López-Sors en A Coruña: «En el Prestige el problema era la falta de calidad del barco».
‘Lo que nunca te han contado sobre el Prestige. Cómo se evitó la mayor catástrofe marítima de Galicia» es el título del libro que el que fue director general de la Marina Mercante cuando el Prestige se hundió ha escrito para dar su visión de los hechos dos décadas más tarde.
Lo que nunca te han contado sobre el Prestige. Cómo se evitó la mayor catástrofe marítima de Galicia» es el título del libro que ha escrito José Luis López-Sors, el que era director general de la Marina Mercante en noviembre de 2002 cuando la catástrofe del Prestige cambió a Galicia para siempre. Este miércoles ha presentado la publicación en el Sporting Club Casino de A Coruña junto al exalcalde, Paco Vázquez, que en el momento que el Prestige se partió en dos dejando la imagen grabada en la retina de todos los gallegos era el alcalde de A Coruña y tuvo que tomar cartas en el asunto.
El testimonio y libro de López-Sors cuenta su propio testimonio sobre cómo vivió aquellos momentos y las decisiones que tomó, además de cómo vivió el juicio sobre el caso en el que estuvo sentado en el banquillo, aunque finalmente absuelto (solo el capitán griego Mangouras fue condenado por desobediencia civil grave a la autoridad). Sobre el Prestige, durante su intervención comenzó diciendo que «la idea de que el problema era la falta de calidad del barco era clara», sobre lo que añadió que los papeles del buque estaban en regla y los sellos eran correctos. «Había problemas en el barco por todas partes», reconoció.
En esta línea, hizo un inciso avisando de que en el libro habla también de otros siniestros marítimos relevantes en el área de A Coruña como el naufragio del Erkowit en la playa de Bastigueiro en Oleiros (A Coruña), que especificó que «estaba lleno de productos tóxicos y es uno de los pocos en el que un buzo de la Armada perdió la vida». A continuación recordó la figura del juez del Prestige, el juez Pía, a quien calificó como «santo varón» y expresó que escribiendo el libro se preguntaba «por qué razón el BNG, Izquierda Unida o la plataforma Nunca Máis trataron de impultar a alguien como el director general de la Marina Mercante o al Capitán Marítimo».
«Si salía condenado uno de los tres muy bien, ¿pero si salía absuelto como nuestro caso?», dijo con indignación, recordando los numerosos viajes a la ciudad herculina para acudir al juicio «durante horas varios días a la semana en una butaca incómoda a lo largo de nueve meses».
La sentencia emitida en 2013, la valoró como «escueta pero correcta» y sobre todo lo ocurrido admitió que «ha aprendido mucho». Sobre las gestiones y decisiones que tuvo que tomar por su cargo en su momento cuando el Prestige estaba en el mar, expresó con pesimismo que «muchos remolcadores con patrón a bordo entendían de accidentes en la mar mucho más que yo» y rememoró que era el responsable de cuatro helicópteros de la Marina Mercante y de la Xunta.
«Yo mandé a un señor al Prestige que sabía arrancar motores, que no era el jefe de inspección, para ayudar a los remolcadores que no podían con el barco y eso sirvió para generar un conflicto en la capitanía marítima de A Coruña», criticó. Sobre las críticas a sus decisiones sobre el Prestige y propuestas sobre lo que hacer con el barco, López-Sor aseguró: «En la legislación internacional se dice que lo fundamental es defender la vida humana en la mar pero el segundo pilar es defender los bienes conexos», concretó, para aclarar que estos bienes son las casas en la playa donde las familias veranean, los mejilloneros de Lorbé o la ría de Arousa o los hoteles a pie de playa por los que se pelean los turistas.
Por encima de todo, el que fue director general de la Marina Mercante cuando ocurrió la catástrofe que generó una manera negra con chapapote en las playas que tardó años en desaparecer (y que aún permanece en algunos arenales tras varias décadas), dejó claro que «hay que defender los intereses patrios» y apuntó que «la laguna más importante del libro es la inspección del buque del Prestige».
Acerca de su absolución en la causa, la achaca a que información conseguida por una juez americana mandando a gente a astilleros coreanos donde se había reparado el barco, les concedió el margen de argumentación suficiente para poder decir a día de hoy que es el «primer funcionario español en el sector marítimo que no ha sido condenado por los jueces». «Hemos hecho las cosas bien, digan lo que digan», sentenció.
