El tío de la víctima mortal del accidente náutico de Cala Bona, en Son Servera, recuerda cómo les embistió el barco, este viernes, cuando estaban pescando frente al Cap Pinar
El mar es delicado.
Un hombre con gafas de sol y gorra, los brazos en jarra, observaba ayer por la mañana en el puerto de Cala Bona, en Son Servera, el pequeño bote arrollado por un yate que se dio a la fuga el pasado viernes por la noche. La embarcación, de tres metros y medio de eslora, estaba prácticamente intacta en un recinto que fue acordonado por la Policía Local tras el accidente.
Tenía un golpe en la parte derecha de la popa y le faltaba el motor, que fue destrozado por el yate que golpeó el bote con tres tripulantes a bordo: un hombre español de 45 años de edad y sus dos sobrinos, de 20 y de 13.
El joven Guillem Comamala Fiol, de 20 años, se encontraba pescando calamares con su hermano y su tío en aguas del Cap Pinar alrededor de las nueve y veinte de la noche. Un barco de color oscuro y casi 20 metros de eslora los embistió por la parte derecha de la popa y huyó a gran velocidad en dirección a Porto Cristo.
Guillem, que llevaba una luz en la mano, falleció a consecuencia del fuerte impacto. Su tío pudo rescatar el cuerpo del joven gracias a la linterna que portaba. Los otros dos ocupantes del bote resultaron ilesos de milagro.
Port Nou
El tío de la víctima del accidente náutico vive en la zona del Port Nou, a unos dos kilómetros del puerto de Cala Bona donde se encuentra amarrado el pequeño bote 320, de color blanco con una franja azul en la parte superior del casco, que fue arrollado por el yate. El hombre, que prefiere no revelar su identidad, atiende compungido a Última Hora en la puerta de hierro que da acceso a su domicilio.
–El yate iba a toda velocidad, nosotros gritamos como locos– cuenta el hombre, entre pausas, y aclara que Guillem Comamala, que se encontraba en la popa junto al motor seccionado, llevaba luz.
Así se lo hizo saber a los agentes de la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación del siniestro.
«Si no hubiera sido por la luz no lo hubiera encontrado», se lamenta. «Nadie saltó al agua, el barco no frenó en ningún momento», añade el tío de la víctima, que explica que una de las barcas que se encontraba en la zona les auxilió al escuchar los gritos de ayuda.
Un yate de casi 20 metros
Antes de finalizar la breve conversación, el hombre recuerda que el barco que los arrolló era «muy grande» e iba hacia la Punta de n’Amer. Los agentes que asumieron la investigación del siniestro tomaron declaración al tío de Guillem, que les facilitó una descripción de la embarcación que los arrolló: era oscura y de unos 20 metros de eslora.
Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil localizaron ayer el supuesto yate que arrolló al bote amarrado en el puerto de Porto Cristo. El barco, de nombre ‘La Luna’, tiene bandera alemana y quedó precintado.
Fuentes del instituto armado explicaron ayer a este periódico que los tres tripulantes intentaron arrancar el bote cuando vieron que el barco se aproximaba hacia ellos a gran velocidad, pero no consiguieron evitar el choque.
Agentes de la Guardia Civil junto con buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) inspeccionaron el casco del barco que provocó el accidente mortal delante del Cap Pinar en busca de indicios que demostraran que habría arrollado al bote en el que pescaban Guillem, su hermano y su tío.
El patrón de un yate amarrado en el puerto de Porto Cristo comentaba ayer por la mañana que es imposible que el capitán del yate no se hubiera dado cuenta de que había arrollado al bote a pesar del pequeño tamaño.
–Si con algunas olas ya notas el impacto…
Fuente:ultimahora.es
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