Mes: abril 2024 (Página 4 de 10)

Oficiales de radio.

Para los radioelectrónicos de la Marina Mercante española el empeño de unos pocos no es sino una pelea estéril que ni siquiera encuentra en el gran colectivo de marinos mercantes el apoyo necesario. De contar con ese apoyo y, específicamente el del Colegio Profesional que los agrupa (el COMME), dan como seguro que España no perdería, como ha perdido, la posibillidad de mantener en los buques una figura que se considera imprescindible a día de hoy, aún después de haberse eliminado el morse como medio de comunicación.

Las nuevas vías comunicacionales, el aporte de tecnologías electrónicas para los que ellos están especialmente preparados, reclama la presencia de un técnico de sus características en la cadena de mando de un buque, algo que los hispanoamericanos tienen muy claro.

Así se evidencia, por ejemplo, en la Asociación de Oficiales en Comunicación y Estaciones Terrenas, AC, con sede en Oaxaca (México), que hoy presentarán al estado federal su propuesta de constitución de la estructura del Centro de Coordinación de Rescate en el Pacífico Sur oaxaqueño, algo en lo que los oficiales radioelectrónicos de la Marina Mercante española no tuvieron ni la más mínima consulta si no fue consecuencia de la convocatoria de plazas para integrarse en las torres de control o de salvamento.

Los técnicos de la marina mercante mejicana quieren que, con su contribución, se defina el perfil a bordo y en los centros de control marítimo del oficial radio, que se debata la aplicación de la normativa competencia de la autoridad marítima y acogerse a derechos en materias como la supervisión, legislación, asignación de los MMSI, registro de radiobalizas, los sistemas MARS, NAVTEX, LRTI, cursos de GMDSS en el marco del sistema MSSMS, etc., algo que los españoles ni siquiera han podido objetivar porque las propuestas en este sentido por parte del Ministerio de Fomento (antes Transportes) nunca han existido.

De cualquier manera, y desaparecida ya la organización ROIA, de corta vida y que tuvo en Galicia a su único secretario general, el trabajo que mejicanos, peruanos y chilenos llevan a cabo induce a los oficiales radioelectrónicos (disciplina que se sigue impartiendo en algunos centros superiores de la Marina Civil de España) españoles a prestar mucha atención a los pasos que se dan para retomar aquí viejos planteamientos que abran nuevos caminos a quienes cursan la carrera en las escuelas de universidades como la de A Coruña.

Fuente: laopinioncoruna.es

Soy telefónico.

21 de abril de 2024

Pepe Fernández.-

La gran empresa española líder mundial de las telecomunicaciones, presente en más de 12 países, acaba de cumplir 100 años y su lozanía después de un siglo solo ha sido posible gracias a su pujanza y robustez empresarial, pero principalmente a los miles de trabajadores que han formado parte de ella en esta última centuria y estamos orgullosos de haber sido uno más durante 20 años, desde 1985 hasta que llegó la (pre) jubilación en 2006.

Nunca subí a un poste a empalmar un par de cobre, no entré en ningún hogar para poner un teléfono o arreglar alguna avería, ni tan siquiera desde una oficina realicé trabajos ofimáticos. Menos aún tiré cables submarinos nacionales e internacionales trasatlántico y no hice nada de eso porque algunos cientos de compañeros en toda la geografía española, principalmente litoral, además de Madrid, tuvimos la enorme satisfacción de velar por la seguridad de todos los hombres de la mar en todos los mares del mundo.

El Servicio Marítimo de Telefónica gestionaba todas las Estaciones Costeras de España en sus frecuencias de VHF, OM, Onda Corta, radiotelex y SMSSM (Sistema mundial de socorro y seguridad marítima)

No había barco español o extranjero que desde cualquier ubicación del Mundo no pudiera contactar con alguna de las múltiples estaciones costeras españolas en onda corta, tanto en radiotelefonía como en radiotelegrafía. Para eso, la plantilla del Servicio Marítimo de Telefónica compuesta por oficiales radioelectrónicos de la marina mercante, formados en las distintas escuelas náuticas de nuestro país y posteriormente en las Facultades de ciencias del mar, velaban por la seguridad de todos.

