El buque procedente de Huelva naufragó en febrero de 1941 frente a las costas viguesas durante un temporal que llegaría a hundir los vapores de pasaje de ría

La rápida intevención de su tripulación y los equipos de rescate permitieron que se saldara sin heridos y llegara a ser reflotado meses después.

En febrero de 1941, el trasatlántico mixto de pasaje y carga de bandera española Monte Ayalanavegaba en aguas de la ría en demanda del puerto de Vigo sacudido por un fuerte temporal de lluvia y viento.

La profunda borrasca, de gran impacto y a la que hoy los servicios meteorológicos le hubieran dado nombre, había provocado además de grandes destrozos en tierra, el hundimiento de varias embarcaciones de pesca y la muerte de tres marineros de Meira que perecerían ahogados.

Al mismo tiempo, los vapores de pasaje de ría Nuevo Iberia y Cantabria romperían amarras siendo lanzados por la fuerza del mar contra el muelle de A Laxe, quedando semihundidos. De la galerna no escapó el Monte Ayala, que en la madrugada del 15 de febrero, mientras navegaba a la altura de Cabo de Mar (cerca de la playa de Samil), se empotró contra un arrecife al pie del cabo.

El barco procedía de Huelva con 11 pasajeros según unas fuentes, 40 según otras, y carga general que iba a desembarcar en Vigo. Afortunadamente, la cercanía con la costa iba a propiciar que un oficial y cuatro tripulantes ganaran tierra llegando a pie hasta Bouzas, donde dieron la voz de alarma para que se organizara el operativo de rescate por parte de las autoridades de marina. El naufragio se saldó sin que pasaje ni tripulación resultaran heridos, aunque sí el Monte Ayala que presentaba dos vías de agua que inundaron dos de sus bodegas.

Tras las primeras evaluaciones hechas por personal técnico, se comprobó que el barco era recuperable y tras taponarle las vías de agua, se descargaron las mercancías que transportaba para aligerar su peso y reflotarlo. Tras no pocos intentos, tres meses después del naufragio y aprovechando la marea viva de la tarde del 12 de mayo, el Monte Ayala era liberado de su lecho rocoso bajo la supervisión de los ingenieros navales Ángel Riva Suardíaz y Leandro Fernández. En el operativo participarían entre otros el remolcador de la casa Davila Nuevo Moncho, así como el aljibe de Molíns Valverde, Roberto, a cuya flota se uniría años más tarde el Hidria Segundo que hoy luce como buque museo en el muelle de Portocultura.

El Monte Ayala sería remolcado hasta el astillero de Barreras, donde después de serle efectuadas las primeras reparaciones de urgencia, y abandonaría Vigo un mes más tarde zarpando en lastre con destino a Ferrol, donde sería definitivamente reparado.

El Monte Ayala engrosaba la flota de la bilbaína Naviera Aznar.
Según la Lista Oficial de Buques de España, había sido construido en
los Astilleros Euskalduna de Bilbao y entregado en 1929. Era la séptima
unidad de una serie de ocho barcos gemelos que componían la llamada
«serie A». Contaba con un desplazamiento a máxima carga de 5.890
toneladas y medía 107 metros de eslora por 13,86 de manga.
Su equipo propulsor estaba integrado por un motor diésel de 1.250
caballos con los que homologó en pruebas 11 nudos de velocidad.Pocos años después de su accidente en Vigo, el Monte Alyala sería reconvertido en transporte de emigrantes
aprovechando la creciente demanda de pasajeros que emigraban a
Sudamérica. Para ello, varias de sus bodegas se transformaron en
dormitorios comunes de tercera clase en los que se podían albergar 158
pasajeros. Los viajes de regreso eran aprovechados para el transporte de
trigo argentino.

La rápida actuación de tripulantes y equipo de rescate evitó heridos tras naufragar en 1941

En uno de estos viajes, el Monte Ayala llegaba a Vigo el 12 de febrero de 1944, justo tres años después de su accidente. Esta vez lo hacía procedente de Buenos Aires con 3.276 toneladas de trigo y 58 pasajeros, entre ellos los componentes de la compañía de teatro María Guerrero, que regresaban a España de una larga gira por países de América del Sur. También desembarcarían en Vigo la por entonces célebre actriz argentina afincada en España, Lola Membrives, así como el eminente médico e investigador madrileño Félix Jiménez Díaz, que volvía a España tras un aclamado recorrido por Argentina, Chile y Perú donde celebró numerosas conferencias.

En otra de las escalas en Vigo del Monte Ayala, la prensa del 5 de febrero de 1948 anunciaba que del trasatlántico fueron desembarcadas dos vacas y un toro de raza argentina, obsequio del presidente argentino general Perón a Franco. Los animales serían transbordados a una camioneta «debidamente acondicionada», que los trasladaría al pazo de Meirás. Al cuidado de los animales viajaron un capitán veterinario y su criado, que durante su paseo por las calles de la ciudad luciendo traje de gaucho despertaría la curiosidad de los viandantes.

Con el estreno de nuevos trasatlánticos, todos ellos muy ligados a Vigo dentro del tráfico migratorio, a principios de los años cincuenta la Naviera Aznar relegaría al Monte Ayala a rutas de cabotaje entre puertos españoles y de las colonias en África, hasta que en 1967 sería desguazado culminando una extensa carrera de 48 años.

Fuente:farodevigo.es