Mes: agosto 2024 (Página 11 de 16)
Los agentes se incautaron de más de 300 kilos de sardinas
La Guardia Civil del Servicio Marítimo Provincial de Las Palmas detectó días pasados a un pesquero profesional dentro del puerto de La Luz, sin luces de navegación, que se hallaba calando redes de cerco en el muelle de la Vela Latina, en Las Palmas. Fue el servicio de control de cámaras del Puerto de la Luz el que alertó de la situación, por llevó a cabo un operativo.
Los agentes se desplazaron hasta el lugar, momento en el que llegaba el pesquero y, tras su atraque, pudieron observar cómo en el interior de dicha embarcación había más de 300 kilos de sardina fresca y que dos de los tres ocupantes no estaban enrolados para el ejercicio de la pesca profesional.
Fueron denunciados por la captura de estos especímenes en el interior de un espacio portuario, así como por incumplimiento de las normas de la Dirección General de la Marina Mercante en materia de enrole de tripulantes, el pescado quedó en depósito de la Cofradía de Pescadores de San Cristóbal, cuyo destino se encuentra a la espera de ser donado o destruido. Las capturas ascendían exactamente a 330 kg, y que se trataba de sardinas halachas.
Fuente:larazon.es
El presidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, Daniel Fernández, reaccionó a los dichos del práctico Raúl Villegas, quien afirmó -en conversación con PortalPortuario– que “tenemos problemas serios con las lanchas y los remolcadores”. Al respecto, el timonel de Camport sostuvo que las empresas están disponibles para incorporar equipamiento, pero que se requieren estudios que determinen cuáles son las embarcaciones que deben operar en los puertos del país y bajo qué condiciones.
Fernández, además, reconoció que se han reunido con el Cuerpo de Prácticos “para encontrar los puntos en común”, todo esto con la finalidad de garantizar la mayor disponibilidad posible de los distintos terminales del país, especialmente, el de San Antonio.
En ese sentido, Daniel Fernández manifestó que “se han hecho muchos estudios de maniobrabilidad en todos los puertos de Chile, muchos de ellos en San Antonio, por lo tanto, si tiene que haber una discusión, tiene que ser técnica sobre la base de estudios que se han hecho por parte de especialistas y muchos de ellos se han simulado en simuladores reconocidos mundialmente como es Wallingford, así que esos antecedentes existen. Los estudios de maniobrabilidad son los que plantean o definen las exigencias de equipamiento. Si un estudio de maniobrabilidad dice que para atracar una nave bajo una determinada condición de altura de ola, corriente, de viento, se requiere una cierta cantidad de remolcadores y de tales características de pontencia y otras, bueno, eso estará disponible en la medida que el estudio lo exija”.
“Lo que exija el estudio va a estar disponible en el mercado, porque habrá una demanda por esos equipos. Es difícil, hoy día, decir que no están los equipos si no existe un estudio de maniobrabilidad que especifique que esos son los equipos que se necesitan para esa maniobra. En el caso particular de San Antonio se han presentado muchos estudios y hay uno muy reciente presentado que está analizando la Directemar, la Empresa Portuaria San Antonio y los operadores de terminales y si se concluye que hay que utilizar determinados equipos, se tendrán que utilizar esos equipos. Lo importante es que las maniobras se puedan hacer y los equipos estarán disponibles, eso respecto a los remolcadores. Respecto a las lanchas, para que los prácticos puedan arribar a las naves y realizar las maniobras, también estarán disponibles si el estudio de maniobrabilidad específica una lancha determinada para cierta maniobra, esa lancha estará disponible, porque lo que le interesa a la naviera y al puerto es que el barco logre atracar”, añadió.
“Poner los equipos por delante del estudio no parece razonable. Es todo parte de lo mismo. El estudio de maniobrabilidad especifica condiciones para operar y los equipos, entonces Directemar, al aprobar los estudios o hacer las observaciones, tiene que decir: ‘con estos equipos se pueden hacer estas maniobras’. Obviamente que lo más caro que existe son las demoras por naves a la gira. Mucho más caro que proveer remolcadores y lanchas. Por eso, los equipos van estar cuando se especifiquen”, enfatizó.
