- El crudo que viaja en los viejos buques de la flota en la sombra sube un 70%
- El riesgo de un desastre medioambiental en aguas europeas es cada vez mayor
- Se calcula que cada día viajan 2,4 millones de barriles de crudo en buques ‘defectuosos’
El mercado de petróleo está viviendo un año extremadamente convulso. La guerra en Oriente Próximo está centrando todos los titulares de los últimos meses ante el creciente riesgo de que se produzcan ataques sobre infraestructuras clave en Irán, el país con las terceras reservas de crudo más grandes del mundo. Sin embargo, mucho más cerca de Europa, se está produciendo otra situación igualmente peligrosa que parece pasar desapercibida para buena parte de la prensa.
El petróleo que viaja por mar sobre buques sin mantenimiento y extremadamente viejos se está disparando. La culpa de esta preocupante tendencia es la flota en la sombra rusa, una estratagema de Moscú para seguir ‘colando’ su petróleo sancionado en casi todos los rincones del mundo, poniendo en peligro los mares y la fauna que los ‘puebla’. Rusia ha ampliado la capacidad de su flota en la sombra en casi un 70% interanual pese a la ofensiva de Occidente (sobre todo de Reino Unido y EEUU) contra las aseguradoras y las compañías navieras que le permiten a Moscú eludir las sanciones occidentales.
Aunque las ‘sensaciones’ en el sector y los datos de navegación apuntaban a un repunte de la actividad de esta flota fantasma rusa en los últimos meses pese a las sanciones de Occidente, los datos lo han acabado confirmando. En un completo informe publicado este lunes por la Kyiv School of Economics (KSE) se recoge que el volumen de petróleo ruso transportado por esta peligrosa ‘chatarra’ flotante ha pasado de 2,4 millones de barriles diarios en junio de 2023 a 4,1 millones en junio de 2024, arrojando el citado 70% de incremento anual. Para tener una referencia, en el momento de la entrada en vigor del tope de precios del crudo, en diciembre de 2022, este volumen era de solo 2,2 millones de barriles diarios.
Para poner algo de contexto a estos datos, solo el petróleo que transporta la peligrosa flota fantasma de Rusia sería suficiente para cubrir la demanda de crudo de diaria de ‘dos Españas’ enteras. Lo que es pero, todo hace indicar que la cantidad de crudo transportada por estos viejos y defectuosos (en muchos casos) buques sigue incrementándose.
El informe también ofrece un dato importante y más que revelador: en los últimos meses, cerca del 70% de las exportaciones marítimas rusas de petróleo fueron transportadas por buques cisterna en la sombra y, por lo tanto, no han estado sujetas al límite de precios fijado por el G-7, liderado por EEUU, y la UE. Esto incluye casi el 90% del petróleo crudo, que ha cotizado por encima de los 60 dólares por barril fijados por el tope desde mediados de 2023. En el caso de los productos petrolíferos, la cuota transportada en estos viejos barcos es del 38%.
«La flota en la sombra permite a Rusia eludir el tope de precios del petróleo del G-7 y aliados y obtener ingresos de exportación adicionales para financiar su guerra de agresión. Aunque la inversión ha sido considerable -se estima en 10.000 millones de dólares desde principios de 2022-,la estrategia ha reducido significativamente la influencia del régimen de sanciones«, escriben en el informe los analistas del Instituto KSE.
El tamaño de la flota en la sombra
El tamaño exacto de la flota rusa en la sombra ha sido un tema de amplio debate. En otro informe reciente, el Instituto KSE documentó que más de 300 petroleros habían transportado crudo ruso en 2023 y la primera mitad de 2024, mientras que más de 430 petroleros habían transportado productos petrolíferos rusos durante este periodo de tiempo. Sin embargo, no todos lo hicieron con regularidad. El Instituto identificó 45 petroleros de crudo y 41 de productos que formaban parte sistemáticamente de la flota en la sombra en 2023 y la primera mitad de 2024, es decir, una flota en la sombra ‘central’.
Desde este think tank admiten con resignación que es poco probable que una aplicación más estricta de la normativa o las sanciones afecte a los volúmenes de exportación rusos. De una forma muy resumida y simple, Rusia no puede permitirse reducir sus suministros de petróleo al mercado mundial –en particular en una situación en la que los precios de exportación caen–, ya que sigue dependiendo de forma directa de las ventas de petróleo para obtener ingresos y cuadrar sus expansivos presupuestarios (una guerra cuesta mucho dinero). Además, el vasto tamaño en superficie de Rusia, sus poderosos aliados (China y una India neutral) imposibilitan que las sanciones se cumplan de forma estricta. Intentar impedir que circule el petróleo ruso es como intentar poner puertas al campo.
Por otro lado, aunque las sanciones han logrado reducir el precio al que Rusia vende su crudo, esto tampoco supone un problema grave para Moscú: «Esto se debe al hecho de que los costes de producción del petróleo crudo ruso son bastante bajos –se estima que en promedio rondan los 10-15 dólares por barril–», señalan estos expertos.
El petróleo viaja en ‘chatarra flotante’
Además de denunciar lo que esta dinámica supone en términos geopolíticos -más músculo financiero para que el Kremlin sufrague la invasión de Ucrania-, el informe alerta del riesgo medioambiental que pende sobre Europa: «La continua dependencia de Rusia de las infraestructuras de producción y exportación orientadas a sus mercados tradicionales en Europa significa que grandes cantidades de petróleo pasan a diario por aguas europeas». El petróleo ruso viaja en lo que se podría denomina como ‘chatarra flotante’ bajo banderas exóticas.
Los Estados que ponen bandera esta flota fantasma son, por ejemplo, Panamá, las Islas Cook, Camerún, Palau o Vietnam.
«Considerando la amenaza inminente y significativa que la flota en la sombra de Rusia representa para el medio ambiente, instamos a los países de la coalición a que tomen medidas rápidamente e implementen un plan que garantice que todos los petroleros que pasen por aguas europeas tengan un seguro adecuado contra derrames de petróleo que pague en caso de incidente», piden con urgencia desde el think tank ucraniano.
La pérdida de potencia del motor es un problema frecuente en los petroleros de la flota de sombra y puede tener consecuencias graves, especialmente en aguas estrechas y poco profundas, aseguran estos expertos. Rusia se ha hecho con una vasta flota formada por viejos petroleros que navegan bajo la bandera de países de tercer o cuarto orden o incluso paraísos fiscales. «La negligencia en la supervisión por parte de los Estados que abanderan estos buques es el eslabón débil del marco regulatorio.
Aunque la Organización Marítima Internacional es el organismo a través del cual se establecen las normas, carece de autoridad para hacerlas cumplir. La garantía del cumplimiento de las normas recae principalmente en los Estados de abanderamiento, es decir, los países que proporcionan a los buques la documentación de registro».
En el primer semestre de 2024, el 72% del petróleo ruso transportado por mar salió de puertos del Báltico y el Mar Negro, y el 58% se trasladó en petroleros de la flota en la sombra. «Esto significa más de 75 millones de barriles al mes en buques que tienen una media de 18 años de antigüedad, un mantenimiento insuficiente y probablemente un seguro inadecuado», remarcan desde el Instituto KSE. Lo cierto es que estos buques cisterna atraviesan las aguas europeas varias veces al día, una media de 2,9 por el Estrecho de Dinamarca y el Canal de la Mancha, 2,8 por el Estrecho de Gibraltar y 2,2 por el Mar Egeo.
Fuente:eleconomista.es
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