Si bien en la mayor parte del tiempo se ejecutaban conferencias barco tierra o tierra barco, así como la recepción de telegramas vía morse en las estaciones de OC (Onda corta) y OM (Onda media) o comunicaciones de radiotelex, el principal objetivo de la jornada de trabajo H24/365 días del año era la observancia y escucha de los canales de socorro, canal 16 VHF, 2182 khz en fonía OM y los 500 Khz OM grafía. En los últimos años, y ya desde el 30 de abril de 1999 que finaliza la escucha obligatoria en los canales de radiotelegrafía en toda España, las otrora salvadoras transmisiones de morse son sustituidas por sistemas satelitarios automatizados, el anteriormente mencionado SMSSM, que garantizaran a los barcos ese cordón umbilical que les une a tierra o a otros barcos para salvar sus vidas en caso de peligro. En España desaparece el morse comercial de todas las estaciones costeras pero desde entonces sobrevive en los miles de radioaficionados del Mundo entero en el espectro de frecuencias destinadas para tal fin por la UIT (Unión internacional de comunicaciones).

Quizás esto no sea ya del interés de la mayoría de las personas que pudieran leer esto, pero quiero homenajear a todos los compañeros que han sido de Telefónica, incluidos todos los marinos mercantes radioelectrónicos y radiotelegrafistas que un día, después de años de experiencia embarcados, opositamos para formar parte de esa gran familia de la teleco española.

Fuimos nosotros, ese desconocido reducto de Telefónica para la mayoría de españoles, el Servicio Marítimo de Telefónica, los que enlazábamos a familias con nuestros manipuladores manuales, semiautomáticos o electrónicos, transmitimos con puntos y rayas bodas, bautizos, cumpleaños, luctuosas noticias, relación de la pesca de un barco pesquero en Namibia o Malvinas, pedidos para provisionistas, felicitaciones navideñas, onomásticas y un largo etc. e igualmente cuando esa comunicación se hacía por radiotelefonía o radiotelex. Pero sin duda todos nos sentimos felicísimos porque más de una vez pudimos recibir un SOS (Socorro en radiotelegrafía), un MAYDAY (Socorro en radiotelefonía) o llamada de auxilio vía satélite por el SMSSM, de un barco en peligro para copiar sus coordenadas y transmitirlas a los distintos centros de Salvamento marítimo de la Marina Mercante o en alta mar, donde la ayuda de tierra era casi imposible, y coordinar desde las estaciones costeras a los barcos en la zona para que acudieran en su ayuda.

También sufrimos la desesperación de escuchar llamadas de socorro de hombres en sus últimos minutos de vida mientras sus barcos se hundían, irremediablemente, sin poder recibir la ayuda de tierra o barco cercano. Eso nos acompañara para siempre.

Por eso, enviar a un niño un telegrama de cumpleaños de su padre desde el estrecho de Madagascar o poner una conferencia telefónica a un barco navegando por el Caribe para que el marino de turno hable con su esposa, justifica tu jornada de trabajo, pero salvar una vida, salvar a una tripulación, eso no tiene precio. Lo hicimos, lo vivimos, lo recordaremos siempre porque estuvimos allí embarcados o en tierra y todo fue posible, en ambos casos, gracias al esfuerzo de todos, de una nación que creó una compañía para unirnos con un par de cobre, con la Rotary, con antenas y morse o con la fibra óptica, y hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar, incluidos todos los mares y océanos del Mundo. Larga vida a Telefónica.

Naufragio Vilaboa Uno.El segundo patrón fue localizado gracias «a una luz»

«… Otro de los aspectos con el que no están de acuerdo las cofradías y los marineros es con la obligación de llevar ahora en el barco dos tipos de chaleco.

Por un lado el de abandono, que antes ya era obligatorio y que se ponía la tripulación en caso de hundimiento; y por otro el de trabajo, de inflado automático, que tiene que llevar ahora siempre puesto.»