“Las navieras y los puertos van a estar disponibles para usar esos equipos, los van a querer contratar y, por lo tanto, el operador de remolcador y lancha va a querer esos equipos, porque los va a poder arrendar o colocar para hacer esas operaciones, pero todo es parte integral. No se puede decir que faltan equipos cuando no se sabe para qué operación específica, bajo qué condiciones, según el estudio de maniobrabilidad”, recalcó.
Consultado si el país está atrasado en materia de estudios o de sus resultados, toda vez que la problemática de las marejadas anormales derivadas del cambio climático y su consecuente afectación a la disponibilidad de los muelles es parte del panorama costero hace varios años, Fernández expresó que “existen estudios entregados” y que se está en un proceso entre los terminales y Directemar para ajustar parámetros, por lo que rescató que lo importante es que se “está trabajando”.
“Hay dos cosas. Una que es de corto plazo que son cuáles son las operaciones y maniobras que se pueden hacer bajo qué condiciones climáticas y con qué equipos con cada tipo de buque o nave en cada sitio de cada terminal. La otra, dada la tendencia y si esto persiste, se va hacer necesario obras de abrigo adicionales, porque el objetivo razonable es que los puertos operaran el 95% del tiempo por dar una cifra y no el 80% ni el 75% y para lograr ese objetivo -por ahora- hay que mejorar las maniobras, los equipos que se usan, pero en un aliento más largo hay que ver que obras de abrigo se necesitan y eso es una tarea de los puertos junto con la Dirección de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas“, profundizó.
Daniel Fernández, por otro lado, valoró la incorporación de tecnología como ShoreTension, implementado por TPA en Arica, o MooreMaster, habilitado por DP World en San Antonio.
“Estas tecnologías operan muy bien y se están incentivando por su propio efecto. Habría que preguntarle a los capitanes de los buques y a los prácticos y, la verdad, la opinión es muy buena. Realmente, las mejoras son significativas y la minería también las usa en el norte de Chile, entonces en la medida que estas tecnologías se muestren útiles distintos puertos las van a ir incorporando, porque -de nuevo- esto mejora la eficiencia y no hay nada más caro que tener un buque a la gira o que se corte una espía, lo que no es caro, sino que riesgoso en términos de la seguridad”, concluyó.
Fuente:portalportuario.cl
(CNN Español) — La Armada de Ecuador mantiene este lunes la búsqueda y rescate de un número indeterminado de tripulantes de una embarcación que presuntamente explotó en las costas de la provincia de El Oro, informó la institución en un comunicado.
Según la información oficial, la mañana de este domingo personal de Guardacostas de Puerto Bolívar, ubicado a unos 180 kilómetros al sur de Guayaquil, recibió un llamado de emergencia que alertaba una explosión de un barco pesquero.
Agregó que la embarcación, de nombre Conchita IV, no está registrada en la lista autorizada de Gestión Portuaria y Marítima y zarpó sin permiso, por lo que se desconoce el número de tripulantes exacto que viajaba en ella.
La Armada agregó que investiga los sucesos junto a la Policía Nacional.
Fuente:cnnespanol.cnn.com
Muchas zonas de España se pelan por ver quién ofrece la mejor variedad de tapas
La calle Barrera en La Coruña ha conseguido destacarse gracias a la mezcla de bares tradicionales y ofertas innovadoras
La mejor zona para tomar tapas en Galicia, también es un punto clave si te gusta el vino
Los pinchos y las tapas son una parte indispensable de la gastronomía española. Las ciudades se pelean por colgarse la medalla sobre quién las sirve mejor, con el precio más barato y con el mejor ambiente. Ahora ya no hay dudas: la mejor calle para tomar una buena tapa está en La Coruña.
