Fue localizado a las 14:25 horas por los buzos de los GEAS que participaban en el operativo desde el viernes pasado.

 Pese a que la esperanza ya estaba perdida, el hallazgo del cuerpo del moañés Gustavo González Malvido a las 14:25 horas de ayer en las inmediaciones del lugar donde desapareció el viernes pasado, en la zona de Filgueira, entre el Monte do Facho y Punta Couso, revivió el sentimiento de impotencia y tristeza en la comarca. De 42 años, era natural de Beluso, en Bueu, pero vivía junto a sus dos hijos y a su pareja, perteneciente a una familia muy conocida en Moaña porque regentan un establecimiento hostelero en la Porta do Sol, en la parroquia de Meira. 

Era aficionado a la pesca y aquella soleada y fatídica tarde decidió salir a disfrutar del mar en una zona complicada, según experimentados que faenan habitualmente por el lugar. Tanto es así que acabó convirtiéndose en una trampa. Por eso, todo el Morrazo al completo permaneció en vilo desde entonces aguardando los resultados del intenso operativo de búsqueda que se puso en marcha día y noche nada más conocerse, gracias a un testigo, que una ola de grandes dimensiones había engullido al barco y había tirado al agua a la persona que iba en él. En un primer momento, según explicó este observador, la víctima se encontraba inmóvil sobre el agua, pero cuando la lancha comenzó a girar bruscamente acabó perdiéndolo de vista. Durante cuatro días el rastreo no dio resultado, pero el quinto, ayer, se confirmaron los peores presagios. Buzos de los GEAS de la Guardia Civil localizaban su cadáver a 13 metros bajo el mar en las inmediaciones donde se le perdió la pista. Según fuentes del operativo, se encontraba enganchado en una grieta.

En el dispositivo de búsqueda participaron el helicóptero Pesca 1 de la Xunta, la Guardia Civil con la embarcación “Corvo Mariño” y un helicóptero, además de agentes por tierra, Salvamento Marítimo, Policía Local y Protección Civil de Cangas.

Fuente: atlantico.net