Paco Vázquez sobre el Prestige: «Cumplí el objetivo de tener el puerto exterior para la ciudad»
En su turno de palabra, el exalcalde de A Coruña hizo un breve recordatorio de la trayectoria profesional de López-Sors, nacido en Ferrol en 1941, ingeniero naval de profesión que estuvo hasta 1970 trabajando en Navantia en tierras ferrolanas para después ofrecer sus servicios a empresas privadas. De 2000 a 2004 (en este periodo tuvo lugar el naufragio del Prestige), ejerció como director general de la Marina Mercante y como consejero de Puertos del Estado.
Además, es miembro de la Real Academia del Mar y ha colaborado en la creación de la Agencia Europea de Seguridad Marítima mano a mano con Lisboa (Portugal). Vázquez es amigo personal y autor del prólogo del libro presentado hoy en A Coruña, y mostró su «reconocimiento y respeto» hacia López-Sors, sobre quien dijo que «fue el único que supo leer la partitura en momentos de confusión a la hora de tomar decisiones».
«Es un libro extraordinario que va más allá de una relación testimonial, es un libro que puede servir académicamente como libro de texto para establecer un protocolo de actuación inmediata para una desgracia como la que ocurrió con el Prestige», aseguró, al mismo tiempo que dejó clara su postura sobre la publicación: «Hay una gran valentía de exponer los hechos sin ánimo inculpatorio ni exculpatorio y se hace aportación añadida de cuestiones técnicas y legales que se debían haber tomado ante esta situación».
La labor de López-Sors en aquel momento la describió como «incomprendida» y declaró que «asumió responsabilidades que no eran suyas». Sobre su papel en aquel noviembre de 2002 como alcalde coruñés, destacó que sus objetivos eran que «A Coruña no resultara dañada y aprovechar la oportunidad de traer para la ciudad el puerto exterior», dos metas que asegura que se consiguieron por su parte.
Sobre aquellas primeras horas de confusión con el barco en tierras gallegas a pocas millas de la costa de Camariñas, en la Costa da Morte, detalló que «en Coruña el trabajo fue muy coordinado desde el primer momento y fue Ocaso quien dio el dinero para blindar el acuario y que así no muriesen las especies marinas».
Sobre este tipo de acontecimientos, quiso subrayar que A Coruña es el «único lugar del mundo en el que han ocurrido tres catástrofes marítimas directas (Urquiola, Erkowit y Mar Egeo) y dos indirectas (Casón y Prestige)». Sobre el caso del Prestige, opinó que «se politizó desde el primer momento» y consideró que el presidente de la Xunta en aquel año, el popular Manuel Fraga, «estuvo muy abandonado por su partido y por el Gobierno de España». «Fraga estaba muy preocupado», dijo, para a continuación contar el momento en el que el gallego propuso al exministro Álvarez Cascos bombardear el Prestige, algo que trasladaron al ministro de Defensa, Federico Trillo.
«Tenían tres aviones preparados pero el petróleo del Prestige era pesado y no iba a arder», resumió. «En el libro se conoce la verdad», comunicó a los presentes, para reiterarles la importancia de todos los capítulos «para conocer lo que sucedió en esta desgracia que produjo tal conmoción en la sociedad que provocó una respuesta ciudadana de solidaridad inigualable».
«Libro con enseñanzas útiles para el siguiente accidente»
La abogada especializada en derecho marítimo, Magdalena Sofía Etcheverría, intervino en la presentación de hoy en A Coruña y avanzó que el libro de López-Sors «aporta enseñanzas útiles para el siguiente accidente que vamos a tener». En este contexto, concluyó que «se está superando con creces la media de uno cada 20 años», pero a la vez deseó que si se produce otro de la magnitud del Prestige, «que sea lo más tarde posible».
«El buque desde el primer momento estaba contaminando», argumentó, y recordó que Francia y Portugal se negaron a que el buque entrara en sus aguas. «La primera decisión no fue alejarlo de la costa», afirmó, mientras matizó que el remolque de emergencia de popa del Prestige no funcionaba aunque estaba acreditado por la empresa American Bureau of Shipping (ABS). Esta profesional formó parte del despacho de abogados que asesoró de manera gratuita al Estado en el procedimiento judicial del Prestige y rememoró cuando viajó a Estados Unidos para recabar información sobre la causa: «Los americanos decían que no entendían nada de lo que ocurría en España», relató.
«¿Qué hacer con un buque con la tripa abierta echando toneladas de fuel pesado?», planteó, sobre lo que respondió que «España no tenía la obligación legal de acogerlo». «Si López-Sors hubiera dicho que el buque debía entrar en aguas españolas hubiera sido condenado directamente por tomar una decisión perjudicial para el medio ambiente», consideró.
Fuente:elespanol.com
Nuestro Grupo, presente en este bochornoso acto, tuvo ocasión de ponerle las cosas claras al autor del libro durante 20 minutos.
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