Esto se suma a las quejas de los vecinos del municipio en cuanto a la gente que visita la localidad en verano, y no de la forma que a ellos les gustaría

Algo tiene el municipio de Oleiros para que turistas y forasteros escojan esta localidad de A Coruña para pasar sus vacaciones de verano. «É un municipio aberto e tolerante, acolledor de miles de persoas de todo tipo de procedencias«, indican fuentes municipales. El problema viene cuando esto interfiere en la «harmónica convivencia» que se tiene en la localidad.

Sin embargo, una nueva variante del turismo está provocando el disgusto de los vecinos, que ya no solo se quejan de los visitantes «de la meseta», sino que ahora también lo hacen de las personas que acuden a las playas de la zona para realizar actividades «obscenas».

En concreto, la cala de Bastiagueiro Pequeno, una playa autorizada nudista, es uno de los puntos en los que se dan este tipo de prácticas. Tanto es así, que fuentes municipales del Concello han declarado a este medio que «están actuando» en contra de estas escenas. 

«Oleiros non é un prostíbulo«, declaró el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, esta mañana en el programa de Radio Voz, refiriéndose a aquella gente que realiza actividades impropias en los arenales y que tanto aseguran que está afectando a la imagen de la localidad. 

«Hartos de los madrileños»

Desde hace una semana, los medios de comunicación se han hecho eco del enfrentamiento entre vecinos nativos de Mera y gente procedente «de la meseta». Ha llegado hasta tal punto la situación, que un bar de la zona ha decidido cerrar durante una semana entera en agosto «hartos de los madrileños».

El objetivo del cierre era evitar la marabunta de turistas que se esperaba para el puente del 15 de agosto y adelantar el descanso del personal, previsto inicialmente para septiembre. María, responsable de este bar confesaba en exclusiva a Quincemilque este tipo de turistas «no nos enriquece, nos empobrece».

Tras lo sucedido, y en consecuencia de la esperada respuesta de los madrileños a este mensaje -que se defendieron con un aluvión de reseñas negativas hacia este bar-, el Concello de Oleiros ha decidido intervenir en defensa de «un turismo de calidade», pero non de masas». «Entre todos e todas construímos un territorio moi próspero no cultural e no social, onde a xenofobia e os discursos de odio non teñen cabida«.