Cuenta atrás en el puerto de Cádiz para izar el pecio del siglo XVII, hundido junto a la nueva terminal de contenedores

Se ha instalado una carpa en la explanada de la terminal, donde se llevará a cabo su limpieza y estudio

Los buzos y los técnicos preparan la estructura que permitirá extraer el esqueleto del casco de este barco

La extracción del galeón del siglo XVII del Puerto de Cádiz será «una operación sin precedentes en España»

Cuenta atrás para la extracción del pecio del siglo XVII que se encuentra sumergido en las aguas que bañan a la ciudad de Cádiz, concretamente, en aquellas que se encuentran próximas al astillero de la capital. La embarcación, de la que solo se conserva parte del esqueleto de su casco, será izada en varias fases para su estudio en tierra. Fuentes de la Autoridad Portuaria han confirmado a LA VOZ que se ha colocado una gran carpa en la explanada de la nueva terminal de contenedores, donde los equipos de Centro de Arqueología Subacuática (CAS) llevarán a cabo su limpieza y posterior análisis de los restos. Este trabajo durará, al menos, tres meses. Se trata de un navío del siglo XVII que se hundió hace casi 400 años con 27 cañones de hierro suecos y 22 lingotes de plata procedentes de las minas hoy bolivianas de Oruro y Potosí, con marcas de la orden real de 1651.

La extracción será una operación inédita hasta la fecha en España, «un gran reto», como ha definido Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), «pues será la primera vez que se extraigan del agua unos restos de esta envergadura y de esta cronología». Los restos de este barco se localizaron en febrero de 2011 durante las obras de la primera fase de la nueva terminal de contenedores y fue bautizado con el nombre de Delta 1.

Tras estudiarse distintas opciones, la posición del mismo obligó a moverlo y se decidió entonces su traslado a una zona contigua a la obra que tenía menor calado y mejor visibilidad. De esta forma, el estudio de los restos del barco sería más sencillo. Como acaban de comenzar las obras de la segunda fase de la Nueva Terminal de Contenedores, es necesario ahora un nuevo traslado, pero, en este caso, será izado hasta su colocación en el exterior.

En la fase de estudio, profesionales del CAS documentarán fotogramétricamente cada una de las capas que conforman el pecio, se irá desmontando por capas estructurales, y todas las piezas de madera se escanearán y se tomarán muestras para llevar a cabo estudios dendrocronológicos. Todas estas piezas desmontadas pasarán a mantenerse en piscinas de agua marina y se realizará un modelado 3D de la parte del barco conservada. Documentalmente se intentará identificar de qué barco se trata. A medida que se avance en los trabajos está previsto publicar un vídeo en redes sociales cada semana para informar sobre los avances.

Por último, se colocarán las maderas en estructuras y todo el conjunto pasará a ser fondeado en las inmediaciones de la Punta de San Felipe y cubierto en un depósito reversible y perfectamente georreferenciado.

Junto a los restos de estructura naval excavados entre 2011 y 2013 aparecieron otra serie de materiales que brindaron datos relevantes de la cronología. Al margen de los lingotes y los cañones se localizó también también una campana con la leyenda ‘Jesús, María y José,’ datada en 1751, además de cerámicas, vidrio, suelas de zapatos o huesos de animales que sirvieron para contextualizarlo. Todo este material se encuentra en la sede del CAS, en el Balneario de La Palma.

Pero lo más importante en esta nueva investigación que afrontarán los técnicos del CAS será «descubrir cómo se construían los barcos en el siglo XVII, pues no tenemos conocimiento, salvo una serie de órdenes, que son unos documentos donde se explica el calado que debían tener, la longitud máxima o los sistemas de clavazón, pero no cómo era la construcción», sostienen los técnicos del CAS.

De forma paralela se va a afrontar la investigación documental con el objetivo «de saber el nombre del barco, que aunque es difícil hay que intentarlo, pues incrementará el conocimiento de su historia, nos permitiría saber dónde ha sido construido, cómo ha sido su vida útil, que hacía en el puerto de Cádiz y cómo se hundió».

Fuente:lavozdigital.es