La prestigiosa revista Tapas Magazine ya eligió en 2022 la calle Barrera com0 la mejor zona para ir de tapas en Galicia. El reconocimiento lo consiguió gracias al esfuerzo de muchos negocios por mejorar el ambiente en la calle y atraer al máximo número de personas.
¿Por qué es la mejor calle de tapas de Galicia?
Los coruñeses tiene la calle Barrera como un punto de referencia para disfrutar de la buena comida. En algunos locales, la tapa es gratuita y en otros hay que pagar por ella, pero en todos se crea un ambiente diferente.
Situada entre la calle Bailén y la Estrecha de San Andrés cuenta con algunos de los bares más emblemáticos de la ciudad. Además, puedes disfrutar de los locales de esta zona independientemente de lo que te apetezca. En ella hay tanto bares tradicionales como propuestas más arriesgadas.
También hay varios locales de ocio nocturno, por lo que después de tu buena ración de tapas, podrás salir a tomar una copa sin ni siquiera salir de la calle. Una prueba de su variedad es que Barrera ya formaba parte de la ruta de los vinos de La Coruña.
La Coruña no se queda sin sus bares de tapas clásicos
Uno de los bares más míticos de la calle Barrera es El cocodrilo. Un local tradicional y que se ha hecho famoso gracias a sus tapas. Con unas cuantas puedes comer y a muy buen precio.
Sobre todo, es famoso por la tapa que da nombre al local. Su mítico cocodrilo (filete de ternera gallega con patatas), que durante años provocó colas para conseguir una mesa. Por desgracia, parecía que los coruñeses se iban a quedar sin esta joya gastronómica ya que cerraría las puertas.
Por suerte, en el verano de 2023 volvió a abrir con una nueva gerencia asesorada por los antiguos dueños. Esto les ha permitido reabrir las puertas sin que los clientes noten el cambio.
El Cocodrilo y otros bares tradicionales como el Tarabelo, con casi un siglo de experiencia, son los que han permitido, junto a locales más modernos como el Aloha Waikiki; convertir la calle Barrrera en la mejor de toda La Coruña para ir de tapas.
Fuente:okdiario.com
La Comisión de Coordinación y Seguimiento de las Actividades de los Buques Oceanográficos (COCSABO) es el órgano encargado de uno de los principales músculos de investigación de España: la flota oceanográfica. Se trata de nueve barcos que, bajo la bandera española, exploran los mares y océanos del mundo. Aunque cada uno está especializado en algo distinto y tiene su propia región de operación.
Quizás el más conocido de todos sea el Hespérides, un buque de la Armada Española con base en Cartagena. Su equipamiento le permite realizar trabajos de geología, geofísica marina, hidrografía, oceanografía física y química, biología marina y monitorización del océano con vehículos remolcados profundos y vehículos operados remotamente. Durante el año opera en el el Mediterráneo y los océanos Atlántico y Pacífico, pero en el verano austral su misión principal es otra.
Al tener un casco reforzado puede navegar por las zonas polares de la Antártica y el Ártico. Algo que le ha permitido participar en más de una veintena de campañas antárticas españolas, y en una campaña en el Ártico en 2007, desde su botadura en 1990. En resumen, el barco se encarga de dotar de apoyo a las bases españolas que hay en la Antártida. Joan Riba, jefe de la base Juan Carlos I, gestionada por el CSIC, ya explicó a este periódico que su misión es transportar todo el material científico y la comida (congelada y seca) que los habitantes de la base necesitarán.
El pasado 14 de mayo el Hespérides regresó de su última campaña antártica, en la que España invierte, de media, 10 millones de euros al año. En 2024 nuestro país desarrolló 30 proyectos de investigación en esa región, entre los que había un estudio de los cambios en el comportamiento de los pingüinos por el cambio climático, un análisis de las especies invasores de la zona y una exploración de cómo el calor geotérmico de los volcanes podría producir electricidad. El Hespérides desarrolló seis de estos proyectos de investigación en el entorno de las Isla Shetlands del Sur.