Abandono : Radio Baliza Personal.

Trabajo : luz homologada Solas.

Es evidente que el Segundo Patrón del Vilaboa Uno fue rescatado con el chaleco de trabajo.

Fomento obliga a los marineros a incorporar balsas salvavidas con comida y dos chalecos.

Adaptar los barcos a la nueva normativa les supone una inversión de unos 5.000 euros.

Las cofradías de pescadores de la comarca están empezando a aplicar la nueva normativa que aprobó el Ministerio de Fomento de seguridad y prevención para buques pesqueros de menos de 24 metros de eslora. El real decreto se aprobó en abril de 2007 aunque empieza a aplicarse ahora cuando van caducando los antiguos certificados de seguridad. Y se está aplicando con mucho malestar en el sector porque entiende que la normativa se hizo desde un despacho en Madrid para todo el litoral de España por igual y con unas «normas desproporcionadas y que no son acordes con la realidad». Las cofradías, a iniciativa de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia, están recogiendo firmas para pedir una moratoria en el pago de los equipos de dispositivos de salvamento y seguridad por no estar conformes con la normativa y piden una mesa conjunta de trabajo. La adaptación a la nueva normativa implica un gasto medio por embarcación de unos 5.000 euros, en un momento en, uno de ellos menor de edad, el que el sector también sufre las consecuencias de la crisis económica.

Tanto las cofradías como los propios marineros no están en contra de que haya medidas de seguridad, pero sí de cómo se ha redactado esta última, de forma unilateral y sin consultar, «sin tener en cuenta la experiencia del sector ni las características singulares de la flota pesquera gallega y aplicando medidas que no son eficaces», según señala el gerente de la Cofradía de Cangas, Pablo Villar. Así, entre esas medidas que exige el decreto está que los barcos de pesca local (faenan a menos de 10 millas de la costa) dispongan de balsas salvavidas que cumplan el standar ISO 9650, que deben incorporar, entre otros, equipo de supervivencia con raciones de comida, «con el gasto de mantenimiento que esto conlleva y que no es eficaz porque los accidentes en este tipo de embarcaciones son próximos al litoral». Además, la normativa, según critica el sector, prohibe llevar las balsas salvavidas en el techo del puente del barco o de una caseta y están homologadas con un sistema de zafa (apertura automática) cuando un barco que se hunde llega a los 2 o 3 metros de profundidad. En este caso también asegura el sector que la medida es ineficaz «porque en esta costa la mayoría de los barcos que sufren un naufragio no se hunden sino que dan la vuelta y quedan con el puente hacia abajo y en ese caso la balsa no zafa».

Con la anterior normativa las embarcaciones menores de 10 metros no estaban obligadas a llevar balsa salvavidas. Ahora están obligadas todas a partir de los 7,5 metros de eslora que no faenen en aguas interiores de la ría, según explican en la Cofradía de Cangas. El motivo de adoptar como referencia los 7,5 metros de eslora, es según comunicó Capitanía, porque a partir de ahora toda embarcación nueva inferior a esos metros debe ser insumergible». Respecto a las balsas, también critican que el ministerio haya homologado una «que no se adecua a las esloras de estos barcos».

Otro de los aspectos con el que no están de acuerdo las cofradías y los marineros es con la obligación de llevar ahora en el barco dos tipos de chaleco. Por un lado el de abandono, que antes ya era obligatorio y que se ponía la tripulación en caso de hundimiento; y por otro el de trabajo, de inflado automático, que tiene que llevar ahora siempre puesto. Este último chaleco supone, según el sector, un peligro para trabajar porque incluye un arnés que se puede enganchar con el aparejo «y te vas al mar. No están adaptados a las artes de aquí». En cuanto a esta exigencia, el sector también se queja de la confusión que genera llevar dos chalecos porque ya las compañías aseguradoras empiezan a poner en duda su obligación de cubrir un accidente si la tripulación hubiera abandonado la embarcación sólo con un chaleco. La aplicación de la normativa está creando mucha confusión en todo el sector de bajura, que además no resuelven las capitanías marítimas «porque los textos son muy ambiguos».

