Lucha contra la contaminación marítima
El quitamanchas
Aviones espía de Salvamento Marítimo barren las aguas españolas en busca de vertidos ilegales
Los ‘sentinazos’, vaciados nocturnos del aceite acumulado en las salas de máquinas de los barcos, ya no quedan impunes
Domingo, 17 de abril del 2011
ÒSCAR HERNÁNDEZ / Barcelona
Simulacro de vertido de combustibles contaminantes en aguas de Barcelona.
O. HERNÁNDEZ / M. TUDELA
Mar y océano se utilizan a menudo como sinónimo de grandeza, de espacio inabarcable.
En tanta inmensidad una mancha debería pasar desapercibida. Pero ahora ya no. Salvamento Marítimo ha desplegado tres aviones que rastrean la superficie del mar de día y de noche para buscar, localizar e identificar cualquier vertido ilegal que se produzca, entre los que destacan la limpieza de sentinas.
Unos 25 vertidos localizados cada mes en aguas españolas, la mitad de ellos de hidrocarburos, demuestran el mal uso que algunos hacen del agua de mar y justifica la vigilancia aérea recientemente desplegada por las autoridades marítimas.
«La limpieza de sentinas o sentinazos consiste en el vertido que realizan los barcos del aceite y los residuos acumulados en el fonde de la sala de máquinas. En lugar de vaciar el residuo en el puerto, algunos lo echan al mar», explica Iñaki Barrutiabengoa, capitán del buque de Salvamento Marítimo Clara Campoamor, con base en Barcelona y dotado para el análisis y neutralización de los vertidos en mar abierto.
Tecnología espía
Barrutiabengoa zarpa con su veintena de hombres cada vez que su compañero en el aire, el Sasemar 101, un avión Casa 235-300 dotado con tecnología de avión espía, dispara las alarmas.
«Solo España y Alemania dispone de esta tecnología pare descubrir los vertidos en el mar», afirma orgulloso Ernesto Morales, jefe de prevención de Salvamento Marítimo, en la presentación realizada en Barcelona tras un año de pruebas de los complejos sistemas.
El avión quitamanchas incorpora varios equipos de análisis que permiten no solo detectar el vertido, sino también calcular el grueso y su naturaleza.
De día y de noche
Entre los sistemas del avión destacan un radar de búsqueda de alta resolución, que permite la localización de las manchas hasta con gran oleaje; un sensor infrarrojo con cámara, que se esconde en una torreta en la panza del avión; un radar de rastreo lateral, que cubre grandes superficies, y varios escáneres de ultravioletas y microondas.
Para manejar estos equipos, además de los tres tripulantes, en el avión viajan dos técnicos que no apartan la mirada de sus monitores durante el vuelo de rastreo, que puede durar hasta nueve horas con una autonomía de vuelo 3.700 kilómetros.
«Este avión opera de noche y de día y es precisamente de noche cuando más barcos aprovechan para limpiar sus sentinas o realizar otros vertidos porque piensan que no les localizarán, pero ahora esto ha cambiado», indica Esther González Saavedra, directora de Salvamento Marítimo.
Entre ellos estaría el mercante Schankenborg, acusado de verter una gran mancha hace un par de semanas a 20 millas del puerto de Tarragona. Aquella acción le puede suponer a su armador una sanción de 390.000 euros.
«En el importe se incluyen desde los gastos de limpieza hasta los generados por el vuelo del avión y el barco que acude a limpiar la mancha», añade González. En este caso la mancha en el agua fue descubierta por el Sasemar 101 durante un vuelo nocturno rutinario de vigilancia.
Mensaje desde el avión
«Aquí Sasemar 101, el avión de vigilancia de la autoridad marítima española», es el mensaje que le dirige la tripulación aérea a la del barco infractor en cuanto detecta la mancha. Después, pregunta al operador de radio del buque si ha causado el vertido.
«Todos lo niegan. Pero el avión graba la conversación, toma imágenes del vertido y de la embarcación y realiza los cálculos necesarios para pasárselos al barco de Salvamento Marítimo que debe acudir a la mancha, en este caso el Clara Campoamor», explica Jaime Zaragoza, jefe de Salvamento Marítimo en Barcelona.
Efecto disuasorio
«Toda la información recogida se adjunta al expediente sancionador que, como en el caso de Tarragona, puede llegar hasta el fiscal de Medio Ambiente por presunto delito ecológico», aclara Esther González, cuyo servicio depende del Ministerio de Fomento.
La responsable añade que han descendido los vertidos ilegales o sentinazos desde que ha corrido la voz entre los capitanes que navegan en aguas españolas de que los aviones de Salvamento Marítimo rastrean de día y de noche el mar a razón de 9.000 kilómetros cuadrados en una hora. Y es que los quitamanchas aéreos disuaden ya tanto como los radares en las carreteras