtió en un tráfico de Socorro, evidentemente, con el consabido retraso por la mala gestión del GMDSS.

Pues bien, el buen hacer de los 0/R, tras muchas horas de trabajo y con múltiples obstáculos por medio, ha puesto fin a recurrentes incógnitas y disparatadas informaciones de personajes que solo buscan el morbo y minutos de gloria.

Es y será su problema, no el nuestro.

Buena proa.