Lightoller sobrevivió al naufragio del ‘Titanic’ a bordo del Colapsable.

Lightoller fue el oficial de mayor graduación que sobrevivió al naufragio y su testimonio fue muy importante, tanto en la investigación norteamericana como en la británica.

Con su permiso, hoy me gustaría hablarles de un individuo, un marino, que es reflejo de un tiempo y una mentalidad que ya ha desaparecido. Un alma aventurera cuya vida parece sacada de un libro de Emilio Salgari. Este espíritu inquieto se llamó Charles Herbert Lightoller y fue el segundo oficial en el viaje de inauguración —y último— del RMS Titanic.

Lightoller nació en el condado de Lancashire en 1879. Con 13 años inició su aprendizaje naval, consistente en estudios y cuatro años de prácticas embarcado a bordo de uno o diferentes barcos. Este era un requisito obligatorio para poder alcanzar el certificado de competencia que le habilitaba para poder pasar de oficial en prácticas a oficial de cubierta.

Como les estaba contando, Lightoller estaba en su primer viaje cuando el barco sufrió daños y tuvo que buscar refugio en el puerto de Río de Janeiro para llevar a cabo ciertas reparaciones en el casco. Durante el tiempo que estuvieron allí, vivieron una revolución campesina y una epidemia de viruela. Durante el segundo, encallaron en un arrecife no marcado en la isla de Saint Paul, entre la Antártida y las aguas australes. En su tercer viaje cumplió con los requisitos y se le entregó el certificado en Calcuta.

En 1894, como tercer oficial del Knight of St Michael, tuvo una intervención decisiva que salvó al barco y su carga. El cargamento de carbón se incendió y la rápida y eficiente intervención del tercer oficial salvó la situación. Con 21 años tenía suficiente experiencia y conocimientos demostrados que le permitieron dar el importante salto de la vela al vapor. Trabajó en el correo en la costa este de África, pero lo dejó en 1897 tras sobrevivir de milagro a la malaria.

Tras la desagradable experiencia africana, decidió cambiar de aires y de actividad, dejándose arrastrar por la fiebre del oro que se desató en los yacimientos del Klondike, en Alaska.

Como no le fue bien —lo perdió todo— tuvo que trabajar de vaquero y viajar como vagabundo ferroviario, hasta que consiguió alcanzar la costa este de Canadá. Su actividad con el ganado le permitió trabajar en un barco ganadero a cambio del pasaje hacia la Inglaterra natal.

Con el nuevo siglo encontramos a nuestro inquieto protagonista como oficial en varios barcos de la prestigiosa naviera White Star Line. Esta empresa tenía como característica propia que todos los nombres de sus barcos terminaran con el sufijo -ic y que las chimeneas estuvieran pintadas de un distintivo color negro y ocre.

Durante uno de sus viajes conoció a una pasajera australiana llamada Sylvia Wilson, con la que se casaría y tendría cinco hijos. También navegaría varias veces, y en distintas naves, con el capitán Edward J. Smith; así que no tuvo nada de extraño que cuando a este último le entregaran el mando de la nueva nave, el RMS Titanic, lo reclamara.

Lightoller fue el primer oficial durante las pruebas y prácticas del nuevo barco y segundo oficial durante el crucero de inauguración. Su nombramiento apartó al oficial en funciones, David Blair, que al partir se llevó la llave del armario donde se guardaban los prismáticos del barco, detalle que tendría gran importancia durante la navegación, al privar a los vigías de ellos.

El 14 de abril de 1912, a las 23:00, Lightoller se retiró a su camarote. Acababa de acostarse cuando sintió la colisión con el iceberg. Se vistió con rapidez y comprobó la situación del barco, comunicando sus observaciones a sus superiores.

Durante la evacuación se encargó de que se arriaran los botes salvavidas de la banda de babor. Cuando el gran barco se hundió, Lightoller, que había saltado por la borda, logró sujetarse al costado de uno de los botes, que estaba volcado.

Consiguió coordinar a los supervivientes, que se apiñaron en torno al bote, para mantener el equilibrio y que se alternaran los más agotados con los que estaban en mejores condiciones físicas en agarrarse de las cuerdas que había alrededor del volcado bote salvavidas.

Pasó toda la noche soplando el silbato de órdenes hasta que consiguió llamar la atención y atraer a los botes salvavidas números 4 y 12, que recogieron a los supervivientes que había reunido el oficial en torno a sí: unos 30.

Lightoller fue el oficial de mayor graduación que sobrevivió al naufragio y su testimonio fue muy importante, tanto en la investigación norteamericana como en la británica. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial fue habilitado como teniente de navío de la reserva o de complemento, navegando como primer oficial en varios cruceros auxiliares armados.

Ascendido a capitán de fragata, se le entregó su primer mando independiente: la lancha torpedera HMTB-117. Al mando de esta nave tuvo una actuación destacada que consiguió averiar al zepelín L-31. Se le entregó el mando del destructor HMS Falcon.

Esta nave acabó hundida al ser abordada por un buque de transporte durante un convoy. Exonerado de culpa alguna, y con una mención elogiosa por su comportamiento durante el hundimiento, se le entregó una nueva nave: el HMS Garry. Con este nuevo destructor hundiría al submarino UB-110.

Charles Lightoller terminó la guerra con la graduación de capitán de fragata y dos medallas de la Orden de Servicios Distinguidos.

Tras la guerra abandonó la White Star Line al descubrir que, tras más de 20 años de leales servicios, su carrera estaba condenada debido a la desdicha de haber estado a bordo del Titanic.

Abandonó y se dedicó a los negocios inmobiliarios y le fue bien.

En 1939, como informante del Almirantazgo y a bordo de una pequeña motora de su propiedad, se introdujo en la base naval alemana de Wilhelmhaven haciéndose el borracho. El destructor alemán que le detectó informó de qué se trataba y de quién era el capitán de la nave. Se le suministró cafeína como para poner en funcionamiento una turbina y, cuando le vieron (aparentemente) bien, sobrio, le dejaron ir. Lightoller informó al Almirantazgo de las unidades navales que había visto u oído mencionar a los amables alemanes.

Pero el mayor timbre de gloria lo lograría en mayo de 1940 durante el desarrollo de la Operación Dinamo. Con 66 años, el viejo lobo de mar se negó a que su barco fuera requisado y, acompañado por uno de sus hijos, llegó hasta las playas de Dunkerque. La motora, con una capacidad para 21 personas, fue sobrecargada con 127 soldados y oficiales que consiguió llevar a Inglaterra. Durante las dos travesías que realizó fue atacado por los Stukas y consiguió, gracias a su pericia al timón, evitar las bombas de estos.

Durante el resto de la guerra transportó suministros y municiones, tanto para la Marina como para el Ejército. Su labor mereció nuevos galardones y reconocimientos.

Como les mencioné antes, este correoso marino tuvo cinco hijos durante su matrimonio: tres chicos y dos chicas. El mayor de los chicos murió al mando de una torpedera en 1944, y el más pequeño de ellos cayó pilotando un Spitfire en 1940. El mediano, y único superviviente de los varones, terminó la guerra como teniente coronel. En cuanto a la actividad de las hijas durante la guerra, una fue enfermera de campaña y la otra trabajó en la oficina de inteligencia política.

Charles Lightoller falleció a los 78 años debido a complicaciones cardíacas agravadas por la Gran Niebla de Londres (episodio de grave contaminación atmosférica) de 1952. No me negarán que su vida fue de novela.

Fuente:aldebate.com