Las quejas del sector también se extienden a los nuevos equipos radioeléctricos. Para los barcos mayores de 10 metros es obligatorio incorporar un VHF fijo con LSD (llamada digital), desde enero de 2009;radiobaliza de activación automática y manual y radiobaliza personal y alarma en el chaleco autoinflable. Las embarcaciones menores de 10 metros con puente el VHF con LSD, chaleco autoinflable para cada tripulante.

Según la Cofradía de Cangas los nuevos equipos con GPS exigen una batería adicional o seca, que supone un coste de unos 1.500 euros, «pero no se adaptan a la estructura del barco».

Numerosos marineros pasan estas semanas por los pósitos para informarse de las condiciones de salvamento que deben reunir sus barcos. En Cangas, un patrón de un barco de 23 metros de eslora que se dedica a la anchoa, preguntaba qué balsas debía llevar. En su caso tiene que duplicar las balsas para cubrir el 200% de la tripulación.

La mayoría de los pesqueros con base en Cangas -entre 50 y 60- es flota artesanal, con esloras de 7 y 10 metros. Juan Gabriel Bermúdez es armador del «Taberneiro», un barco de 9,5 metros que se dedica al boliche, nasas… En su caso ha tenido que adquirir una balsa salvavidas para 4 personas, VHF con batería seca y chalecos de trabajo y abandono: «Trabajar con este chaleco es muy incómodo. Con lluvia es como un chaquetón».

Fuente: farodevigo.es

Reglamento de Radiocomunicaciones de España/2006.

En las cercanías del Villa de Pitanxo, había 8 pesqueros perfectamente identificados según report de EMSA/Lisboa.

La Ciaim en su Informe Preliminar, dejó muy claro que ninguno de ellos tenía las escuchas de Socorro abiertas lo que supuso una ralentización en la recogida de náufragos.

El pesquero Playa de Menduiña Dos, fue alertado por el CNCS de Madrid vía satélite.

Su respuesta sufrió un retraso de 15/20 minutos más una hora y quince en halar el copo.

Una vez recogido el copo, puso rumbo a las posibles balsas y náufragos.

Cómo se puede comprobar en este art.27 del RR de España, resultaba imposible «no recibir» el Distress Alert/LSD del Villa de Pitanxo o bien el Mayday Relay del CCR de La Coruña/Radio Costera.

Se han manejado registros erróneos desde Sasemar que crearon una gran confusión desde los primeros momentos.

En cualquier caso.

La Xunta promovió un reconocimiento publico a la tripulación del Playa de Menduiña Dos por su «heroicidad» en la recogida de náufragos cuando la auténtica realidad demuestra que junto a los otros ocho pesqueros denegaron el auxilio por no responder al Distress Call del Villa de Pitanxo.

Llama poderosamente la atención que los tripulantes del Playa de Menduiña Dos y del pesquero portugués Virxe da Barca aseguraran que el Patrón del Villa de Pitanxo no activo señal de Socorro alguna cuando eso es rigurosamente falso.

Justificación

En el puente de gobierno deberán proveerse medios auditivos y visuales que permitan tener conocimiento inmediato de las alertas de socorro recibidas a través de todos los sistemas de radiocomunicaciones que el buque esté obligado a llevar, así como que permitan determinar a través de cual o cuales medios están siendo recibidas dichas alertas

RR de España

Artículo 27. Instalaciones radioeléctricas, equipos y antenas.

1.

Por regla general los equipos radioeléctricos deben ubicarse en el puente de gobierno, bien en el propio puente o en una sala de radio adyacente al mismo, con la consola situada de tal manera que el operador encargado de su manejo pueda tener una visión general de la navegación cuando se encuentre utilizando cualquiera de estos equipos. Si alguno de los equipos de radiocomunicaciones se encuentra situado en una sala adyacente al puente, no deberá existir ninguna puerta entre ésta y el puente de gobierno, y habrá de ser posible recibir de manera satisfactoria y desde cualquier punto del puente, cualquier alarma que se produzca en los receptores que el buque está obligado a llevar.

