En ese sentido, cabe aclarar que hay información que determinados buques deben compartir de forma obligatoria, como la posición AIS (un sistema de identificación automática que brinda información sobre la ubicación). Un detalle: los pesqueros, al no estar alcanzados por esta obligación, pueden apagarlo. Otro inconveniente al que la Fuerza debe estar atenta es que se pueden crear posiciones falsas o que un buque de bandera nacional tenga un propietario extranjero.

DEF visitó la sede de la Prefectura para dialogar con el equipo interdisciplinario creado para el control de los espacios marítimos y sus recursos. Allí manejan un moderno sistema que monitorea, en tiempo real, el Atlántico sur: una de las zonas productivas más importantes del mundo.

El mar argentino, la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y la plataforma continental son de las zonas más productivas del mundo. En estos lugares, año a año, se concentran grandes flotas pesqueras y es, además, en este punto del planeta donde funciona una ruta vital para el comercio global.

Los buques pesqueros se mueven, desde países alejados, para capturar el calamar Illex argentinus, una de las especies más codiciadas internacionalmente. Pero, como se trata de un molusco de naturaleza migratoria, muchas veces se encuentra dentro de la ZEE y , en otras ocasiones, sobrepasa su límite.

Antes de continuar, cabe preguntarse de qué hablamos cuando nos referimos a las 200 millas y a la Zona Económica Exclusiva: en los espacios marítimos, la ZEE se refiere a la columna de agua, el lecho y subsuelo adyacentes a las costas continentales e insulares sobre los que un Estado tiene soberanía. Y, de acuerdo a los lineamientos establecidos por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, la ZEE se extiende más allá del mar territorial (desde las 12 millas marinas contadas desde la línea de base hasta las 200 millas marinas): allí, un país tiene derecho de exploración, explotación, conservación y administración sobre sus recursos.

En definitiva, la Prefectura Naval Argentina está en alerta para detectar, en tiempo real, cualquier buque que ingrese en aguas jurisdiccionales de manera ilegal y, para encarar la complejidad de este escenario, conformó el EICEMAR: un equipo de trabajo interdisciplinario para el Control de los Espacios Marítimos y sus Recursos. DEF pudo dialogar con el equipo sobre un tema que preocupa por su impacto sobre nuestra economía y soberanía.

El Sistema Guardacostas desde dentro

Desde el edificio Guardacostas, sede de la Prefectura, y un ambiente repleto de pantallas, el prefecto Mario Herlein, responsable de la División que tiene a cargo el moderno Sistema Guardacostas –una plataforma tecnológica que integra fuentes de información y posicionamiento sobre los buques– contó a DEF que llevan un registro de la ubicación de todos los barcos, tanto de los nacionales como de los de bandera extranjera.

“Somos la parte técnica, no la operativa. Nosotros suministramos los datos necesarios y facilitamos la información”, comentó, al tiempo que explicó que los datos que proporcionan son empleados por un área operativa que, luego, brindará las directrices sobre cómo actuar a cada una de las dependencias de la Fuerza en todo el país. O sea, si un buque de Prefectura debe trasladarse a la zona del suceso, previamente recibirá la orden de la autoridad de su jurisdicción. Además, para patrullar, la Fuerza cuenta con aviones Beechcraft que pueden obtener información precisa sobre la ubicación de un barco.

“Básicamente, nos encargamos de la principal herramienta, que es el Sistema Guardacostas”, dijo Herlein a DEF. En ese sentido, cabe aclarar que hay información que determinados buques deben compartir de forma obligatoria, como la posición AIS (un sistema de identificación automática que brinda información sobre la ubicación). Un detalle: los pesqueros, al no estar alcanzados por esta obligación, pueden apagarlo. Otro inconveniente al que la Fuerza debe estar atenta es que se pueden crear posiciones falsas o que un buque de bandera nacional tenga un propietario extranjero.

En cuanto a los buques nacionales, estos tienen que informar su posición con otros métodos cifrados. ¿Por qué no usan el sistema AIS? Porque, de esa manera, otras empresas sabrían el lugar donde se encuentran pescando y acudirían al mismo punto.

“Además, recibimos información y control satelital a través de radares. Hacemos una correlación entre la información AIS y las que nos da el SAR (búsqueda y rescate). Así, podemos verificar si el buque está en posición o si ingresó a las 200 millas”, contó.

El Sistema también cuenta con información sobre la tripulación de los buques, la clorofila y su impacto en la zona de pesca.

Cuestión de límites

En el equipo, contaron que, desde que el Instituto Geográfico Nacional publicó oficialmente la línea de las 200 millas, los buques poseen información precisa sobre ese límite. Al dejar de depender de cartas que contenían errores, en el presente “es poco común que entren y, si lo hacen, es por alguna situación excepcional. Además, no ingresan porque básicamente la pesca es transzonal”.