La flota del CSIC
La Unidad de Tecnología Marina (UTM) del CSIC es responsable de tresbuques oceanográficos. El primero es el Sarmiento de Gamboa, botado en 2006 y especializado en el estudio de la circulación oceánica global, la biodiversidad marina, los recursos pesqueros y el cambio climático. Dispone de equipamiento científico y técnico para desarrollar trabajos de geofísica, oceanografía, biología y geoquímica Marinas. Cuenta con tecnologías avanzadas en cuanto a sistemas de navegación (como el posicionamiento dinámico) y fue el primer buque oceanográfico español en el que se pudo trabajar con vehículos operados por control remoto de altas profundidades. Salvo en regiones polares, su área de operación es global. Su base está en Vigo.
El García del Cid lleva en funcionamiento desde 1979. Sus áreas principales de trabajo son el Mediterráneo Occidental, la zona ibérica del Atlántico y las Islas Canarias. Su equipamiento le permite realizar investigación marina oceanografía, geología y geofísica, así como en investigación pesquera experimental con artes bentónicos y pelágicos, o investigación de fitoplancton, zooplancton e ictioplancton. Está equipado con laboratorios húmedo y seco, pórtico en popa y chigres para trabajos en cubierta (20 m2), y tiene una buena capacidad de maniobra para el fondeo y recogida de boyas, correntímetros, trampas de sedimentos, etc. Tiene su base en Barcelona, aunque su mantenimiento se realiza en Vigo.
El último de los barcos del CSIC es el Mytilus, cuyo ámbito de investigación es costero. Está concebido para trabajos de biología marina, oceanografía física y geología marina, y está disponible para su utilización por universidades, centros públicos de investigaciones marinas y entidades privadas. Botado en 1997, su base está radicada en Vigo.
Los buques del IEO
El Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño se botaron en 2011 y 2012, respectivamente, y son dos buques prácticamente gemelos, que desarrollan su actividad en el ámbito nacional y en mares adyacentes. Están especialmente diseñados para la investigación oceanográfica y pesquera, incluyendo el estudio integrado de los ecosistemas, y cuentan con tecnología puntera para estudiar la geología marina, oceanografía física y química, biología marina, pesquerías y control medioambiental. El segundo, además, aporta a la flota oceanográfica nacional y europea un laboratorio flotante dotado con las últimas tecnologías.
«Ambos buques han sido la referencia y el modelo a seguir, al menos a escala europea, para la nueva generación de buques oceanográficos de tipo regional, lo que ha colocado a la industria naval española –y en concreto a los astilleros de Vigo– en una posición de vanguardia que les permite a día de hoy competir internacionalmente de forma ventajosa en este nicho de mercado», afirman desde el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el organismo encargado de estos barcos y de los tres siguientes.
El Francisco de Paula Navarro, construido en 1987, es un barco polivalente para pesca y oceanografía, utilizado habitualmente en campañas por toda la costa española y principalmente en el noroeste Atlántico, sur Atlántico y Mediterráneo. Tienen su puerto base en Palma de Mallorca, y dispone de un laboratorio de unos 15 m², con zonas seca y húmeda, con preinstalación para aparatos de medida, filtración, etc. y en cubierta mesa de triado.
El Lura se emplea en campañas de oceanografía y ecología costera, principalmente en aguas de Galicia, tiene su puerto en Vigo y cuenta con un «pequeño local que se puede utilizar como laboratorio, según el IEO. Del último buque, el José María Navaz, sorprende ver que apenas hay información oficial, aunque Diario Atlántico informó de que tiene también tiene su base en Vigo.