No obstante y cuando existan problemas de espacio, ciertos equipos, a criterio de la Administración marítima, podrán ir situados en otros lugares, tales como el cuarto de derrota u otro lugar cercano al puente de gobierno. En este caso el control de todos los canales para la emisión y recepción de las alertas de socorro se podrá ejercer de modo inmediato desde el puente de navegación.

En el puente de gobierno deberán proveerse medios auditivos y visuales que permitan tener conocimiento inmediato de las alertas de socorro recibidas a través de todos los sistemas de radiocomunicaciones que el buque esté obligado a llevar, así como que permitan determinar a través de cual o cuales medios están siendo recibidas dichas alertas.

Todos los equipos radioeléctricos obligatorios deberán estar convenientemente iluminados mediante una luz de emergencia, la cual deberá iluminar adecuadamente los mandos de control de manera que el equipo pueda utilizarse con seguridad, así como la mesa de trabajo de la instalación radioeléctrica, de manera que sea posible leer y escribir sobre ella. Para los equipos situados en una sala específica de radio se podrá utilizar el alumbrado de techo. Sin embargo, para aquellos equipos que se encuentren situados al descubierto en la parte delantera del puente de gobierno se utilizarán luces apantalladas concentradas sobre cada equipo. En cualquier caso se proveerán medios para evitar los efectos perjudiciales de las luces cuando la consola de radio o cualquiera de los equipos están siendo utilizados durante la noche. Las luces de emergencia deberán tener su propio circuito con fusible y cada uno de los circuitos deberá ir protegido con fusibles, los cuales deberán conectarse antes de los fusibles principales al objeto de evitar que, si se funden, interrumpan la iluminación de emergencia.

Los interruptores de las luces de emergencia deberán estar conveniente identificados y señalizados.

Los equipos obligatorios de VHF se encontrarán siempre ubicados en la parte frontal del puente de gobierno. En los buques dotados de puente integrado, los mandos de todos los equipos de radiocomunicaciones se instalarán en una estación de trabajo situada en una posición central del lugar desde donde controle la navegación. Los equipos de transmisión y recepción podrán situarse fuera del puente de navegación.

Son náufragos.

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Este Grupo, hace público su incondicional apoyo a los profesionales de Sasemar ante el desprecio mostrado por el Gobierno, en su llamada a la optimización y potenciación de recursos tecnicos y humanos para la recuperación de náufragos en las aguas afectadas por la navegación de cayucos y pateras.

De igual forma – recuerda – que, mediante Acuerdo del Consejo de Ministros, de 3 de agosto de 2018, se dispuso la creación de una Autoridad de coordinación de las actuaciones operativas relacionadas con la inmigración irregular en la zona del estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y aguas adyacentes, para coordinar todas las actuaciones desarrolladas por la Administración General del Estado para hacer frente a la creciente presión migratoria en esa zona, con el fin de mejorar la eficacia en la utilización de los recursos humanos y de los medios materiales disponibles en los ámbitos terrestre, marítimo y aéreo.

En el citado Acuerdo también se creó un Centro de Coordinación, dirigido por la aludida Autoridad, del cual forman parte representantes de los principales Departamentos y organismos afectados; Fuerzas Armadas; FRONTEX; Centro Nacional de Inteligencia; Guardia Civil; Policía Nacional; Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera; Capitanías Marítimas; SASEMAR; y Cruz Roja.

El citado Acuerdo «detecto» la necesidad de incorporar al citado órgano a un representante de la Secretaría de Estado de Migraciones del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, dada la evidente conexión de las funciones encomendadas al citado órgano superior con las del Centro de Coordinación.

Así pues, de modificó puntualmente el Acuerdo de Consejo de Ministros, de 3 de agosto de 2018, para adaptar la composición del Centro de Coordinación e incorporar a un representante de la aludida Secretaria de Estado de Migraciones.

