Recuperados todos los cuerpos, la fiscalía siciliana podrá disponer de las autopsias de todas las víctimas para ahondar en la investigación
Rescatados los siete cuerpos del yate Bayesian que se hundió este pasado lunes, la atención de los investigadores se centra en los resultados de las autopsias que se van a realizar a los fallecidos y en las causas del naufragio. Sin dejar de lado el impacto del torbellino, que azotó el yate con vientos de 150 kilómetros por hora, va ganando terreno la hipótesis de que una cadena de errores humanos derivó en la tragedia. La misión principal de las autoridades ahora es examinar el barco y recuperar la caja negra de la que se espera extraer elementos decisivos.
Los errores humanos que habrían determinado este desastre marítimo van desde la quilla móvil parcialmente elevada, que podría haber tenido un papel decisivo en la menor estabilidad del casco, hasta unas puertas abiertas, que habrían dejado entrar una gran masa de agua en poco tiempo cuando el barco zozobró, favoreciendo el rápido hundimiento del velero con los motores apagados. Otra hipótesis indica el fallo del sistema que, en estos casos, debería sellar las escotillas y accesos al interior.
La fiscalía también está examinando los vídeos y fotografías tomadas, durante la tormenta, por algunos habitantes de la zona y por unas cámaras de vigilancia que apuntaron directamente al barco en el momento del hundimiento.
Los cadáveres del magnate británico de la tecnología Mike Lynch, conocido popularmente en Reino Unido como ‘el Bill Gates británico’; su hija Hanna Lynch, el presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, el abogado de Lynch, Chris Morvillo, junto a sus respectivas esposas y el chef Ricardo Thomas serán sometidos durante las próximas horas a una autopsia para poder averiguar más detalles sobre lo ocurrido.
Giovanni Costantino, fundador y consejero delegado de la constructora del Bayesian admitió en una entrevista al diario italiano Corriere della Sera que el yate era insumergible a menos «que entre agua. No hay otra explicación. El suceso de Palermo habría supuesto un riesgo cero si se hubieran realizado las maniobras correctas y no se hubieran producido situaciones que comprometieran la estabilidad del barco», declaró.
James Catfield, el capitán del yate naufragado en las costas de Sicilia, fue interrogado durante dos horas este pasado miércoles por los investigadores italianos que siguen trabajando para esclarecer lo ocurrido.
Los investigadores de la Fiscalía de Termini Imerese han anunciado que ofrecerán una conferencia de prensa este sábado para revelar las primeras conclusiones de su pesquisa penal, que se abrió inmediatamente después de la tragedia pese a que no se ha identificado públicamente a ningún sospechoso de manera formal.
Fuente:elmundo.es