El sindicato UPTA propone planes de conciliación y campañas de concienciación

Eduardo Abad advierte de que «las dificultades económicas y la legislación son algunos de los problemas»

Presentan un informe que analiza la situación en toda España

La presentación del estudio «Las cofradías y la mujer autónoma del sector del mar», elaborado por UPTA, ayer.

La actividad de las mujeres del mar «lleva invisibilizada desde sus inicios, ya que esta labor comenzó como un complemento y apoyo dentro de la economía familiar».

Y si bien es cierto que «las mujeres autónomas del mar continúan avanzando en derechos e igualdad de condiciones, así como en la representatividad frente al género masculino, no cabe duda de que los avances con más lentos y complicados de lo esperado, especialmente si hacemos una comparativa con otros sectores».

Son algunas de las conclusiones que pueden extraerse del estudio titulado «Las cofradías y la mujer autónoma del sector del mar», elaborado por la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA)con apoyo del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Un ambicioso proyecto llevado a cabo en un momento de máxima preocupación ante la «creciente falta de recursos marinos, la desaparición de bancos pesqueros y marisqueros, la contaminación medioambiental, la problemática del relevo generacional y la reducción de las cuotas en la pesca».

Así lo indicaron ayer el vilagarciano Eduardo Abad, presidente de UPTA, y Reyes Casabella, responsable de la rama gallega de este sindicato, Agtamar.

Acompañados de mujeres trabajadoras autónomas del mar y las dos personas que hicieron realidad este estudio, como son Fátima Abal y Marga Caeiro, dieron cuenta de ese informe en el que se analiza el papel de las mujeres trabajadoras autónomas del sector del mar desde una perspectiva de género.

Y en el que se hace constar, igualmente, que «las dificultades económicas y la legislación que determina su ámbito laboral son algunos de los problemas con los que se enfrentan las mujeres del mar».

Las cuales, como tantas veces se ha explicado, también se enfrentan a no pocas dificultades a la hora de «conciliar la vida familiar y la profesional».

Sobre todo teniendo en cuenta que «determinadas actividades realizadas por las mujeres suponen adaptarse a unos horarios de mareas que son un problema añadido a los habituales de su trabajo».

A esto se suma el hecho de que sigue existiendo «un papel dominante de la figura masculina en la toma de decisiones y en la representación del sector».

También en esta materia se ha avanzado, «pero aún son pocas las mujeres que han accedido a cargos de responsabilidad, y en muchas ocasiones son cargos auxiliares y de sustitución, por lo que el género femenino, que es tan abundante como el masculino en la mayoría de oficios concernientes al sector marítimo, sigue en una situación de desventaja», lamentan en UPTA.

Donde también creen que la «falta de formación específica» y la «escasez de formación reglada y capacitación en oficios» resultan un handicap.

«Las oportunidades de formación en determinadas materias son limitadas y la complicada tramitación burocrática suele dificultar el acceso a los diferentes programas de formación profesional», alega el sindicato.

Aún son pocas las mujeres que han accedido a cargos de responsabilidad, y en muchas ocasiones son cargos auxiliares y de sustitución, por lo que el género femenino sigue en una situación de desventaja.

Para, de inmediato, destacar que otra de las conclusiones relevantes del estudio hace alusión a la falta de relevo generacional.

Se refieren, sobre todo, a «la falta de entidades o instituciones que respondan a la demanda de una completa orientación profesional a las personas jóvenes que muestren interés en iniciarse en el sector del mar».

Una mariscadora de Carril.

Pero no todo es negativo, sino que se ha detectado un «aumento de la participación activa de las mujeres en las asociaciones del sector», lo cual resulta de vital importancia «para dar visibilidad a su labor».

Dicho lo cual, UPTA insiste en la importancia del «impacto social y cultural que han tenido y tienen las mujeres» en el sector pesquero, capaces de impulsar «propuestas de diversificación pesquera, fomentando un turismo sostenible y solidario, que favorece el desarrollo económico de las zonas costeras».

Posibles soluciones

Ante esta situación, el informe elaborado por UPTA plantea soluciones, empezando por «abordar de manera integral la cuestión de la equidad de género en el sector pesquero».

Salen así a relucir lo que denominan «acciones estratégicas» que se encaminan hacia la mejora de la posición de las mujeres autónomas, citando como ejemplos «la elaboración de estudios cuantitativos y cualitativos que permitan visibilizar su contribución, la implementación de políticas de reconocimiento y valoración de sus competencias, y el desarrollo de campañas de comunicación que promuevan la sensibilización social respecto a su rol y sus desafíos».

Todo ello, y algunas otras, propuestas que tratan de «elevar el estatus y fortalecer el rol de las mujeres autónomas en el seno de las Cofradías de Pescadores, superando las barreras estructurales identificadas y promoviendo la equidad de género en el sector pesquero y marítimo con el fin último de alcanzar la paridad de género en el ámbito marítimo y pesquero».