También se estimó pertinente incluir una representación de las Delegaciones del Gobierno en Andalucía, en Ceuta y en Melilla.

De acuerdo con ello, el Consejo de Ministros, al amparo del artículo 5.1 j) de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, en su reunión de 14 de diciembre de 2018, ha adoptado el siguiente acuerdo:

Primero. Modificación del Acuerdo del Consejo de Ministros, de 3 de agosto de 2018, por el que se dispone la creación de la Autoridad de coordinación de las actuaciones para hacer frente a la inmigración irregular en la zona del estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y aguas adyacentes y se establecen normas para su actuación.
Se modifica el punto 3 del apartado tercero del Acuerdo del Consejo de Ministros, de 3 de agosto de 2018, por el que se dispone la creación de la Autoridad de coordinación de las actuaciones para hacer frente a la inmigración irregular en la zona del estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y aguas adyacentes y se establecen normas para su actuación, que pasa a tener la siguiente redacción:

«3. En el Centro de Coordinación se integrarán representantes de las Fuerzas Armadas, FRONTEX, Centro Nacional de Inteligencia, Guardia Civil, Policía Nacional, Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, Secretaría de Estado de Migraciones, Capitanías Marítimas, Delegaciones del Gobierno en Andalucía, en Ceuta y en Melilla, SASEMAR y Cruz Roja, debiendo aportar cada uno de estos organismos al Centro de Coordinación los recursos humanos y medios materiales, en particular informáticos y de comunicaciones, que aseguren en todo momento el enlace de este Centro con los órganos, organismos, instituciones y demás entidades a que representan. Asimismo, se actuará en cooperación con el Centro de Emergencias de la Comunidad Autónoma».

Dada la -inequivoca- identificación de responsables sujetos a este Acuerdo y considerando a los migrantes en riesgo de perder la vida en la mar como «naufragos- .

Este Grupo exige sin demora una respuesta inequívoca de la Autoridad de Coordinación y del representante de la Secretaría de Estado de Migraciones del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, dada la evidente conexión de las funciones encomendadas al citado órgano superior con las del Centro de Coordinación, en lo que respecta a la entrada en aguas de responsabilidad morroquies con respuesta o sin respuesta de Marruecos.

Recordando, además, que en el BOE núm. 253, de 22 de octubre de 1999, se contempla el
ACUERDO DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE LUCHA CONTRA LA CONTAMINACIÓN Y SALVAMENTO MARÍTIMO ENTRE EL REINO DE ESPAÑA Y EL REINO DE MARRUECOS.
Y, en su Artículo 4, queda meridianamente claro que…
Cada Parte tomará las medidas necesarias para facilitar, en caso de siniestro marítimo, el acceso rápido a su territorio de los medios de intervención de la otra Parte, con el único objetivo de establecer la posición del siniestro, rescatar, en su caso, a los supervivientes.

Los criterios relativos a las condiciones de admisión serán fijados de común acuerdo entre las dos Partes.

Visto lo cual, nuestro Grupo, reclama plenas competencias para la intervención de Sasemar en la recuperación de náufragos «responda o no responda» Marruecos.

El Sistema Nacional de Respuesta de Fomento y distintos Convenios Internacionales avalan está petición y la tutela y recogida de náufragos.

Basta ya de denegaciones de auxilio a migrantes naufragados.

He sido investigado durante siete años por cumplir con mi deber: salvar vidas en el mar.

