Hundido un barco de A Guarda comprado hace años por un armador de Ribeira

Él es uno de los náufragos, junto a un marinero de Muros

Los salvó el barco grovense «Día de Reyes», que en 2015 «pescó» en Ons una bomba de 1936

El pesquero «Pegal» se fue al fondo cuando eran casi las diez de la mañana. Sufrió una vía de agua mientras faenaba en las Rías Baixas, lo cual obligó a sus tripulantes a lanzarse al mar en la balsa salvavidas.

Fueron rescatados inmediatamente por el barco «Día de Reyes», con puerto base en O Grove y que se encontraba faenando en la zona. Su patrón, Manuel Domínguez Míguez, respondió a la llamada de auxilio y se desplazó al lugar del naufragio.

Los tripulantes, José María Santiago Franco, vecino de Ribeira y armador del buque siniestrado, y Abel García Lestón, natural del Concello de Muros, observaron impotentes, ya a bordo del «Día de Reyes», como el «Pegal» se iba a pique.

El mapa con la ruta seguida por el barco «Día de Reyes», que indica la zona en la que efectuó el rescate.

Vía de agua por popa

«No sabemos qué pasó; solo que empezó a entrar agua por popa, y cuando vi que la bomba de achique no iba a ser capaz de frenarla, decidimos lanzar la balsa salvavidas y salir de allí después de pedir ayuda por radio», detalla el propio José María Santiago.

«Estamos bien, aunque nos hemos llevado un buen susto y he perdido el barco, que se está hundiendo poco a poco», relataba el patrón mientras observaba la dantesca escena.

Todo ocurrió en un conocido banco de pesca al que la flota denomina «O Setiembre», situado muy cerca de Corrubedo (Ribeira), en la boca de la ría de Arousa.

Salvamento Marítimo Fisterra

Mientras el patrón del «Día de Reyes» y los náufragos conversaban telefónicamente con FARO DE VIGO y confirmaban que no hay víctimas, se desplazaba hacia el lugar la embarcación «Salvamar Sargadelos» , movilizada por Capitanía Marítima de Vilagarcía y Salvamento Marítimo Fisterra desde su base en Monte Enxa (Porto do Son).

Al igual que enviaba a la zona el avión «Sasemar 308» para que inspeccionara la zona e hiciera un seguimiento de la situación medioambiental, ante el posible vertido de combustible desde el barco hundido.

Nasas de pescado

Aunque, como se decía al principio, fue adquirido para trabajar en Ribeira –esta mañana estaba utilizando nasas de pescado–, el «Pegal» es un barco originario de A Guarda. De hecho, en el Registro de Buques de Galicia sigue figurando como su puerto base.

Es una nave de madera con 10,75 metros de eslora y una potencia de 128 caballos de vapor que entró en servicio en mayo de 1980 y tiene permiso para faenar con artes menores como las nasas de pescado, miños, palangrillo y nasa de pulpo.

El «Día de Reyes», que entró en servicio en 2006, es un barco grovense muy conocido, construido en acero, con una eslora de 18 metros y una potencia de 230 caballos.

Es uno de los buques que conforman la llamada flota de enmalle, siendo una de las referencias durante la campaña del centollo.

Un artefacto explosivo que llevó a tierra firme

Pero también es conocido por algunas capturas realmente espectaculares y algún que otro hallazgo insólito, como el de una bomba «pescada» en 2015, que según se dijo entonces habría permanecido sumergida desde la Guerra Civil española.

Los cuatro marineros de O Grove y dos de Senegal que estaban a bordo del pesquero «Día de Reyes» en víspera de Navidad se encontraron aquel inesperado y peligroso «regalo» entre las redes con las que capturaban centollo a la altura de la isla de Ons.

Lo más llamativo es que aquel artefacto, que llevaba inscrito el año 1936, estaba «armado», es decir, que podía explotar en cualquier momento.

Tenía unos cincuenta centímetros de longitud y se encontraba a casi 77 metros de profundidad.

«Está bastante corroído en su exterior y tiene pequeños mejillones y otros animales marinos adheridos en la carcasa, pero la punta de la bomba está aún bastante brillante»», explicaban entonces a FARO desde el «Día de Reyes».

Esto la hacía «diferente de otras que estaban mucho más degradadas y nos hemos encontrado en ocasiones anteriores en la misma zona o más afuera –explicaban–, junto a trozos de cañones y otros objetos muy curiosos».

«No nos asustamos», confesaba Manuel Domínguez Míguez, que aquel día faenaba junto a su hermano, un cuñado, un sobrino y los dos tripulantes senegaleses.

Quizás porque en aquel momento no sabían que el proyectil seguía activo. Aunque al menos fueron prudentes y responsables, pues evitaron tocarlo más de la cuenta y decidieron trasladarlo a tierra firme en lugar de dejarlo allí tirado.

Una vez depositado en el puerto de O Grove, el artefacto fue inspeccionado en primera instancia por la Guardia Civil de la localidad y, a posteriori, por los artificieros, que fueron quienes concluyeron que el artefacto estaba activo y que, por tanto, podía explotar en cualquier momento.

Como se detalló en su momento en FARO, la Armada se hizo cargo del proyectil, desplazando efectivos desde Ferrol.

Fuente:farodevigo.es