Ámbito laboral

Entrando en detalle, UPTA sugiere intervenir en el ámbito laboral buscando «mayor visibilidad y reconocimiento» a través de «campañas de sensibilización y estudios de impacto que cuantifiquen la contribución económica y social de las mujeres en el sector pesquero y marítimo».

También mediante la convocatoria de premios y reconocimientos relacionados con el sector, sin dejar de lado el diseño de «programas de formación adaptados a las necesidades de las mujeres que les permitan acceder a puestos de mayor responsabilidad y mejorar sus competencias».

El establecimiento de «becas y ayudas económicas para que las mujeres puedan acceder a estudios y formación relacionados con el sector marítimo» es otro de los aspectos a abordar.

Como lo es favorecer la conciliación laboral y familiar, ya sea «implementando horarios flexibles y jornadas parciales» o bien promoviendo «la creación de servicios de cuidado infantil para facilitar la incorporación de las mujeres al mercado laboral.

Ámbito institucional

Ya desde el ámbito institucional, las intervenciones propuestas por UPTA plantean «establecer cuotas de género en los órganos de gobierno de las organizaciones pesqueras».

Así como «incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas» y «fomentar la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones a todos los niveles».

Ámbito sociocultural

A mayores, y entrando de lleno en el ámbito social y cultural, UPTA sugiere «desarrollar campañas de sensibilización para desafiar los estereotipos de género asociados al trabajo en el mar».

Pero también «fomentar la creación y el fortalecimiento de redes de mujeres trabajadoras del mar para compartir experiencias y conocimientos» y «apoyar el emprendimiento femenino facilitando el acceso de las mujeres al crédito y a la formación».

En su día conseguimos igualar los coeficientes de los mariscadores de a flote y ahora queremos seguir avanzando porque las mujeres del mar sufren enfermedades profesionales que hacen necesario tomar medidas para mejorar sus condiciones.

Ya para terminar, Eduardo Abad y su equipo plantean ideas como «recopilar datos desagregados por sexo para analizar la situación de las mujeres en el sector marítimo y diseñar políticas públicas más efectivas»; fomentar la cooperación internacional «para compartir buenas prácticas y experiencias en materia de igualdad de género en el sector marítimo»; e «involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad de género». 

Una forma de «abordar las desigualdades»

Eduardo Abad destacó ayer la importancia del estudio titulado «Las cofradías y la mujer autónoma del sector del mar» diciendo que es el primero de este calado a nivel estatal.

Un trabajo «con el que profundizar en la labor de las mujeres como eje fundamental de la actividad extractiva» y «abordar las desigualdades que existen entre hombres y mujeres».

En el mismo «también alertamos de la aún escasa presencia de las mujeres en los órganos de dirección» y «aportamos datos que dejan clara, sin lugar a dudas, la importancia de este colectivo», remarca Abad.

Quien no se olvida de llamar la atención sobre «la falta de relevo generacional, que afecta tanto a mujeres como a hombres», de ahí que proponga a las administraciones «tomar medidas claras, rotundas y urgentes».

Aunque todo empieza por «mejorar las condiciones de la mujer en las cofradías de pescadores», que junto a las organizaciones o agrupaciones de marisqueo deben «defender los derechos de las mujeres del sector» y han supuesto ya «una verdadera revolución en la mejora de las condiciones laborales, económicas y sociales de las trabajadoras del mar».

Por su parte, Reyes Casabella hace hincapié en la necesidad de arropar a las mujeres del sector del mar e incidir en su «falta de visibilidad» en los «puestos de dirección» del sector, «a pesar de que el suyo es un trabajo de enorme relevancia social».

Sabedora de que «es muy difícil poner de acuerdo a todas las administraciones para que luchen juntas en la misma dirección», la representante de UPTA aboga porque, al menos, «se vigile para que nuestras rías no se vean afectadas en ningún momento por posibles proyectos empresariales».

Como también considera necesario «hacer que sea mucho más fácil la relación entre autónomas y administración», favoreciendo tanto los trámites administrativos de las trabajadoras como el relevo generacional.

En este sentido, de lo que se trata es de «conseguir un sector atractivo y con una formación reglada, ya que esto hará más fácil que los jóvenes quieran participar» en el mismo.

La propia Casabella incide también en el asociacionismo y en lo importante que resulta para garantizar el futuro del sector actuando «con mayor fortaleza, más garantías y una sola voz» ante las administraciones públicas.

Un futuro que pasa también «por conseguir este mismo año una nueva modificación de los coeficientes reductores para que las personas que trabajan en el mar salgan aún más beneficiadas», reiteró Eduardo Abad.

En este contexto, «es fundamental que a las mujeres que están a pie de playa se les sigan incrementando esos coeficientes para que puedan acceder a la jubilación lo antes posible».

«En su día conseguimos igualar los coeficientes de los mariscadores de a flote y ahora queremos seguir avanzando porque las mujeres del mar sufren enfermedades profesionales que hacen necesario tomar medidas para mejorar sus condiciones», añadió.

«De ahí que peleemos para incrementar los coeficientes un 0,5% más porque lo consideramos justo y necesario», concluyó.

Fuente:farodevigo.es