  • A lo largo de estos últimos siete años, todos los implicados en el caso hemos soportado el peso de las acusaciones por el simple hecho de cumplir con nuestro deber: rescatar a personas en peligro en el mar, con transparencia y cumpliendo las leyes.
  • — La justicia italiana cierra definitivamente la causa contra las ONG por salvar migrantes en el mar
  • Recuerdo vívidamente aquella noche. Estábamos en medio del Mediterráneo. No se veía nada. El cielo y el mar formaban un lienzo negro. Entonces, en medio de la oscuridad, los vimos: unas 100 personas, hacinadas peligrosamente en un bote de goma con capacidad para no más de 20, con algunos cayéndose ya por la borda, aferrados a los costados. Detrás de ellos aparecía otra embarcación, y luego otra.
  • Eso fue en 2016, cuando fui miembro de un equipo médico-humanitario a bordo de un buque de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras (MSF). Habíamos recibido una llamada de socorro del Centro de Coordinación y Salvamento Marítimo italiano, en la que se nos ordenaba socorrer a varias embarcaciones. A las 11 de la mañana del día siguiente, MSF había rescatado a más de 1.100 personas.
  • Aún recuerdo claramente la experiencia: la expectación mientras buscábamos las embarcaciones a la deriva, la adrenalina del equipo durante el rescate, la eficacia con la que todo el mundo entraba en acción mientras subíamos rápidamente a las personas a bordo, evaluando su estado de salud y atendiendo sus necesidades médicas. Después de cada rescate, hablábamos con las personas a bordo, escuchando sus historias de supervivencia: los horrores sufridos en Libia, el terror de su huida en embarcaciones innavegables y el atisbo de esperanza de llegar a un lugar donde la vida sólo puede ser mejor.
  • Llevo trabajando en el ámbito humanitario desde 2005. Empecé en MSF como farmacéutico antes de asumir diversas funciones, como la de Coordinador de Emergencias, por todo el mundo.
  • Al echar un vistazo a la cubierta del barco, en la que se hacinaban estas 1.100 personas, veías las muecas de dolor en el rostro de quienes aún sufrían los efectos de la deshidratación, te topabas con cuerpos que presentaban quemaduras recientes provocadas por el combustible o que llevaban consigo, en forma de cicatrices, el terrible recuerdo de las torturas sufridas. Sin embargo, lo que también veías es que todas ellas estaban aliviadas por haber sido rescatadas, por estar vivas. Por eso, en aquel momento, yo supe que estaba exactamente donde tenía que estar.
  • Avanzamos rápidamente hasta 2021, el segundo y angustioso año de la pandemia de COVID-19. Estaba gestionando programas de tratamiento de COVID para personas mayores vulnerables cuando recibí una llamada inesperada.
  • La policía me estaba buscando.
  • Sentí como si el mundo se hubiera vuelto del revés. Estaba siendo investigado por mi participación en operaciones de búsqueda y rescate, concretamente a bordo del buque de MSF Vos Prudence, en 2017. En ese momento, el Gobierno italiano, los partidos políticos y los representantes institucionales habían estado acusando injustamente a las ONG de búsqueda y rescate de instigar la inmigración ilegal en el mar Mediterráneo. Sin embargo, nunca había imaginado que me acusarían a título personal simplemente por hacer mi trabajo.
  • Pronto supe que no era el único. El caso presentado por las autoridades italianas implicaba también a personas de otras dos ONG. De ser declarados culpables, cada uno de nosotros podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años de prisión. Intenté mantener la calma a pesar de la amenaza que suponía esta situación. No me preocupaba que mi reputación personal o la de MSF estuvieran en riesgo, pues tenía claro que siempre habíamos trabajado de forma transparente y sabía que habíamos coordinado nuestras actividades con la Guardia Costera italiana, la policía militar y las autoridades.
  • Sin embargo, me ha sido más difícil deshacerme de mi preocupación por las implicaciones más amplias del caso; es decir, el impacto potencial en las operaciones de búsqueda y rescate en curso y, lo que es más importante, lo que significaría para las personas que necesitan seguridad y protección.
  • Mis temores no eran infundados; estaban basados en la experiencia. Desde 2017, MSF comenzó a notar un cambio en el comportamiento de las autoridades italianas y europeas con respecto a las vidas en riesgo en el mar.