El recurso está fuera del límite, con lo cual no necesitan entrar”, detalló la abogada y subprefecta Luciana De Santis, miembro del EICEMAR.

Por su parte, la bióloga y oficial principal Nadia Cerino (integrante del equipo) explicó que el calamar, por su ciclo de vida, se mueve y sobrepasa el límite. “Hay mucha desinformación al respecto”, comentó, y agregó: “En Argentina, el recurso está monitoreado. Dentro, la flota nacional tiene cuotas de captura y zonas donde puede hacerlo y otras en las que no. Hay un manejo de la especie. Y, si el recurso sale, se pueden realizar estimaciones”.

De todas maneras, la subprefecta De Santis es contundente: “En el Sistema, se puede observar la cantidad de buques que hay fuera del límite. Supongamos que pudiera haber un ingreso de una hora. El problema no es esa entrada, sino los 500 o 400 buques que están durante cinco meses haciendo captura más allá de la ZEE. Es decir, sin ilegalidad, pero están capturando el recurso que es transzonal”.

En palabras de De Santis, los pesqueros no siempre están obligados a proporcionar información sobre la posición, ya que eso lo determina el Estado de bandera. China, por ejemplo, no los obliga. Aun así, aunque apaguen el sistema AIS, no son invisibles para el Sistema.

De hecho, un fenómeno al que también deben estar atentos tiene que ver con buques con bandera de Estados –como Camerún– que no tienen antecedente de pesca por fuera de la milla 200. Estos buques son de “bandera de conveniencia” y pueden pertenecer a empresarios chinos, por ejemplo.

Cabe señalar que Prefectura Naval también lleva un control de las áreas marinas protegidas ubicadas en la ZEE, como Namuncurá Banco Burwood. “Es una zona con determinadas condiciones y un hábitat específico, con especies únicas. Allí, en algunos puntos, también se pueden hacer investigaciones. Es todo un ecosistema y se protege para asegurar la dinámica de la fauna”, dijo Nadia Cerino, no sin antes aclarar que, incluso, hay áreas donde ni siquiera se puede navegar. Por eso, el Sistema Guardacostas también ejerce control sobre este tipo de área.

¿De dónde saca la información el Sistema Guardacostas?

Herlein, quien entiende que el desarrollo del Sistema Guardacostas se traduce en mayor eficiencia y en ahorro de recursos para el Estado, detalló que, para el seguimiento de la flota, toman la información proporcionada por el AIS e imágenes SAR. Y, si un buque llega a apagar el sistema, recurren a imágenes satelitales. “Cada una de ellas cuesta entre 3000 y 4000 dólares. Pero, por un acuerdo con la CONAE, las obtienen de manera gratuita”, contó.

Un dato brindado por Herlein: para llevar adelante el trabajo, cuentan con el apoyo de una constelación de siete satélites (uno de ellos, el SAOCOM, es argentino). “A nivel internacional, somos muy reconocidos por esta tarea”, resumió.

¿Qué hace el Sistema con esos datos? Una correlación. Y, si un buque no informó su posición, lo marca en color rojo.

Además, si bien la presencia de los buques pesqueros extranjeros fuera de la ZEE es legal, la Prefectura intenta obtener información vinculada a los transbordos, ya que, en varias ocasiones, es pesca no registrada.

“Hay una aplicación en la que podemos ver los registros de los encuentros que hubo en alta mar entre los diferentes buques. Esta información se genera públicamente. La mayoría de estos buques hacen recalada en Uruguay, así que ellos sí pueden ir a bordo y controlar cuándo llegan a puerto. Además, cada barco debería registrar todos los encuentros y trasbordos. La idea es generar colaboración a nivel internacional, que es la única forma de contrarrestar este tipo de pesca”, resumieron desde la sede de Prefectura Naval.

“Es decir, no se puede accionar contra esos buques porque están en alta mar y no están cometiendo una ilegalidad. Pero sí podemos dar cuenta de por qué esos buques están ahí y qué incentivos tienen. Uno de ellos es que pueden permanecer durante meses con la posibilidad de hacer captura continua, gracias a las operaciones de transbordo. Y, si bien eso tampoco es ilegal, se pueden tener controles para hacer una trazabilidad de la pesca”, agregó De Santis.

Modus operandi del equipo interdisciplinario de Prefectura

El prefecto mayor Sergio Almada es la persona que coordina al Equipo Interdisciplinario para el Control de los Espacios Marítimos y sus Recursos. “Llevamos casi cinco años con este grupo que nació cuando notamos que el control de los espacios marítimos giraba en torno a una problemática ambiental muy compleja y con multiplicidad de actores e intereses. Entonces, consideramos que había que abordarla de forma integral, desde el punto de vista jurídico, operativo, judicial, biológico, ambiental, político, económico y geopolítico. Para eso, conformamos un grupo interdisciplinario. Hoy somos cerca de 30 profesionales, de distintas áreas de la institución, que trabajamos con el objetivo de investigar, estudiar, asesorar y generar herramientas. Somos conscientes de que la Prefectura es un eslabón más dentro de los organismos competentes, entonces proponemos la interagencialidad”, comentó.

