Lo que generaron en ESPAÑA quieren replicar en Argentina
La flota pesquera española enfrenta una de sus mayores crisis generacionales: la juventud ya no quiere embarcarse. Con una edad media cada vez más elevada entre los trabajadores del sector y sin relevo a la vista, algunos barcos han tenido que dejar de salir a faenar por falta de tripulación. La solución, desde hace años, ha sido recurrir a mano de obra extranjera para mantener los más de 31.500 empleos que todavía genera esta industria en España.
Mientras tanto, en Argentina, las empresas pesqueras españolas que operan en la Patagonia y el Atlántico sur buscan replicar este modelo. Según fuentes del sector, estas compañías promueven políticas que apuntan a contratar tripulaciones extranjeras —muchas veces sin respetar los convenios laborales locales— con la esperanza de reducir costos y evitar conflictos sindicales aprovechando de un gobierno que aprueba la bandera de conveniencia .
Un modelo cuestionado
En España, sindicatos y expertos advierten que este sistema no es sostenible. “Estamos perdiendo el conocimiento tradicional del mar y abandonando a las comunidades costeras. La pesca ya no es una opción de vida para los jóvenes”, denuncian desde asociaciones del sector. En muchas localidades, los barcos amarrados sin tripulación se han vuelto una imagen habitual.
Pese a ello, en Argentina, las empresas con capital español no solo no fomentan la formación de jóvenes pescadores locales, sino que en algunos casos desalientan su participación activa, promoviendo esquemas que favorecen la contratación de extranjeros en condiciones precarias.
Un caso emblemático es el de Conarpesa, una de las principales empresas pesqueras con capital español en Argentina, que recientemente intentó reducir en un 30% el sueldo de los marineros de buques congeladores. La medida generó un fuerte rechazo por parte del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y encendió las alarmas en el sector.
Riesgos compartidos, modelos opuestos
A diferencia de España, donde la pérdida de interés se dio de forma progresiva y por desgaste del oficio, en Argentina el problema puede estar siendo inducido por intereses empresariales. “Si las nuevas generaciones no tienen oportunidades en el mar argentino, pasará lo mismo que en Galicia o el País Vasco: barcos sin marineros locales”, alertan especialistas del sector.
Mientras en Europa ya se habla de una “crisis de vocaciones pesqueras”, en Argentina hay preocupación por la posibilidad de repetir el mismo camino, pero de manera acelerada y forzada por intereses foráneos.
El modelo español: sin jóvenes y con mano de obra extranjera
En España, el relevo generacional en la pesca prácticamente ha desaparecido. La edad promedio de los marineros supera los 50 años y las nuevas generaciones rechazan el oficio por sus condiciones duras, inestables y mal remuneradas. Para sostener los 31.500 puestos de trabajo del sector, las empresas recurren desde hace años a tripulaciones extranjeras, principalmente de países africanos y del sudeste asiático.
Al no haber políticas activas para recuperar vocaciones marítimas entre la población local, muchas comunidades costeras han perdido su conexión con el mar. «Ya hay barcos que no salen, no porque falte pescado, sino porque no hay quién los tripule», afirman desde el gremio gallego.
Los medios Gallegos (Faro de Vigo) que vieron esa triste postal de los buques sin tripulaciones ahora buscan que en Argentina pase lo mismo:



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