  • Seguí de cerca el curso de los acontecimientos, incluso mientras trabajaba en otros proyectos. Italia y la UE hicieron tratos con otros países para impedir que la gente llegara a territorio europeo. Por ejemplo, apoyaron a Libia, que restringió la navegación a 70 millas de su costa. Esta medida dejó embarcaciones de goma no aptas para navegar a la deriva, porque se quedaban sin combustible. Cuando se rescata a las personas, nuestros equipos suelen constatar que la falta de suministros, de alimentos y de agua, así como la sobreexposición a las duras condiciones meteorológicas a la que han estado sometidos, hace que su estado físico empeore gravemente. Aquellos acuerdos del Gobierno de Italia y de la UE con terceros países hicieron que el imperativo humanitario de salvar vidas quedase supeditado al intento de frenar la migración a cualquier precio. Y esto, hoy en día, continúa siendo así.
  • Un reciente decreto italiano prohibió a los barcos rescatar a supervivientes que viniesen en distintas embarcaciones; es decir, que cuando hacen un rescate, tienen que ir directamente a puerto, generalmente a puertos muy lejanos del lugar donde se produce el rescate. Ambas (la de limitar el número de rescates y la de asignar puertos lejanos) son políticas que mantienen a los buques de búsqueda y rescate lejos de donde se les necesita, durante largos periodos de tiempo. Mientras tanto, los trabajadores humanitarios y las ONG siguen sufriendo la criminalización y las acusaciones de favorecer la inmigración irregular, y las embarcaciones de búsqueda y salvamento humanitario son detenidas regularmente en los puertos italianos. El último ejemplo es bien reciente: el mes pasado, el barco de MSF, el Geo Barents, recibió una orden de detención de 20 días por parte de las autoridades italianas tras una operación de rescate que una patrullera libia había intentado obstaculizar peligrosamente. Ha habido varios casos en los que Incluso hemos sido disparados por parte de estas patrulleras libias.
  • No sabía qué esperar del caso que finalmente se ha desestimado este viernes, pero empezó con una vista preliminar para determinar si el Gobierno italiano disponía de pruebas suficientes para el procesamiento. La vista duró 40 sesiones judiciales, más de dos años. Yo tuve que testificar en una de esas sesiones.
  • A lo largo de estos últimos siete años, todos los implicados en el caso hemos soportado el peso de las acusaciones por el simple hecho de cumplir con nuestro deber: rescatar a personas en peligro en el mar, con transparencia y cumpliendo las leyes. Durante estos siete años en el limbo, seguí trabajando con MSF, en proyectos en India, Bolivia y en proyectos de COVID-19 en Italia, Francia y México. El mes pasado regresé de una misión como coordinador de nuestras operaciones en Gaza.
  • Este viernes se ha sobreseído la causa contra mí y los demás cooperantes. Sin embargo, durante los siete años que se ha tardado en llegar a esta decisión, el Gobierno italiano ha invertido enormes recursos en políticas que han tenido trágicas consecuencias. Erigieron barrera tras barrera a la acción humanitaria, al tiempo que no evitaban los naufragios ni establecían rutas legales y seguras para las personas que huían a través del Mediterráneo. La Organización Internacional para las Migraciones informó recientemente de que 2.476 personas habían muerto o desaparecido mientras cruzaban el Mediterráneo en 2023. Eso supone más vidas perdidas en el Mediterráneo que en ningún otro año desde que se presentó la denuncia.
  • A pesar de los retos que plantea este caso y de los muchos obstáculos que hemos tenido que sortear, los equipos de MSF no han dejado nunca de hacer labores de búsqueda y rescate en el Mediterráneo.
  • Por ello, quiero decir algo bien alto y claro: salvar vidas no es un delito; es una obligación moral y legal, un acto fundamental de humanidad. Espero que el resultado de este caso sirva para enviar un mensaje firme a cualquier gobierno: ¡dejen de criminalizar la solidaridad! Como trabajadores humanitarios debemos persistir en nuestro trabajo allí donde sea necesario: ya sea en zonas de conflicto, en epidemias o para evitar muertes y sufrimientos inaceptables en el mar Mediterráneo.

Fuente: eldiario.es

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