Vidas salvadas e irregularidades que provocan muertos y desaparecidos.

«No les consta»

En el Capítulo de Lecciones Aprendidas del naufragio del yate ” Liberty Tercero ” los investigadores de campo de la Comisión de Investigación, resaltaron, varios errores o lapsus de los Inspectores de la Capitanía Marítima de Las Palmas, debido a la “inexactitud” de la clasificación de la embarcación que afectaron a sus equipos de navegación, medios contra incendios, equipo de radio o elementos de salvamento que debería llevar a bordo.

El Dictamen de la CIAIM, consideró que ” muchas de estas inconsistencias se deben a la falta de una regulación de seguridad específica que contemple las singularidades de las embarcaciones similares a la siniestrada y que realizan navegación con pasajeros.»

La ” ausencia ” de esta regulación específica hace que las Capitanías Marítimas se encuentren con dificultades para fijar el estándar de seguridad exigible a estas embarcaciones.

En el marco de las Recomendaciones de Seguridad, la Comisión de Investigación, demuestra en cuatro puntos, el grado de inseguridad de este tipo de embarcaciones dedicadas al transporte turístico de pasajeros.

Para este Grupo de Expertos, las recurrentes y costosas campañas publicitarias del Ministerio de Fomento dirigidas a la Náutica de Recreo, de nada valen mientras no se respete la normativa internacional y el Reglamento de Radiocomunicaciones.

Los Capitanes Marítimos, responsables de absurdas exenciones de equipamientos, vitales para la seguridad marítima y de la vida humana en la mar, deberían ser llamados al orden por parte del Director General de la Marina Mercante, para la aplicación de urgentes medidas correctoras que pongan fin a tanta irregularidad administrativa.

Las innovaciones tecnológicas implementadas en la Náutica de Recreo, por lo demostrado, de poco o nada sirven en caso de incendio.

Los Subsistemas y Métodos del Sistema Mundial de Socorro son ” obviados ” de forma recurrente por los navegantes de recreo y prueba de ello es la intervención, nuevamente, del 112, cuando existe una extraordinaria Red de Radio Costeras minusvaloradas e infrautilizadas por equívocos conceptos de distintos protocolos de protección civil ajenos al preceptivo Reglamento de Radio Comunicaciones y que pueden o podrían significar la ralentización del rescate de náufragos.

Un nuevo accidente marítimo de una embarcación de recreo que por fortuna acabó sin víctimas pero con ” un recurrente silencio administrativo ” de la Dirección General de la Marina Mercante y Sasemar que demuestra, una vez más, la autocomplacencia de unos funcionarios y contratados laborales que poco o nada resuelven dejando entrever su supina ignorancia o incapacidad para evitar o aplicar lo aprendido y legislado en este tipo de siniestros.