El décimo barco, en camino
Con todo, la joya de la corona está por llegar. Y es que el CSIC está ultimando la construcción del ‘Odón de Buen’, que será el buque más grande de toda la flota de investigación oceanográfica española. Tiene 85 metros de eslora y 18 de manga, y podrá estudiar los ecosistemas, hábitats y fondos marinos en todos los océanos del mundo (incluidas las zonas polares) en profundidades superiores a los 6.000 metros. Tendrá capacidad para albergar a 58 pasajeros, y su autonomía será de unos 50 días de navegación. Además, está diseñado para ser especialmente silencioso, y cuenta con los sistemas más avanzados para respetar el medio ambiente y un equipamiento científico de vanguardia, con ecosondas, vehículos no tripulados, sistemas de muestreo, dragas y 500 m2 de laboratorio.
«Se trata de un barco multipropósito y de ámbito global, que será el buque insignia de la flota científica española», a aseguraron desde el CSIC en 2022, cuando pudieron en marcha el proyecto, que cuenta con una inversión aproximada de 85 millones de euros. Precisamente esta semana el medio especializado Puente de Mando informaba de que la entrega oficial y el bautizo del barco están previstos para el próximo 4 de octubre en el puerto de Cádiz, aunque lleva a flote desde julio de 2023.
Fuente:elindependiente.com
Que poca educación y falta de respeto…de la hostelera claro.
No dudo que hubiera sucedido, pero, la hostelería es un desastre.
En Vigo, calle Cesteros, los camareros te echan de las mesas para que las ocupen los «denostados» madrilenos.
Tontos, seguro que los hay en la Meseta, pero, en Galicia, abundan sobran, sobre todo ejemplares como está «distinguida» mesonera.
Los responsables del bar Puerto Martina aseguran que cerrarán del 12 al 19 de agosto para evitar la gran cantidad de turistas durante el puente del día 15. «Si cae una bomba en Mera quedan sin tontos en la Meseta», han comentado enfadados en redes sociales. «Todos estamos deseando que se acabe agosto para volver a la normalidad», confiesa la responsable.
Cerrar en agosto para dejar de hacer el agosto. Ningún bar de un pueblo con mar y una playa tan bonita como la de Mera, en Oleiros (A Coruña), se atrevería a hacerlo. Pero los responsables de Puerto Marina harán una pausa desde hoy y hasta el día 19 por una cuestión de desgaste físico y mental.
El objetivo es evitar la marabunta de turistas que se espera para el puente del 15 de agosto y adelantar el descanso del personal, previsto inicialmente para septiembre. María, responsable de este bar que abre todo el año, ha explicado a Quincemil por qué este turismo que están recibiendo «no nos enriquece, nos empobrece».
l duro mensaje en redes sociales publicado el pasado 8 de agosto, en el que aseguraban que «si cae una bomba en Mera quedan sin tontos en la Meseta», tiene como explicación que el gran número de turistas que recibe Mera no se traduce en un aumento de ingresos para los bares, sino en lo contrario: clientes a menudo problemáticos, tacaños, tramposos y altivos, con pocas excepciones. La mayoría vienen de Madrid debido a la larga tradición de veraneo en este pueblo de Oleiros, que se remonta a más de medio siglo. Sin embargo, y tal y como explica María, las cosas han cambiado. Los hijos y nietos de aquellos veraneantes de los años 80 y 90 cuentan con un poder adquisitivo muy inferior al de antaño.
Los problemas del «turismo de desgaste»
En los últimos años el turismo en Galicia ha aumentado considerablemente y la población ha inventado una palabra cómica para referirse a los turistas que buscan sol, playa y la deliciosa gastronomía gallega: «fodechinchos». Este término originario de las Rías Baixas se ha puesto de moda rápidamente para denunciar la masificación de playas y lugares de veraneo, casi siempre en detrimento de los vecinos. Cuando se inventó esta palabra, hacía referencia a que los turistas se piden (foden, «joden») todos los jureles (llamados chinchos en las Rías Baixas) de los restaurantes, sin dejar ninguno para los clientes locales.