Por ejemplo, Nadia Cerino, bióloga y miembro de Prefectura, pudo explicar el ciclo de vida del calamar, profundizar lo vinculado a sus procesos migratorios y el modo en que impactan las condiciones ambientales en la especie.

En esa línea, Almada profundizó: “Nos enseñaron que, por las variables ambientales, hay años en los que el calamar va a estar más adentro, o afuera, de la ZEE. Por eso, un buque extranjero no tiene la necesidad imperiosa de ingresar, porque puede esperar el recurso detrás del límite”.

Esa información sobre el calamar fue la que permitió que la Fuerza abordara el tema desde todas sus aristas y comprendiera por qué hay centenares de buques detrás de la milla 200 (y no dentro).

Justamente, una de las mayores luchas que la Prefectura lleva adelante es contra la desinformación, mucha de ella proveniente de distintas ONG. “Estas organizaciones llevan adelante investigaciones utilizando el límite de la ZEE de, por ejemplo, una plataforma denominada Marine Regions. Así realizan los cálculos. Pero esos límites están mal y, al correr la línea, parecería que están todos pescando dentro”, detallaron y afirmaron: “En base a esto, hablan de pérdidas y estiman lo que robaron a la Argentina”.

Al respecto, desde el Equipo, aclararon que ese accionar fue transmitido oportunamente a Cancillería y que, si bien Marine Regions ya corrigió los límites, hay otras plataformas que no.

¿Qué sucede con la flota nacional?

Prefectura también ejerce el control y monitoreo de la flota pesquera argentina. Para ello, los buques nacionales cuentan con un sistema satelital de control que opera durante las 24 horas, los 365 días del año. De esa manera, no solo se puede saber si están o no pescando en zonas habilitadas o si cuentan con permiso, sino que también se obtiene otro tipo de información. De hecho, si el buque deja de emitir, se lo obliga a que regrese a puerto o se inicia una operación de búsqueda y rescate. Según el prefecto mayor José Cristian Abel Vigano, de Tráfico Marítimo, para este tipo de circunstancias cuentan con las embarcaciones operativas, como los patrulleros, que controlan la milla 200. Y, si se activan los protocolos, llevan adelante las operaciones de salvamento.

Por su parte, el prefecto mayor Carlos Apablaza, del Departamento Policía Auxiliar Pesquera y miembro del Equipo, añadió que ellos operan cada vez que surge uno de estos problemas en el mar, pero también lo hacen si sucede en otros ambientes, como en un río o lago.

“Es un trabajo interdisciplinario que también promueve la interagencialidad”, añade Luciana De Santis, quien detalla que, si obtienen información importante, la transmiten a los organismos a los que les puede ser útil.

“Pescan sin parar. Y de ahí se desprenden otras formas de delito”

En síntesis, la flota extranjera puede permanecer durante meses en el límite de las 200 millas, pues posee incentivos para pescar en una zona extremadamente rica en especies de valor internacional. En muchos casos, los buques son subsidiados por sus Estados de bandera. De hecho, en el caso de China, la mayoría de ellos pertenece al país. “Sin ese incentivo, a esa flota le sería costoso permanecer ahí”, resumió el personal de Prefectura.

A ello, se suman los trasbordos en alta mar, tema en el que la Fuerza se encuentra trabajando para entender su dinámica: “No es una actividad ilegal, pero pescan sin parar. Y de ahí se desprenden otras formas de delito, como el trabajo forzado”.

Una posible solución: avanzar en convenios o tratados, como de biodiversidad. Pero, como explicaron desde la Fuerza, si bien estas no son herramientas perfectas, son espacios de generación de gobernanza.

Además, y en relación con la disputa de soberanía sobre las islas Malvinas, desde Prefectura aclararon que ellos no están enfocados en ese tema, pero que, al determinar los límites de la plataforma continental, se presentaron las fórmulas ante un organismo técnico que evaluó las mediciones y emitió recomendaciones.

Por eso, la CONVEMAR, una vez que se aprobaron las mediciones realizadas por Argentina, trabaja sobre dos límites fijados convencionalmente, uno de 350 millas y otro de 200. Sin embargo, existe una salvedad, el organismo es técnico y no jurídico. Es decir, no emite recomendaciones en caso de disputa de soberanía, como sucede con las islas Malvinas y la Antártida. “Por supuesto que Argentina lo pone en sus cartas”, contó De Santis.

“Hay que tener en cuenta que Argentina fue uno de los países pioneros en la delimitación del borde exterior de la plataforma continental. Son temas nuevos e internacionalmente complejos en cuanto a la aplicación del derecho”, resumió.

Fuente:infobae.com