Pero el problema de Puerto Marina no tiene que ver con agotar los jureles, sino precisamente con no hacerlo. Los turistas que se sientan en la terraza de este bar, situado en el medio del pueblo, tienen muchas exigencias y poco poder adquisitivo, o al menos pocas ganas de usarlo. Las mesas que ocupan suponen muy poco económicamente, y suelen venir acompañadas de «altivez, exigencias, peticiones que no son normales, mala educación y de vez en cuando un insulto xenófobo al personal que no es español», según cuenta María. La responsable del bar define como «turismo de desgaste» la situación que están viviendo en Mera.
«Económicamente nos aporta poco, pero físicamente nos desgasta», confiesa María, que comienza a contar anécdotas para no dar crédito. La gente «se sienta en la terraza y exige un pincho», «consumen poco y se sientan muchos» y por la noche suele haber problemas con los más jóvenes, según relata María. Los menores de edad «se niegan a enseñar el DNI, unos prometen no beber pero otros piden dos copas en lugar de una y las comparten, o por falta de dinero piden dos copas con cuatro vasos, entre otras cosas». En alguna ocasión han acabado echando del bar a algún grupo de jóvenes.
Con algunas familias con niños, se han dado casos, según María, que vienen diez personas, cinco son niños, y «piden cinco vasos de agua o incluso una jarra de agua y cinco vasos (gratis)». Son habituales las situaciones en las que «se sientan seis personas en una mesa de la terraza y solo consumen dos o tres», o que para comer «se pide una ración para cada cuatro personas». Por eso, pese a la gran afluencia de gente, económicamente no tiene sentido para María y su marido, y «es un turismo que nos desgasta mucho», por las maneras de los visitantes.
«No es así todo el mundo, hay excepciones», apunta María, asegurando que tienen clientes de fuera que son encantadores, pero que muchos son altivos y vienen con exigencias: «La mayoría se sientan en la terraza y antes de pedirte una consumición te preguntan si pones pincho gratuito. ¿Y qué tienes de pincho? Depende de lo que tengas de pincho, me voy. Tendrás otra cosa, ¿no?», resume.
«Las cosas no son como hace 40 años»
Los turistas de Madrid suelen ser muy buenos clientes de los restaurantes y bares gallegos, pero en Mera entra en juego el factor tradición. Esta localidad de Oleiros ha sido pueblo de veraneo de madrileños durante muchas décadas, del mismo modo que Cabanas, cerca de Ferrol.
La diferencia ahora es que «las cosas no son como hace 40 años, cuando había esa cultura de la capital y el galleguiño», cuenta María. Antes, los turistas madrileños que llegaban a Mera contaban con un poder adquisitivo muy superior al de los habitantes locales, pero ahora las cosas han cambiado. No solo es que Galicia y A Coruña hayan progresado económicamente, sino que los abuelos y padres que venían antes eran gente con recursos, y muchos de sus hijos y nietos que continúan la tradición familiar tienen menos posibilidades económicas que sus predecesores en los años 80 y 90.
Sin embargo, continúan con la tradición de veranear en Mera, pero ya no con casa propia, sino «metiéndose muchos en un piso, a veces antiguo». «Antes eran ricos, y ahora no lo son», explica María. Ahora «tratan de regatear los precios de las copas», e incluso de negociar un precio más bajo si van todo el mes al mismo bar, a modo de descuento por volumen o fidelidad.
Que se acabe agosto para «volver a la normalidad»
La situación es común a todos los bares de Mera, pero Puerto Marina es el único que cerrará hasta el día 20. «Todos estamos deseando que se acabe agosto para volver a la normalidad», explica María, que comenta que «el verano lo hacemos con nuestra gente», refiriéndose a lo buenos consumidores que son los clientes del pueblo. «Los que nos sacan adelante son los clientes de todo el año, clientes fieles y agradecidos del día a día, los del pueblo. No estas personas que vienen en verano, que no nos aportan absolutamente nada», dice María.
«Se sientan seis en la terraza y cuatro no quieren nada. Este turismo no nos enriquece. Nos empobrece», concluye la dueña de Puerto Marina.
Fuente:elespañol.com